SUPLEMENTO REUMATOLOGÍA
Gota:
La artritis inflamatoria más común
Epidemiología
La gota es considerada el tipo de artritis inflamatoria más común. Su prevalencia en el mundo oscila entre el 1% y el 4%. En los Estados Unidos es del 3.9% y afecta a cerca de 9.2 millones de personas. Se presenta en los hombres con mayor frecuencia que en las mujeres, en proporciones que pueden variar de 3:1 hasta 10:1. Sin embargo, al llegar las mujeres a la menopausia, el riesgo de sufrir gota se iguala al de los hombres.
Aspectos etiológicos
La gota es causada por el depósito de cristales de urato monosódico (UMS) en las articulaciones, áreas periarticulares y a nivel subcutáneo. Este depósito se debe a una hiperuricemia sostenida. El valor de saturación de ácido úrico, es decir, la concentración necesaria para que se formen cristales, es de 6.8mg/dL.
Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones clínicas se expresan en episodios frecuentes de dolor, enrojecimiento e hinchazón de las coyunturas. En sus inicios se puede manifestar como una artritis oligoarticular (que afecta solo una articulación) y en la fase crónica pueden estar afectadas múltiples articulaciones. Las coyunturas que más frecuentemente se ven perjudicadas son el primer metatarso del pie (podagra), los tobillos, los pies y las muñecas, entre otros.
Los pacientes que sufren de gota por un tiempo prolongado pueden desarrollar acumulación de cristales de UMS, conocidos como tofos. Estos depósitos pueden estar localizados en cualquier parte del cuerpo, pero están predominantemente en zonas como el olecranon, el tendón de Aquiles o el hélix auricular. El diagnóstico definitivo se establece identificando cristales de UMS en una muestra de líquido sinovial o en el aspirado de un tofo. Estos cristales son visibles mediante microscopio de luz polarizada.
Opciones terapéuticas
El tratamiento medicamentoso de la gota se divide en 2 categorías:
- Los medicamentos que alivian el dolor y la inflamación; y
- Los que disminuyen los niveles de ácido úrico. Se recomienda que el nivel de ácido úrico se mantenga en 6 mg/dL o menos. En los pacientes que sufren de gota tofácea, los niveles de ácido úrico deseados son más rigurosos y se recomiendan niveles de 5 mg/dL o menos.
Los antiinflamatorios no esteroideos, la colchicina y los corticosteroides, ya sea en forma oral o inyectable, son los tratamientos utilizados para aliviar el dolor y la inflamación. La elección del tratamiento dependerá de las enfermedades concomitantes y de los posibles efectos adversos de estos fármacos. En general, estos medicamentos se inician al mismo tiempo que las terapias que reducen el ácido úrico y el paciente permanece con ellos por un periodo de 3 a 6 meses.
Los medicamentos para disminuir los niveles de ácido úrico son varios, entre ellos los inhibidores de la xantina oxidasa –como el alopurinol y el febuxostat–, los medicamentos que aumentan la excreción de ácido úrico en orina –como probenecidy, en casos más severos y refractarios, se utiliza una uricasa recombinante pegilada conocida como pegloticasa.
Hay ciertos medicamentos de uso frecuente en estos pacientes que pueden ayudar a disminuir el ácido úrico, como el losartán y los fenofibratos. Dado que una gran mayoría de los pacientes con gota tiene al menos un componente del síndrome metabólico, vale la pena seleccionar estas terapias como parte del tratamiento.
Síndrome metabólico y gota
El síndrome metabólico está estrechamente relacionado con la gota. Diferentes estudios sugieren que los individuos con gota tienen un aumento en la mortalidad. Este se puede atribuir a las comorbilidades que sufren estos pacientes, como enfermedades renales y cardiovasculares. En un estudio realizado en hombres jóvenes con síndrome metabólico, se determinó que el riesgo de gota era de 2.4 veces mayor en comparación con sus pares que no padecían del síndrome metabólico. Otros estudios sugieren que la prevalencia del síndrome metabólico en pacientes con gota puede ser de hasta un 55%, la obesidad central del 84.5%, la elevación en los triglicéridos de 35.6%, la disminución de HDL de 45.4%, la hipertensión arterial del 74.1% y el aumento en la glucosa tener una prevalencia del 48.9%. La gota está relacionada con todos los componentes del síndrome metabólico.
Modificaciones del estilo de vida
Las modificaciones de estilo de vida son sumamente importantes y pueden tener un impacto directo en el tratamiento de la gota y de sus comorbilidades. Hay que aclarar que esta modalidad como tratamiento no es suficiente para controlar la enfermedad y alcanzar un nivel de ácido úrico adecuado. Sin embargo, las modificaciones en la dieta tienden a reducir 1 mg/dL de ácido úrico. Actualmente se sabe que los cambios en la alimentación tienen un impacto importante en la reducción del síndrome metabólico y, por lo tanto, en la mortalidad de los pacientes con gota.
Educar a los pacientes sobre su enfermedad y los estilos de vida es esencial para evitar complicaciones. Se debe aconsejar aumentar la actividad física, bajar de peso y realizar cambios en la alimentación. Algunas recomendaciones sobre la dieta incluyen: limitar la ingesta de purinas de origen animal, como carnes rojas, hígado y mariscos con cascarón. También se debe evitar el consumo de bebidas ricas en fructosa, como jugos y sodas,
ya que son altas en contenido de purinas. Al hacer estas recomendaciones, se debe proporcionar ejemplos de alternativas saludables y consultar con un profesional en nutrición para no aumentar la ingesta de carbohidratos e indirectamente empeorar el síndrome metabólico. Se ha encontrado una relación inversa o una disminución en el ácido úrico al ingerir productos lácteos como yogures, purinas de origen vegetal, legumbres, dietas ricas en fibra, café y suplementos de vitamina C.
Otro aspecto importante relacionado con los hábitos de vida es orientar a los pacientes sobre el consumo de bebidas alcohólicas, especialmente la cerveza. Tanto la cantidad como el tipo de alcohol están relacionados con exacerbaciones de la gota. El alcohol compite con la excreción de ácido úrico a nivel renal y promueve la acumulación de ácido úrico.
Comentario
En resumen, la artritis por gota es la artritis inflamatoria más común. Muchos estudios sugieren una estrecha relación entre el síndrome metabólico y el aumento en la mortalidad de pacientes con gota. Si queremos mejorar el tratamiento de nuestros pacientes, también debemos aconsejarlos y acompañarlos en las modificaciones de sus estilos de vida y en el manejo de las comorbilidades que podrían estar presentes.
Referencias
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