Suplemento HIV
La incidencia y prevalencia de VIH
en mayores de 50 años y cómo abordarla
De acuerdo a artículos publicados en febrero de 2022 (Lancet) se observa que la prevalencia e incidencia del virus de VIH en personas mayores de 50 años ha ido en aumento. Además, muchas veces este grupo poblacional no es bien diagnosticado debido a que los síntomas de VIH se confunden con muchas otras enfermedades relacionadas a esta edad.
De 2015 a 2019, aumentó la prevalencia de infección de VIH en un 8%, mientras que la incidencia de la infección disminuyo en un 4%. Sin embargo, en personas mayores de 50 años, se determinó una prevalencia del 40%, con una incidencia del 15%. Se trata del grupo poblacional con mayor aumento. Esto se debe sobre todo a la actividad sexual llevada a cabo sin uso de profilácticos, ya que en estas edades es menor la preocupación por embarazos indeseados y, por lo mismo, se imaginan o “entienden” que no va a haber contagios de enfermedades.
Esto no se debe necesariamente a que las personas con parejas VIH positivas tengan relaciones sin protección, sino también a que los pacientes están viviendo por más tiempo. Con la prevalencia viene la incidencia. Actualmente hay una epidemia debido a que las personas con VIH viven mucho más, gracias a los cuidados y medicamentos para esta población. En los Estados Unidos, la edad media de los afectados es de 50 años, y al tener ellos relaciones entre sí o con menores que ellos y, por no utilizar medios de protección, aumenta la incidencia y prevalencia del VIH, así como el diagnóstico tardío de esta condición. A su vez, el diagnóstico tardío del VIH en personas mayores abre una brecha de vulnerabilidad para todo tipo de enfermedades.
Actualmente, el VIH es sumamente fácil de detectar, pero el abordar a personas mayores para que se efectúen la prueba, muchas veces es difícil y, dependiendo de la confianza que tengan con su médico, podrá ser esto más fácil o difícil. Por tal razón, cuando vemos a un paciente de más de 50 años con infecciones recurrentes, bien sean respiratorias o de otro tipo, es importante que se haga la prueba de cribado de VIH por lo menos una vez al año.
Tampoco importa si actualmente la persona no tiene pareja ni relaciones sexuales; debemos revisar el historial de los últimos 10 años, ya que esta información puede aclararnos muchas preguntas y puede guiarnos al diagnóstico de la condición de VIH. Por eso, debemos hacer que la prueba de VIH sea de rutina para personas de 50 años o más. Muchos proveedores tienen el concepto erróneo de que las personas mayores de 50 años no toman, no fuman, no usan drogas y tampoco tienen vida sexual. Más bien, a esa edad muchos tienen menos responsabilidades y están dispuestas a llevar a cabo todo tipo de actividades más libremente.
Por esto, debemos normalizar el hecho de que el proveedor primario envíe todas las pruebas de transmisión sexual, pues estos pacientes muy rara vez van a llegar a alguna clínica de epidemiología.
Además, el médico primario es el que se va a dar cuenta de las múltiples infecciones que pueden estar presentes, pues es el proveedor al cual van más nuestros pacientes. Es sumamente importante que seamos proactivos e indiquemos la prueba de VIH a todos nuestros pacientes y no solo a aquellos que pensamos que podrían ser positivos. Esta es la única manera en que podremos disminuir la prevalencia e incidencia del VIH y, así, avizorar para los pacientes de 50 años o más un futuro en el que sean más saludables y tengan el mejor cuidado para su salud.