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Suplemento Reumatología

Artritis reumatoide:

Aspectos relacionados con estilos de vida

José Raúl Rodríguez Santiago, MD

José Raúl Rodríguez Santiago, MD
Reumatólogo
Edificio Betancourt, Santurce
Torre de Doctor’s Center, Manatí

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria generalizada que afecta a las articulaciones que contribuyen al movimiento, al igual que a otros órganos de nuestro cuerpo. La inflamación se suele desarrollar en personas que tienen una predisposición genética, aunque hay factores ambientales como las infecciones y los estilos de vida (por ejemplo, el fumar) que pueden provocar o favorecer el desarrollo de la artritis reumatoide.

Aspectos epidemiológicos

Esta condición afecta al 0.6 % de la población general. Es más frecuente en mujeres entre los 30 y los 50 años en una proporción de 3:1 en comparación con los varones, aunque también puede ocurrir en niños y en personas de mayor edad.

Sintomatología

La artritis reumatoide (AR) se suele presentar como un enrojecimiento e hinchazón de las coyunturas de las manos y de los pies, lo cual dificulta la actividad diaria. La AR puede llegar a deformar las articulaciones.

Las regiones más afectadas son las manos, las muñecas, los codos, la espina dorsal, las rodillas y los pies en ambas partes del cuerpo simultáneamente; también es relativamente frecuente un entumecimiento matutino de más de una hora.

Recomendaciones

Hay que adoptar un enfoque de todo el cuerpo para tratar el dolor de la artritis. En relación con el estilo de vida, es importante empezar por perder peso en aquellos pacientes afectados por obesidad. Por otro lado, la actividad física regular y el ejercicio dirigido ayudará a fortalecer los músculos y a mantener las articulaciones flexibles. Definitivamente, la disminución de peso libera la presión que se pueda crear sobre las articulaciones. Además, el ejercicio aeróbico de bajo impacto, como los aqua-aeróbicos, y las actividades cardiovasculares mejoran la función de las articulaciones.

Estilos de vida y alimentación

La dieta antinflamatoria es también muy importante. Hay evidencia anecdótica de que una dieta baja en gluten puede ayudar a reducir la inflamación de la AR, de acuerdo a estudios observacionales realizados en la Universidad de Baylor en Houston, Texas.

Diferentes factores de estilo de vida pueden estar ligados a la artritis reumatoide. Entre ellos, destacan el tabaquismo, la obesidad y la diabetes. Estudios recientes demuestran que estos están asociados con un mayor riesgo de desarrollar artritis reumatoide.

También se ha demostrado que una dieta de tipo “occidental” aumenta el riesgo de desarrollar artritis reumatoide en un 57%. Por eso, en el caso de personas de alto riesgo –como pueden ser los familiares de primer grado de pacientes con artritis reumatoide– es altamente recomendable que sigan una dieta saludable con una mayor ingesta de verduras, frutas, cereales integrales, productos lácteos bajos en grasa o sin grasa, pescados y mariscos, legumbres y frutos secos, tratando de disminuir o evitando el consumo de carnes rojas y procesadas y, en especial, de alimentos y bebidas azucarados y granos refinados. Esto puede ayudar a prevenir el desarrollo de la artritis reumatoide (de acuerdo también a expresiones de la Dra. Lu de Brigham and Women’s Hospital).

En relación con los suplementos alimenticios, es importante señalar que estos pueden tener efectos secundarios y que algunos pueden interferir con los medicamentos. Es de vital importancia que los pacientes discutan con su médico sobre cualquier suplemento que deseen tomar, para saber si son seguros y para determinar la dosis recomendable para cada caso y poder reconocer su real utilidad.

Entre los suplementos que están en el mercado para problemas articulares o artríticos, figuran los siguientes:

  • Sulfato de condroitina;
  • ­Glucosamina sulfato;
  • ­Calcio;
  • ­Vitamina D3;
  • ­Jengibre;
  • ­Cúrcuma;
  • ­Omega-3; y
  • ­Té verde.

