MOTIVANDO
10 pasos para enriquecer la vida
Con los cambios acelerados y el ritmo vertiginoso no es fácil tener paz interior debido al nivel de ansiedad y de estrés existentes. La vida tan acelerada no nos deja disfrutar las bendiciones que tenemos.
Aprender a administrar las emociones es esencial para tener paz interior. Esta paz comienza en el momento en que reconocemos los 60 mil pensamientos que generamos cada día. Estos se pueden contaminar con “virus” negativos que nos pueden paralizar. Una persona necesita conocerse bien a sí misma y ser consciente de sus fortalezas y debilidades para logar la realización personal. Si no aprende a identificar sus estados de ánimo, es poco probable que pueda controlar sus reacciones ante las diferentes circunstancias y utilizarlas de manera productiva. Debemos proteger nuestra paz interior y esforzarnos por preservar a toda costa este preciado bien.
Para crear una vida extraordinaria, es preciso aprender a superar las situaciones adversas. La emoción más buscada es la felicidad, alcanzando la paz interior. Quienes son fuertes emocionalmente alcanzan la felicidad verdadera y el éxito duradero, no como un momento pasajero sino como parte de la vida. Es importante reconocer que la paz viene del interior y no de afuera. Quien cultiva su paz interior transmite tranquilidad al resto del mundo. Uno debe saber perdonarse, aceptarse, reconocerse, amarse y estar claro que se tiene que vivir con uno mismo.
Vivir la vida en paz se basa en algunos conceptos básicos que no se pueden pasar por alto, como no ser violento, ser tolerante, sostener puntos de vista moderados y celebrar lo maravillosa que es la vida.
A continuación, enumeramos 10 pasos que nos pueden ayudar a enriquecer nuestra vida:
1. Amar y amarse: no podemos amar si no nos amamos antes. Además, cualquier odio solo disminuye con amor. El verdadero amor nace de la comprensión y elimina todos los temores;
2. Agradecer: la felicidad nunca llega a quienes no aprecian lo que tienen. Todos podemos comenzar el día con felicidad, apreciando el valor de la vida sin desperdiciar los momentos y las oportunidades;
3. Ser tolerante: para convivir en armonía, no hay que luchar con los demás. Los estallidos y la ansiedad solo generan agresión. Una actitud paciente genera tranquilidad y buenas relaciones;
4. Perdonar: si todos siguiéramos la ley del talión, “Ojo por ojo”, quizás todos seríamos tuertos. Hay que vivir el presente, el perdón libera y trae armonía;
5. Meditar: la meditación diaria trae resultados asombrosos a nivel físico, mental, emocional, y espiritual; nos acerca a nuestros propios poderes internos de vitalidad, claridad y amor;
6. Dejar fluir: Cuando nos sucede algo malo, hay 3 opciones: dejar que eso nos marque, dejar que nos destruya o hacer que nos fortalezca. Dejar fluir es aceptar cada situación como es, sin forzar las cosas;
7. Ser generosos: compartir con los demás, aunque se tenga poco, va de la mano con la felicidad;
8. Vivir el aquí y el ahora: el secreto de la felicidad es no dejar que el pasado se interponga ni que el futuro moleste. No podemos cambiar el pasado y el futuro no ha llegado. Vivir el presente es alegrarnos porque el lugar es aquí y el momento ahora;
9. Pensar y visualizar en positivo: la actitud determina el estado de ánimo. Pensar en positivo es visualizar lo que genera paz; uno se convierte en lo que piensa, se atrae lo que se siente y se crea lo que se imagina; y
10. Llenarse de Dios: si Dios es el centro, eso desarraiga la soberbia, quita el egoísmo y evita los odios y rencores. En Dios siempre se encuentra una respuesta y se evita la frustración de la ansiedad.
Con paz interior encontraremos felicidad, cualquiera sea la circunstancia. Tendremos autocontrol y daremos amor y felicidad sin esperar nada a cambio; sabremos disfrutar del acto de dar; valoraremos lo que nos da la vida y cómo esta nos enriquece interiormente, compartiendo nuestro potencial con el mundo. Todo depende de uno mismo. ¡Feliz 2020!