Ignaz Semmelweis (1818–1865): Padre del control de las infecciones

Especial para Galenus Marco Villanueva-Meyer, MD

En el siglo XIX, el problema de sepsis cobraba muchas vidas. El aporte de Ignaz Semmelweis al control de las infecciones en el puerperio fue el resultado de su criterio observador, de sus investigaciones y de su interés personal. Tuvo que luchar contra el escepticismo y la arrogancia de sus colegas, cuyo rechazo lo acompañó hasta su muerte prematura. Se le considera pionero de la antisepsia y de la prevención de las infecciones nosocomiales e iatrogenia.

Semmelweis nació en 1818 en Budapest, que era parte del imperio Austro-Húngaro. Su familia era de origen alemán y era el cuarto de siete hermanos. Fue a Viena a estudiar Leyes, pero al participar en una autopsia, descubrió su verdadera vocación y empezó a estudiar Medicina. Cuando se abrió la Escuela de Medicina en Budapest se trasladó allí, pero no encontró las mismas condiciones de excelencia de Viena, por lo que regresó y se graduó en 1844.

En la Clínica de Ginecología de Viena

Su actividad en obstetricia se inició en el Allgemeines Krankenhaus, el gran hospital general de Viena. En 1847, fue nombrado asistente de obstetricia.

En los hospitales de maternidad se ofrecían servicios sin costo, brindados bajo supervisión, por estudiantes de Medicina y parteras. En el hospital de Viena, funcionaban dos secciones de maternidad: la Primera Clínica, atendida por médicos y estudiantes y donde una parte importante de las pacientes eran indigentes, y la Segunda Clínica, donde atendían parteras o comadronas y sus alumnas.

Fiebre del puerperio y alta mortalidad

La mortalidad materna en el puerperio era alta pero llamaba la atención lo elevada que era en la Primera Clínica, donde oscilaba entre el 10 y el 20% mientras que en la Segunda Clínica era mucho más baja y estaba en el rango del 2%. Esto se sabía inclusive fuera del hospital, por lo que las mujeres rogaban para no ser atendidas en la Primera Clínica; y cuando estaban asignadas a ella, hacían lo imposible para demorarse en llegar, prefiriendo dar a luz en la calle, donde, curiosamente, la fiebre del puerperio y su alta mortalidad eran muy raras.

Semmelweis estaba angustiado con esta situación. Consultó y revisó archivos del hospital y elaboró con criterio científico tablas estadísticas. Las dos clínicas usaban las mismas técnicas y el mismo local. Luego de investigar y eliminar todas las posibles causas solo quedaba como única diferencia mayor el hecho que la Primera Clínica era para entrenamiento de estudiantes de medicina mientras que en la Segúnda Clínica se entrenaban comadronas. La primera comprobación de un proceso que hoy consideramos tan básico fue que los estudiantes asistían muchas veces después de haber estado disecando cadáveres en el pabellón de anatomía. La clave surgió cuando un médico se hizo, por accidente una herida superficial con el bisturí de disección de un estudiante y falleció a los pocos días, luego de presentar los mismos síntomas que las mujeres que morían en el puerperio. Inmediatamente estableció la teoría de contaminación por partículas de los cadáveres. Eso explicó la razón por la que el número de muertes en la Segunda Clínica era mucho menor, ya que las parteras no habían estado expuestas a los cadáveres.

Importancia de lavado de manos

En mayo de 1846, instaló un lavabo en la entrada de la sala de partos para que los estudiantes se laven las manos con soluciones con cloro antes y después de atender a las pacientes. Así se logró una disminución extraordinaria en la mortalidad, que bajó de un 18.3% en abril a 2.2 % en mayo y a 1% en agosto.

Reacción de la comunidad médica

Muchos científicos de renombre, incluyendo a Rudolf Virchow, cuestionaron la doctrina de Semmelweis. Los médicos se sentían ofendidos por tener que lavarse las manos y sentían que su status podía verse afectado por la simple idea de que sus manos pudieran estar sucias. Algunos estuvieron dispuestos al lavado de manos propuesto, pero la mayoría rechazó el concepto de que las muertes habían sido causadas por ellos. Por otro lado, un conocido ginecólogo alemán se sintió tan culpable de la muerte de una familiar a la que había examinado antes del parto, que, aparentemente, se suicidó por ello.

Semmelweis estaba mortificado por la indiferencia médica, por lo que empezó a escribir cartas en forma abierta a la comunidad médica europea, tildándola de irresponsable y llamándola asesina. Se cree que de haber sido menos agresivo en sus comunicaciones hubiera generado menos antagonismo.

