Historia universal
Maimónides: “Médico de príncipes y príncipe de médicos”
Maimónides fue el médico, rabino y teólogo judío más celebre de la Edad Media. Su concepto integral del ser humano y el criterio racionalista y amplio de su filosofía hacen que su obra mantenga vigencia y siga siendo admirada.
Maimónides, también conocido como Moshé ben Maimón, o como Rabí Moisés el Egipcio entre los cristianos, nació en Córdova en 1135 y vivió hasta 1204. Cuando Córdova fue conquistada por los almohades que impusieron el Islam, él tenía 13 años. Su familia tuvo que aparentar su conversión al Islam y cambiar a menudo de residencia. Hacia 1165, se traslada finalmente a Egipto, donde residió el resto de su vida. Ejerció la medicina obteniendo gran fama y admiración en la corte del sultán Saladino y, luego, en la de su hijo al-Fadl. Su obra trascendió fronteras y el tiempo, y hasta la actualidad han perdurado muchos conceptos que él planteó, en medicina, filosofía y otros campos.
Su filosofía
Su importancia como filósofo fue enorme en la época medieval, habiendo influenciado el pensamiento de personalidades de generaciones posteriores como Spinoza, Tomás de Aquino, Newton y Leibniz. Su pensamiento práctico y abierto hizo que su obra filosófica, además de muy reconocida, también fuera cuestionada por el judaísmo conservador que lo llegó a considerar hereje. Mishne Torá también conocida como Código de Maimónides, es su obra legal-teológica en la que sintetiza y organiza la ley bíblica y rabínica. El mal lo explica por la limitación de la criatura y por sus desórdenes.
Obra médica
Como médico, dejó una importante huella en la tradición popular que lo muestra, sobre todo, como un médico a quien se atribuyen milagros que le elevan al nivel de santo y sabio. En medicina escribió un buen número de tratados, como el que dedicó al sultán Saladino, el Tratado sobre los venenos y sus antídotos, al hijo del sultán, Al-Fadl, Guía de la buena salud y la Explicación de las alteraciones.
Sus 10 tratados médicos muestran su humanismo como médico, su énfasis en la medicina preventiva y su visión del paciente como un todo, incluyendo la mente y el cuerpo. Hizo descripciones extraordinarias de hepatitis, neumonía, diabetes, asma y otras enfermedades. Las recomendaciones de Maimónides a las personas de edad avanzada son de particular interés y muy actuales. Recomendaba meriendas pequeñas y más frecuentes, dio importancia a la intolerancia a los lácteos y a la necesidad de alimentarse con fibra. Insistió en la necesidad de actividad física, en especial al caminar, que semeja la recomendación actual de ejercicio de bajo impacto.
| El Juramento Médico de Maimónides es reconocido por muchos como lo más cercano al ideal de la profesión médica. En varias universidades del mundo y en todo Israel, los médicos hacen su juramento profesional con este, en reemplazo del tradicional Juramento de Hipócrates:
“Ahora me dispongo a cumplir la tarea de mi profesión. Asísteme, Todopoderoso, para que tenga éxito en esta gran empresa.
Que siempre me inspire el amor a la ciencia y a sus criaturas.
Que en mi afán no se mezcle la ansiedad de dinero y el anhelo de gloria o fama, pues estos son enemigos de la verdad y del amor al hombre, y me podrían también llevar a errar en mi tarea de hacer el bien a mis semejantes.
Conserva las fuerzas de mi cuerpo y de mi alma para que siempre y sin desmayo este dispuesto a auxiliar y asistir al rico y al pobre, al bueno y al malo, al enemigo y al amigo. En el que sufre, hazme ver solamente al hombre.
Alumbra mi inteligencia para que perciba lo existente y palpe lo escondido e invisible.
Que yo no descienda y entienda mal lo visible y que tampoco me envanezca, porque entonces podría ver lo que en verdad no existe. Haz que mi espíritu esté siempre alerta, que junto a la cama del enfermo ninguna cosa extraña turbe mi atención, que nada me altere durante los trabajos silenciosos.
Que mis pacientes confíen en mí y en mi arte; que obedezcan mis prescripciones e indicaciones. Arroja de su lecho a todos los curanderos y la multitud de parientes aconsejadores y sabios enfermos, porque se trata de personas crueles que con su palabrerío anulan los mejores propósitos de la ciencia y a menudo traen la muerte a tus criaturas.
Cuando médicos más inteligentes y sabios quieran aconsejarme, perfeccionarme y enseñarme, haz que mi espíritu les agradezca y obedezca, pero cuando tontos pretenciosos me acusen, haz que el amor fortifique plenamente mi espíritu para que con obstinación sirva a la verdad sin atender a los años, a la gloria y la fama, porque el hacer concesiones traería perjuicio a tus criaturas.
Que mi espíritu sea benigno y suave cuando camaradas más viejos, haciendo mérito a su mayor edad, me desplacen y befen, ofendiéndome, me hagan mejor. Haz que también esto se convierta en mi beneficio, para que conozca algo que no sé, pero que no me hiera su engreimiento: son viejos y la vejez no es un freno para las pasiones.
Hazme humilde en todo, pero no en el gran arte. No dejes despertar en mí el pensamiento de que ya sé lo suficiente, sino dame fuerza, tiempo y voluntad para ensanchar siempre mis conocimientos y adquirir otros nuevos. La ciencia es grande y la inteligencia del hombre cada vez cava más hondo”. |
Además de su obra escrita y del Juramento Médico arriba descrito su nombre perdura en varias escuelas de Medicina, hospitales, bibliotecas y escuelas de todo el mundo.
Literatura
1. Guía de perplejos. Quinta edición. Edición a cargo de David Gonzalo Maeso. Madrid: Ed. Trotta.
2. Aguinis, Marcos. Maimónides. Biblioteca Popular Judía: Buenos Aires, 1976.
3. El Correo de la UNESCO. “Averroes y Maimónides. Dos grandes espíritus del siglo XII”. 9:1986.
4. Gaos, José (1940). La filosofía de Maimónides.
5. Hayoun, Maurice-Ruben. Maimónides o el otro Moisés. Ed. Dolmen: Santiago, 1998.
6. Heschel, Abraham Joshua. Maimónides. Ed. Amia: Buenos Aires, 1997.
7. The Medical Legacy of Moses Maimonides. Fred Rosner Hoboken, NJ: KTAV Publishing, 1998.