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ONCOLOGÍA

Leucemia mieloide aguda:

Algunos aspectos generales

Especial para Galenus - Revista para los médicos de Puerto Rico

Especial para Galenus – Revista para los médicos de Puerto Rico
Adaptado de National Cancer Institute de NIH, CDC y American Cancer Society

La leucemia mieloide aguda (LMA) también se conoce como leucemia mielógena aguda, leucemia mieloblástica aguda, leucemia granulocítica aguda y leucemia no linfocítica aguda.

Datos estadísticos sobre la leucemia mieloide aguda

La LMA es uno de los tipos de leucemia más frecuentes en adultos (segunda en frecuencia después de la leucemia linfocítica crónica y el tipo más común de leucemia aguda en adultos). La LMA también ocurre en niños.

La Sociedad Americana del Cáncer estima en los Estados Unidos las siguientes cifras para el 2021:

  • 61,090 casos nuevos diagnosticados de leucemia (incluyendo todos los tipos) y 23,660 muertes de leucemia en general;
  • 20,240 casos nuevos de LMA (en adultos);
  • 11400 muertes por LMA, casi todas en adultos (cerca de 1% de todas las muertes por cáncer);
  • 26% de sobrevida a 5 años en adultos (68% en menores de 20 años);
  • La edad promedio de adultos afectados por LMA es 68 años; es rara en adultos antes de los 45 años;
  • Es algo más frecuente en hombres, pero el riesgo de contraer LMA en ambos sexos es entre ½ y 1%.

Aspectos patofisiológicos

La LMA en adultos es un tipo de cáncer por el que en la médula ósea las células madre mieloides producen glóbulos blancos inmaduros llamados mieloblastos (o blastocitos mieloides), glóbulos rojos o plaquetas anormales en lugar de elementos sanos. Si las células leucémicas se acumulan en la médula ósea y en la sangre, queda menos espacio para los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas saludables.
Estos cambios también llevan a una función limitada de estos elementos sanguíneos.

Aspectos clínicos, signos y síntomas

En LMA los primeros signos y síntomas pueden confundirse con una gripe u otra enfermedad común:

  • Fiebre;
  • Infecciones;
  • Dificultad para respirar;
  • Moretones o sangrados que ocurren con facilidad;
  • Petequias;
  • Sensación de debilidad o cansancio con anemia; y
  • Pérdida de peso o de apetito.

Las células leucémicas a veces se diseminan fuera de la sangre a otras partes del cuerpo como el sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal), la piel y las encías, produciendo signos correspondientes.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo de LMA son los siguientes:

  • Ser varón;
  • Fumar (sobre todo después de los 60 años);
  • Haber recibido quimioterapia o radioterapia;
  • Haber recibido tratamiento para leucemia linfoblástica aguda (LLA) infantil;
  • Haber estado expuesto a radiación alta o prolongada o a la sustancia química benceno; y/o
  • Tener antecedentes de síndrome mielodisplásico.

Clasificación y estadios de LMA en adultos

La clasificación de la LMA sigue en evolución a medida en que surgen nuevas tecnologías para la clasificación genética, epigenética, proteómica e inmunofenotípica. La mayoría de los subtipos de LMA se basan en la diferenciación y en el grado de madurez de las células al momento del diagnóstico.

En 2016, se revisó la clasificación de la OMS para incluir más información sobre los biomarcadores relevantes para leucemia.

La leucemia promielocítica aguda (LPA) es un subtipo de LMA que se presenta cuando se unen dos porciones de genes diferentes. Por lo general, la LPA se presenta en adultos de edad mediana con sangrado o formación de coágulos.

No hay un sistema de estadificación estándar para la LMA en adultos. En lugar de estadios, se usa el subtipo de LMA, definiendo si la enfermedad se diseminó fuera de la sangre y la médula espinal. La enfermedad se describe como no tratada, en remisión o recidivante.

Elementos diagnósticos

Además del examen clínico y de los antecedentes de salud, para precisar el diagnóstico de LMA en adultos se deben estudiar la sangre y la médula ósea, y definir si hay extensión a otras partes del cuerpo. Se suelen requerir las siguientes pruebas:

  • ­Recuento sanguíneo completo;
  • Frotis de sangre periférica;
  • Aspiración de médula ósea y biopsia;
  • Punción lumbar, para verificar extensión al encéfalo y la médula espinal;
  • Tomografía computarizada (CT) o resonancia magnética (MRI), para descartar patología en órganos abdominales o tórax;
  • Análisis citogenético: útil para planificar terapia o definir si esta es eficaz. También hay otras pruebas, como la hibridación fluorescente in situ (FISH) para determinar si hay cambios en los cromosomas;
  • Inmunofenotipificación: es de utilidad para diagnosticar tipos específicos de leucemia; y
  • Prueba de reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscripción (RCP–RT): para medir la concentración de ARNm. Es útil para detectar la activación de ciertos genes y diagnosticar tipos de LMA, como leucemia promielocítica aguda (LPA) y para identificar anomalías moleculares recurrentes en LMA, lo que puede ayudar a refinar más las categorías diagnósticas.

Pronóstico

El pronóstico y las opciones de tratamiento dependen de los siguientes aspectos:

  • La edad del paciente;
  • El subtipo de LMA;
  • Si el paciente recibió antes quimioterapia para tratar un tipo de cáncer diferente;
  • Si hay antecedentes de un trastorno en la sangre, como un síndrome mielodisplásico;
  • Si hay diseminación al sistema nervioso central;
  • Si el cáncer se trató antes o recidivó; y
  • La LMA suele empeorar rápido si no se trata.

Aspectos generales sobre tratamiento

Hay diferentes tipos de tratamiento para los adultos con LMA, el cual suele tener dos fases:

  • Inducción –cuya meta es destruir las células leucémicas y alcanzar la remisión– y
  • Posremisión –cuya meta es destruir cualquier célula que haya quedado o que pueda (re)activarse–.

Se utilizan varios tipos de tratamiento estándar:

  • ­Quimioterapia;
  • Radioterapia;
  • Quimioterapia con trasplante de células madre;
  • Otras terapias con medicamentos; y/o
  • Terapia dirigida.

Terapia dirigida

Es posible que la terapia dirigida cause menos daño a las células normales que la quimioterapia o la radioterapia. La terapia con anticuerpos monoclonales es un tipo de terapia dirigida que está en estudio para tratar la LMA en adultos. Utiliza anticuerpos producidos en el laboratorio a partir de un tipo único de células del sistema inmunitario. Esos anticuerpos identifican sustancias en las células cancerosas o sustancias normales que ayudan a las células cancerosas a multiplicarse. Los anticuerpos se adhieren a estas sustancias y destruyen las células cancerosas, bloquean su multiplicación o impiden que se diseminen. Los anticuerpos monoclonales se administran por infusión. Se emplean solos o para llevar medicamentos, toxinas o material radiactivo directamente a las células cancerosas.

Comentario

La evaluación y el tratamiento de la LMA requieren un manejo muy especializado, no solo por la precisión que se requiere, sino también por el control de los efectos secundarios y por la necesidad de hacer pruebas y controles frecuentes para determinar la eficacia del tratamiento y poder tomar las decisiones adecuadas para cada caso en particular.