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Los Dres. Robin Warren y James Marshall:

El descubrimiento del Helicobacter pylori como demostración de la persistencia y la convicción en la investigación científica

Nunca ha sido tarea fácil demostrar que algo establecido, o que se consideraba un dogma, no era correcto o estaba mal formulado. Para demostrar que la inflamación y que las úlceras gástricas y del duodeno podían tener una causa infecciosa, tuvieron que mediar el esfuerzo, la persistencia y la capacidad de observación de dos científicos australianos, los Dres. Robin Warren y James Marshall. Así, sus investigaciones han tenido una gran repercusión no solo para el tratamiento de estas condiciones que afectan a millones de personas, sino para que tengamos siempre presente la importancia del criterio científico, de la observación, del cuidado y del estar abiertos a nuevas posibilidades para poder progresar y mejorar.


Especial para Galenus

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Marco Villanueva-Meyer, MD

A fines de la década de 1970, el Dr. John Robin Warren observó unas bacterias en el epitelio gástrico inflamado y también en muestras de pacientes con gastritis asociadas a úlceras pépticas.

En 1979, el Dr. James Marshall trabajaba como fellow de Medicina Interna en el Royal Perth Hospital. Allí, tuvo oportunidad de ir interesándose en los trabajos de investigación en gastritis que realizaba el Dr. Warren y, desde 1981, colaboró con él formalmente en diferentes estudios clínicos, obteniendo cultivos y probando antibióticos y sales de bismuto.

Juntos empezaron a estudiar la presencia de una bacteria espiral en asociación con la gastritis. En 1982, realizaron el primer cultivo de esa bacteria y desarrollaron la hipótesis sobre la causa bacterial de las úlceras pépticas y del cáncer gástrico. En aquella época, la teoría de que una bacteria podía causar gastritis era ridiculizada por los científicos expertos, quienes manifestaron escepticismo, en base también a la creencia de que una bacteria no podía vivir en un medio ácido como el estómago.

Primer estudio para localizar la bacteria

En 1982, ellos lograron recibir fondos y apoyo para hacer un estudio de un año investigando las biopsias gástricas de 100 pacientes. Al inicio, los resultados fueron frustrantes. Las primeras 30 muestras no mostraron cambios que apoyaran su hipótesis.

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Sin embargo y de forma casual, hubo un giro inesperado en las observaciones pues la muestra número 31 salió positiva. Esto sucedió por un supuesto “descuido o error”, que al final fue una feliz coincidencia: se determinó que los tecnólogos del laboratorio descartaban las muestran luego de 2 días, lo que era la práctica estándar para muchos cultivos, en especial de la boca; pero, con la muestra 31 que había sido tomada un día jueves ocurrió que, por olvido, esta no se descartó antes del fin de semana y, al regresar el lunes, los tecnólogos observaron que era positiva y encontraron finalmente el germen que venían buscando. Así, determinaron que esta bacteria crecía en forma más lenta que en los dos días que se le daba a las muestras. De esa manera se prosiguieron los estudios y entonces sí se pudo determinar positividad en la mayoría de las muestras. La bacteria que hasta ese momento era desconocida fue llamada por ellos “Campylobacter-like” por su parecido a esta especie. Sometieron los primeros resultados a la Sociedad Gastroenterológica de Australia, pero su artículo fue rechazado y, más bien, catalogado en el 10% más bajo de los recibidos en ese año.

En 1983, la revista The Lancet los publicó en dos breves cartas, con el mismo título, firmadas separadamente por los dos investigadores.

Prueba decisiva e inoculación de Marshall

Sin embargo, aún era necesario confirmar que la causa de las úlceras estomacales era una bacteria y que este problema se podía curar con antibióticos. Ese era el planteamiento en el que venían trabajando Warren y Marshall.

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Para continuar los estudios, trataron de probar en animales, pero no tuvieron éxito en infectar a cerdos, por lo que decidieron probar en humanos: para cumplir con esto, Marshall decidió ser él mismo el “conejillo de indias”. Así, se inoculó a sí mismo la bacteria para comprobar y describir en forma directa los efectos del germen.

Primero, realizaron una endoscopia de base que no mostró ninguna úlcera o alteración en la mucosa; luego tomó un caldo que contenía cultivos del germen que estaban investigando. Pensó que quizás desarrollaría en algunos años una úlcera. Pero, para su sorpresa, tan solo a los 3 días desarrolló náuseas y una halitosis debido a aclorhidria. No había ácido en el estómago para destruir a las bacterias, y sus productos de desecho se manifestaban como un mal aliento, el cual fue notado solo por su madre. Entre los días 5 y 8 desarrolló vómitos. Al día 8 le hicieron una segunda endoscopía y demostraron una inflamación masiva (gastritis), y de la biopsia se pudo cultivar la misma bacteria, confirmando que esta se había establecido en el estómago. Al día 14 le hicieron una tercera endoscopía y se iniciaron antibióticos. De esa manera, con la autoinoculación de la bacteria que origina gastritis, Marshall logró cumplir los postulados de Koch para gastritis –pero no para úlceras pépticas–, siendo también tratado y curado con sales de bismuto y metronidazol.

