COVID-19 y las vacunas

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Diego E. Rosso Flores MD, MBA, CMO
Principal Oficial Médico de MSO

Como médico internista, médico primario y educador, quiero destacar varios puntos importantes sobre la pandemia del COVID-19 y las vacunas, que pueden ser de gran utilidad para ayudar a educar a sus pacientes.

El COVID-19 actual

El SARS-CoV2 que estamos combatiendo al presente no es el mismo que estuvimos combatiendo al inicio de la pandemia. El virus que está infectando ahora en Puerto Rico es la variante Delta. Según los últimos datos del Centro de Vigilancia Genómica de la región 2 por el CDC, más del 90% de los casos con COVID-19 son de la variante Delta. En Estados Unidos, ya representa el 93% de los infectados. La variante es dos veces más infecciosa que el virus original de finales de 2019 (Alpha) y es tan infecciosa como la varicela. Esta variante permite que el virus se replique rápidamente y que se propague más eficientemente. Hay evidencia suficiente que establece que los no vacunados están en mayor riesgo de padecer enfermedad severa (síntomas severos) y, como consecuencia, tener mayor probabilidad de morir (alta mortalidad) por la variante Delta.

Impacto de COVID-19 en el mundo

Para entender mejor el impacto, podemos hacer una comparación con eventos que han marcado nuestras vidas en el pasado a través de generaciones. El número de muertes por COVID-19 en los Estados Unidos sobrepasó ya el número combinado de muertes de soldados norteamericanos en las guerras de Vietnam, de Corea y de la Segunda Guerra Mundial, que fue de 500,193 muertes, y está próximo a alcanzar las muertes ocasionadas por la pandemia de la influenza española (1918-1919) de 675,000 muertes.

La vacunación

Actualmente, la única herramienta de prevención efectiva que tenemos es la vacunación. Las 3 vacunas aprobadas en Estados Unidos (Pfizer, Moderna, J&J) y autorizadas para uso de emergencia por FDA son vacunas que han pasado por todos los pasos o etapas de estudios clínicos de seguridad y efectividad. También fueron evaluadas por el CDC, como pasa con todas las vacunas aprobadas en los Estados Unidos. Decir que estas vacunas son experimentales es faltar a la verdad y es irresponsable en un escenario de emergencia por la pandemia. Esto no quiere decir que no hay posibilidad de infección si se está vacunado, sino que, si uno se infecta, la posibilidad de enfermedad seria, de hospitalización o de muerte será mínima. A las estadísticas en Puerto Rico han confirmado estos beneficios de la vacuna. Las últimas cifras indican que más del 90% de los pacientes hospitalizados con COVID-19 no están vacunados. Los casos hospitalizados vacunados están siendo estudiados y se ha encontrado que son personas con condiciones crónicas y/o con un sistema inmunológico disminuido.

Mitos y falsedades

Es triste escuchar excusas para no vacunarse, como: la vacuna causa la enfermedad, cambia o altera el genoma humano (ADN), causa esterilidad, afecta el ciclo menstrual, inyectan un virus vivo o un chip para monitorear. Estos son mitos y falsedades que vemos a diario en redes sociales, a los que, a veces, personas educadas y otras no educadas prefieren hacer caso. Tampoco es cierto que se esté fuera de peligro por haber tenido la enfermedad leve, moderada o severa.

Riesgos de no vacunarse

Las estadísticas apuntan a que el riesgo mayor de no vacunarse es la muerte, lo que no discrimina por razón de edad. Además, se estima que el 20% de personas infectadas padecerá de las secuelas agudas (PASC).

Exhortación

No podemos esperar que el SARS-CoV-2 desaparezca. El virus ya vive con nosotros, así como lo hace el de la influenza, y es posible que tengamos que depender de vacunas de temporada como con la influenza. La pandemia no se ha acabado; estamos en un momento de peligro por la variante Delta. No podemos predecir el futuro y solo a través de la vacunación protegemos a nuestros niños que no se pueden vacunar y a los adultos inmunosuprimidos.

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