Otras opciones también existentes:

  • ­­SAM-E;
  • ­­MSM;
  • ­­Ortiga (nettle);
  • ­­Bromelia;
  • ­­Vitamina E; y
  • ­­La garra del diablo (devil’s claw).

Alcohol y artritis reumatoide

Es posible que algunos pacientes con artritis reumatoide nos pregunten si pueden tomar una copa de vino, una cerveza o un coctel. Lo más probable es que la respuesta corta sea que sí. La idea es que cantidades moderadas de alcohol podrían ayudar a evitar que esas células reaccionen de forma exagerada y causen inflamación en personas con artritis reumatoide.

Pero es muy importante que informemos y evaluemos con los pacientes, antes de que el tomar un trago se pueda volver parte de una rutina diaria, sobre la interacción que puede haber entre el alcohol y los medicamentos que pueden tomar para la artritis reumatoide. El alcohol, por lo general, no combina bien con muchos fármacos y medicamentos.

Además, cuando se toma en forma regular analgésicos como ibuprofeno, paracetamol o naproxeno, beber alcohol junto con estos medicamentos no es algo recomendable ni, tampoco, una buena idea.

También se debe considerar la posibilidad de que el alcohol pueda contribuir a empeorar la artritis reumatoide. Esto puede depender en gran medida de los medicamentos que se estén tomando para tratar la artritis, así como de la cantidad o la frecuencia con la que se consumen bebidas alcohólicas y, finalmente, también de cualquier otro factor de riesgo personal.

Sobre algunos fármacos, es importante tener presente que el metrotexato, la leflunomida y algunos otros DMARDs y productos biológicos pueden elevar las enzimas hepáticas y, en algunos casos, provocar fibrosis y otros daños hepáticos.

Además, el consumo excesivo de alcohol puede aumentar la inflamación en el cuerpo, mientras que su consumo en forma discreta a moderada podría contribuir en algunos casos a reducir la inflamación.

Conclusión

La recomendación del Colegio Americano de Reumatólogos es hacer un diagnóstico temprano para iniciar el tratamiento, si es posible, entre los primeros 3 a 6 meses del comienzo de los síntomas para evitar de esa manera que se produzca un daño permanente de las articulaciones y para mantener sus funciones lo más cercanas a lo normal.

Por lo expuesto y también por los importantes avances en la medicación para la artritis reumatoide, es importante que las recomendaciones –tanto en relación con los estilos de vida como con los medicamentos– las haga un reumatólogo especialista.

Referencias

  • Ghlf.org (https://ghlf.org/).
  • ­ArthritisPower.org (https://arthritispower.creakyjoints.org).
  • ­50 State network.org (https://50statenetwork.org/).
  • ­FailFirstHurts.org (https://failfirsthurts.org/).
  • Arthritis Foundation: Alcohol and Arthritis: Best Drinks for Arthritis.
  • ­BMJ: Long term alcohol intake and risk of rheumatoid arthritis in women: A population-based cohort study.
  • ­Mayo Clinic: Rheumatoid Arthritis.
  • ­American College of Rheumatology Meeting Abstracts: Alcohol Consumption and the Risk of Coronary Heart Disease and Mortality in Patients with Rheumatoid Arthritis.
  • ­Alwarith J, Kahleova H, Rembert E, et al. Nutrition interventions in rheumatoid arthritis:the pote plant-based diets. Sept 2019..
  • ­https://www.arthritis.org/living-with-arthritis/arthritis-diet/foods-to-avoid-limit/alcohol-inmoderation.php
  • ­https://cdc.gov/alcohol/pdfs/alcoholyourhealth.pdf
  • ­Alwarith J, Kahleova H, Rembert E, et al. Nutrition interventions in rheumatoid arthritis: the potential use of plant-based diets. Publ: Sept 10, 2019]. Front Nutr.