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En colaboración con microbiólogos, clasificaron la nueva bacteria dentro del género Helicobacter, como pylori. Después, determinaron que esta bacteria se encontraba en casi todos los pacientes con inflamación gástrica, con úlcera gástrica o duodenal. Estos resultados fueron publicados finalmente en 1984 en la revista The Lancet.

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Posteriormente, los resultados se publicaron en 1985 en Medical Journal of Australia, convirtiéndose con el tiempo en uno de los más citados de esa revista.

Luego de este descubrimiento, Warren y Marshall siguieron trabajando en el estudio de la epidemiología de estas infecciones y así se demostraría que la gran mayoría de las úlceras gástricas y duodenales tienen al Helicobacter pylori como causa (cerca del 80% y del 90%, respectivamente).

Actualmente, la gastritis y la úlcera péptica se consideran enfermedades infecciosas. En su diagnóstico y tratamiento se incluyen métodos de detección de la bacteria y antibióticos, respectivamente. Además, se ha comprobado la relación causal entre el Helicobacter pylori y el adenocarcinoma y el linfoma gástrico, y se ha sugerido su relación con algunas enfermedades extradigestivas.

Marshall y Warren continuaron sus investigaciones y obtuvieron múltiples reconocimientos internacionales, llegando a recibir, en 2005, el Premio Nobel de Medicina, “por sus trabajos sobre la bacteria ‘Helicobacter pylori’ y su papel en el desarrollo de la gastritis y la úlcera péptica”. Este fue el segundo Premio Nobel que se otorgó por descubrir un agente etiológico per se, a 100 años de distancia de aquel que se otorgó en 1905 a Roberto Koch por descubrir la M. tuberculosis. Esto resalta aún más la repercusión de este descubrimiento.

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Comentario

Al inicio, fue difícil conseguir apoyo y aprobación. La teoría del germen de Warren y Marshall encontró mucho escepticismo en la comunidad médica, científica, farmacéutica y de investigadores. Sin embargo, el tiempo y los resultados de sus experimentos acabaron dándoles la razón. Marshall demostró por autoinoculación de estas bacterias, hoy llamadas Helicobacter pylori, que ellas causan gastritis y que su colonización crónica lleva directamente a una ulceración péptica. Gracias a esto, en la actualidad los pacientes con úlceras gástricas y duodenales pueden ser tratados con una combinación de antibióticos y otros fármacos apropiados.

El punto de vista según el cual los trastornos gástricos son enfermedades infecciosas está bien establecido y hay evidencia del rol de H. pylori en cáncer gástrico. El trabajo de Marshall y Warren ha producido uno de los cambios más radicales en la percepción médica en los últimos 50 años.

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Referencias

  • Warren JR (June 1983). Unidentified curved bacilli on gastric epithelium in active chronic gastritis. The Lancet. 321 (8336): 1273–5..
  • Marshall BJ, Warren JR (June 1984). Unidentified curved bacilli in the stomach of patients with gastritis and peptic ulceration. The Lancet. 323 (8390): 1311–5.
  • Barry, Marshall (2005). Autobiography. Nobel Foundation. Archived from the original on 18 February 2007.
  • Barry Marshall Interview, H. Pylori and the Making of a Myth. Academy of Achievement. 23 May 1998. Archived from the original on 24 June 2013. Retrieved 28 January 2007.
  • The Doctor Who Drank Infectious Broth, Gave Himself an Ulcer, and Solved a Medical Mystery. Discover Magazine. 24 January 2018.
  • Marshall BJ, Armstrong JA, McGechie DB, Glancy RJ (1985). Attempt to fulfil Koch’s postulates for pyloric Campylobacter. Medical Journal of Australia. 142 (8): 436–9..
  • Surveyor I, Goodwin CS, Mullan BP, Geelhoed E, Warren JR, Murray RN, Waters TE, Sanderson CR (1989). The 14C-urea breath-test for the detection of gastric Campylobacter pylori infection. Med J Aust. 151 (8): 435–439.
  • WHO/OMS ; gastric cancer. Statistics and Epidemiology. 2022.
  • Arnold M, et al. Global Burden of 5 Major Types of Gastrointestinal Gacer. Gastroenterology. 2020. Vol 159 (1), p 335-349.
  • Marshall B (Editor). Helicobacters pioneers: Firsthand Accounts from the Scientist Who Discovered Helicobacters. 1892-2002. Melbourne: Blackwell Science. Asia Pty Ltd . First printed 2002.