Vivir: Pensamientos sobre el cáncer y la vida

Jesús Rodríguez Arroyo, MD, FAOG, FACS

Jesús Rodríguez Arroyo, MD, FAOG, FACS
Especialista en Ginecología Oncológica
Profesor Asistente, Escuela de Medicina, UPR
Profesor Asistente, Ponce School of Medicine

Muchos de nosotros hemos tenido la oportunidad de ser participes en la vida de pacientes diagnosticados con cáncer, pudiéndose tratar inclusive de amigos, familiares o conocidos.

Actitud y valorar la vida

Es nuestra actitud, comprensión y ayuda a estas personas lo que marcará el resto de sus vidas. Es importante hacerles comprender que la vida es un regalo que se debe apreciar en el día a día, una experiencia única y personal. Muchos viven día y noche con miedo, con inseguridad o incertidumbre sobre su futuro. En aquellos que comparten esta experiencia como pareja, aun un argumento, una discusión pueden hacer que se sientan normales. Sobre esto, Gilda Wilder expresó “es bueno discutir, pues no lo haría si pensara que estuviera muriendo”.

Recordemos que para el paciente de cáncer es difícil que su familia y amigos reconozcan que es la misma persona que era antes del diagnóstico. El paciente desea vivir su vida y que esta continúe. Tener cáncer es un proceso educativo continuo e intenso, por el cual se aprende cada día a través de los tratamientos y las experiencias relacionadas.

Diagnóstico e información

Un diagnóstico de cáncer conlleva que la persona pueda sentir que pierde el control de su vida. Es sumamente importante que el paciente obtenga la información más exacta con relación al tumor o enfermedad que la aqueja. Esta información incluye las opciones de tratamiento, los riesgos y beneficios y, especialmente, la expectativa de vida. Para muchos, este diagnóstico inicialmente parece ser un sueño, pero luego se entiende que es una realidad, en la que el paciente se enfrenta a tomar decisiones rápidas, sobre todo para iniciar un tratamiento.

Tratamiento y trabajo en equipo

Durante el tratamiento, el paciente entrará en contacto con varios profesionales de la salud incluyendo ginecólogos oncólogos, cirujanos oncólogos, oncólogos médicos y radioterapeutas. Además, tendrá el apoyo de enfermeras oncólogas, trabajadores sociales y soporte religioso. Ellos formarán su equipo de tratamiento.

La experiencia de tener un diagnóstico de cáncer afectará el sentir y el aprecio por el propio cuerpo, así como la manera de vivir. Sin importar el tratamiento prescrito, el paciente sentirá efectos de fatiga, también por las múltiples y frecuentes citas médicas que a veces le imposibilitarán realizar las tareas rutinarias en su hogar. Probablemente tenga que aceptar un plan real para modificar su retorno al trabajo, recordando que este debe ser flexible, dependiendo de los cambios que puedan surgir durante su tratamiento.

Comprensión y esperanza

Mientras vaya recibiendo tratamiento, el paciente deberá entender y aceptar que el retorno a su vida plena tomará tiempo. Es el paciente quien tomará el control de sus reacciones y de su vida según vaya enfrentando las incertidumbres frente a lo desconocido. La esperanza le ayudará a ver los aspectos positivos de la vida. Si tiene creencias religiosas, deberá buscar en su comunidad religiosa un apoyo adicional en el día a día y el vivir.