Emil Kräpelin (1856-1926), Iniciador de la psiquiatría científica moderna

Especial de Galenus

En Alemania, Kräpelin inició el sistema de psiquiatría descriptiva que sigue teniendo vigencia como base para clasificar a los pacientes de acuerdo con la conducta que manifiestan. Describió por primera vez la dementia praecox y la psicosis maníaco-depresiva y participó en la descripción de la enfermedad de Alzheimer. Es reconocido también como iniciador de la psiquiatría moderna, de la psicofarmacología y de la genética en psiquiatría.

Emil Kräpelin nació en 1856, el mismo año que el aún más famoso Sigmund Freud. Falleció a los 70 años, en Munich, en 1926. Las teorías de Kräpelin tuvieron un rol protagónico en la psiquiatría moderna de inicios del siglo XX y evidenciaron un resurgimiento y reconocimiento desde fines del siglo pasado hasta la actualidad.

Sus inicios

Kräpelin empezó sus estudios de Medicina en la Universidad de Würzburg. Cuando tenía 20 años, durante una estadía en Leipzig, en el laboratorio de Psicología del Dr. Wilhelm Wundt, es que decidió su orientación hacia las enfermedades del comportamiento y de la mente. Siendo aún estudiante, a los 21 años presentó en Würzburg un trabajo sobre Psicología que le mereció un premio y el ser designado como asistente.

Su obra

A los 22 años, presentó en la Universidad de Munich su tesis sobre “El lugar de la psicología en la psiquiatría”. En 1881, publicó un estudio sobre la influencia de las enfermedades infecciosas en el desencadenamiento de las enfermedades mentales.

Teniendo tan solo 27 años de edad, en 1883 publicó la primera edición de su Lehrbuch der Psychiatrie o “Tratado de Psiquiatría”. Esta obra clásica de la Psiquiatría llegó a tener una enorme difusión internacional, alcanzando en 1927 su novena edición. Kräpelin presenta y propone clasificaciones de las enfermedades mentales que fueron complementadas, ampliadas y mejoradas continuamente a lo largo de sus ediciones.

En 1885, cuando era director del Hospital General de Dresden, publicó su breve artículo “Sobre la psicología de lo cómico” que sería citado por Freud en su libro sobre el chiste.

En 1886, fue profesor de Psiquiatría en la Universidad de Estonia y, en 1890, llegó a Heidelberg donde tuvo entre sus colaboradores a Aschafenburg, Nissl y Aloïs Alzheimer. Este último lo seguiría en 1903 a Munich, donde a Kräpelin se le encargó la cátedra de Psiquiatría y la dirección de la nueva Clínica Psiquiátrica Real. Esta adquirió, con su impulso, una gran fama internacional y se convirtió en el Instituto Alemán de Investigaciones Psiquiátricas en 1918. Allí, acudían personas de todo el mundo, tanto pacientes a tratarse como científicos y psiquiatras para adquirir nuevos conocimientos.

Él amplió el concepto de demencia precoz con tres presentaciones clínicas principales: la catatonia, descrita por Kahlbaum entre 1863 y 1874; la hebefrenia, descrita por Hecker en 1871, y una forma delirante, a la que calificó de paranoide. Esta última la formuló desde la sexta edición de su tratado en 1899. Esto tuvo un gran reconocimiento internacional y preparó el camino para la definición que dio el suizo Bleuler de la esquizofrenia en 1908. Kräpelin resaltó la importancia de las psicosis maniaco-depresivas como una entidad clínica.

Kräpelin fue coinvestigador de Alzheimer en el descubrimiento de la enfermedad a la que él se encargo de denominar y de difundir con el nombre de su tan destacado colaborador. Otros de sus alumnos y colaboradores brillantes fueron Alfons Maria Jakob, Hans G. Creutzfeldt, Hugo Spatz y Robert Bárány.

Es importante recordar que en esa época, hace menos de 100 años, el alemán era el idioma que más se usaba en el mundo en investigaciones y publicaciones científicas psiquiátricas, con Munich y Viena comos sus dos centros más renombrados. Inclusive, ante la dramática crisis económica que había en Alemania luego de la primera Guerra Mundial, el Instituto de Kräpelin que estaba al borde de la bancarrota fue salvado por un apoyo económico de la Fundación Rockefeller.

Influencia

Una de sus principales contribuciones fue la clasificación de esquizofrenias y depresiones maniacas, lo que no fue muy conocido por la población en general. Durante gran parte del siglo XX las contribuciones de Kräpelin fueron marginadas debido al éxito de las teorías de Freud. Eso cambió con los resultados científicos de fines del siglo XX. Así sus teorías se usan inclusive en el sistema de la Organización Mundial de la Salud (ICD) o de American Psychiatric Associaton (DSM-IV).

Kräpelin hizo siempre una campaña enérgica contra el cigarillo y el alcohol, e investigó sus efectos psiquiátricos. En su clínica, el alcohol estaba prohibido. Fue un activo promotor de las instituciones que trataban el alcoholismo.

Su personalidad

Kraepelin ha sido descrito como trabajador tenaz, de carácter lógico y riguroso, meticuloso, respetuoso del orden y de la autoridad. Tenía habilidades para la clasificación y una pasión por la botánica, la música y la literatura. Con sus ayudantes, organizaba todos los años una caminata hacia los Alpes en la proximidad de Munich, que adquirió carácter tradicional y que bautizaron como la “la marcha catatónica”.

Hizo viajes por todo el mundo, incluyendo la India y México, y, al momento de fallecer estaba planeando otro a Ceilán. Él disfrutaba mucho de los viajes, enfatizando que le daban una visión distinta de la vida y de los problemas.

Se casó en 1885 con Ina, su novia desde los quince años, que era siete años mayor que él, con quien viajó a la Universidad de Dresden y con quien llegó a tener cuatro hijas mujeres.

Su relación con Freud

El orden y el genio de Kräpelin fueron muy diferentes de los de Freud. Si bien en su época inclusive los quisieron enfrentar por las diferencias de sus escuelas, vemos hoy en día que hay una complementación entre ambas escuelas: Freud evalúa y considera las neurosis y Kräpelin investiga y clasifica a las psicosis. El sistema que nos dejó Kräpelin fue rápidamente adoptado por muchas escuelas psiquiátricas de Occidente y aún tiene amplia vigencia.

Dentro de su austeridad y orden científico, Kräpelin llegó en algún momento a reprochar el estilo “literario” de Freud. No obstante, seguidores de Freud elogiaron a Kräpelin. Su figura y su renombre internacional incidieron indirectamente en la historia del psicoanálisis. A su vez, muchos de los pioneros e iniciadores del psicoanálisis se nutrieron de los conocimientos divulgados por Kräpelin y transitaron por el camino que él definió, o en todo caso, por su entorno inmediato.

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