Despedida de Viena y viaje a Budapest

El propio jefe de Obstetricia de Viena, el Profesor Klein, estuvo contra él, prohibió esta medida sanitaria y lo despidió. Con la salida de Semmelweis aumentó la tasa de mortalidad en la Primera Clínica de Viena. Solo cinco profesores le mostraron apoyo; entre ellos el Profesor Hebra, quien escribe: “Cuando se haga la Historia de los errores humanos será difícil encontrar ejemplos de esta clase y provocará asombro que hombres tan competentes pudiesen, en su propia ciencia, ser tan ciegos y estúpidos”.

Semmelweis, lleno de amargura, dejó la clínica y asumió la cátedra de Obstetricia en la Universidad de Pest en Hungría. En 1857, escribe su obra De la etiología, el concepto y la profilaxis de la fiebre puerperal, publicada en 1860. En esa época se casó y tuvo cinco hijos, tres de los cuales tres fallecieron jóvenes, solo una hija mujer tuvo descendencia.

|Antecedentes

En 1843, en Estados Unidos el Dr. Oliver Holmes propuso medidas preventivas para los médicos que atendían partos y habían hecho disecciones previamente. Sus colegas rechazaron esto. Poco antes ya había esfuerzos preventivos semejantes en Escocia e Irlanda.

Descubrimientos posteriores

En la segunda mitad del siglo XIX, Pasteur y Koch definieron los principios básicos de la infección bacteriana en la enfermedad, y Joseph Lister difundiría la práctica de higiene quirúrgica a todas las especialidades médicas.

Problema de sepsis

Hoy, la sepsis es causa unas 1400 muertes al día y es la complicación intrahospitalaria más frecuente. La higiene de manos es el factor individual más importante para controlar las infecciones. En muchos lugares sigue siendo limitado.|

Crisis y muerte

Dede 1857, empezó a mostrar deterioro físico, problemas nerviosos y depresiones. Se dice que cada conversación la llevaba al tema de las fiebres del puerperio y que se volvió irritable y que empezó a tomar licor en exceso. También, se postula que esto se pudo deber a agotamiento y estrés excesivo o a un estadio avanzado de sífilis, que en aquellos tiempos no era tan rara en médicos que atendían en forma gratuita a mujeres en instituciones hospitalarias.

En 1865, fue llevado con engaños a un asilo para enfermos mentales. Se resistió, fue golpeado y hubo que ponerle una camisa de fuerza. La terapia incluía sumergirlo en agua fría y laxantes. Pronto, aprovechando cierta “mejoría” salió y logró ingresar al pabellón de anatomía donde, frente a los alumnos, abrió un cadáver y, después, con el mismo bisturí, se provocó una herida. Otra versión dice que la herida fue causada al resistirse al ser hospitalizado. De cualquier forma, pronto empezaron la fiebre y los mismos síntomas que los de las mujeres que tantas veces vio morir. Falleció a los 47 años de edad.

A su sepelio en Viena fueron muy pocas personas. Las sociedades médicas y científicas ignoraron su muerte. En 1891, sus restos se trasladaron a Budapest y, en 1964, fueron llevados a la casa donde nació, que ha sido declarada monumento histórico y museo.

Comentario

El aporte de Semmelweis a la medicina en general es un ejemplo de observación metódica y de análisis racional como resultado de su vocación de médico. Lo que hoy nos parece obvio y evidente no fue comprendido, pero la historia ha sabido valorar el significado extraordinario del aporte de este médico.

Legado

Además de ser reconocido como pionero de políticas antisépticas, el nombre de Semmelweis ha seguido siendo materia de reconocimientos y obras. |

  • La antigua Universidad de Budapest se llama hoy en día Universidad Semmelweis. En Austria y Hungría hay clínicas ginecoobstétricas que llevan su nombre.
  • Semmelweis Society es una asociación dedicada a proteger a médicos que puedan ser hostilizados injustamente por las juntas de calificación hospitalarias.
  • El rostro de Semmelweis ha aparecido en monedas y estampillas en varios países.
  • Sobre Semmelweis se han hecho obras literarias, dramas teatrales y películas de cine y televisión en Hungría, Alemania, Austria, Estados Unidos, Francia, Holanda y Polonia. Destaca That Mothers Might Live, 1938: MGM, ganadora del Oscar para cortometrajes.
  • En el Hospicio General de Viena hay una estatua de Semmelweis en la que se ha colocado una placa con la inscripción: “El salvador de las madres”.|

Bibliografía

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  • Nuland SB. The doctors’ plague: germs, childhood fever, and the strange story of Ignac Semmelweis. New York: WW Norton, 2003.
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