Hospital Municipal de la Capital: Trayectoria gloriosa y oportunidad real
El Hospital Municipal de San Juan se estableció inicialmente en la isleta de San Juan en 1875. En 1909, fue relocalizado en la Avenida de Diego en Santurce. El Hospital de la Capital ha sido la meca de la educación médica en Puerto Rico. En 1900, el Dr. Manuel Figueroa creó la primera residencia en Cirugía General. Allí completaron su adiestramiento tres cirujanos. El Departamento de Cirugía era lo que en la actualidad es el Museo de Arte de Puerto Rico.En 1912, se fundó la Asociación de Cirujanos de Puerto Rico, un año antes de crearse el Colegio Americano de Cirujanos. En el Hospital de la Capital en Santurce se abrió el primer internado médico de la isla, siendo el primer interno, en 1912, el Dr. Pedro Malaret Tió, padre del cardiólogo Germán Malaret.
Al crearse la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico en 1950, el Hospital Municipal de Santurce fue utilizado como el taller clínico para sus estudiantes. Allí comenzaron los programas de residencia en Cirugía General, cuando doña Felisa Rincón de Gautier era la Alcaldesa de la Capital. Bajo la jefatura del Dr. Guillermo Barbosa, aún antes de establecerse la residencia en Cirugía General, se adiestraron los doctores David Rodríguez Pérez, su hermano Eduardo, Manuel Garrido Carmona, Gumersindo Blanco Dalmau y otros. El primer residente en graduarse como cirujano general bajo el programa de la Escuela de Medicina fue el Dr. Taufick E. Bendeck, de Honduras. Le siguieron los Dres. Ricardo Arredondo, José Bernal, Efraín Defendini, Marino Blasini Rivera y Johnny Sanabria, entre otros.
En el Hospital Municipal de Santurce comenzó el programa de Cirugía Cardiovascular bajo la dirección del Dr. Francisco L. Raffucci, padre intelectual de un gran número de cirujanos que actualmente practican en Puerto Rico y en los Estados Unidos. El Dr. Raffucci realizó la primera operación de paratiroides en Puerto Rico en 1962 y la patología fue interpretada por otro gigante de la medicina, el Dr. Enrique Koppish. Los directores de departamento incluían al Dr. José Noya Benítez en Cirugía, al Dr. Rurico Díaz Rivera en Medicina, al Dr. Antonio Ortiz en Pediatría, al Dr. Iván Pelegrina en Obstetricia y Ginecología, al Dr. Luis Sanjurjo en Urología, al Dr. Guillermo Picó en Oftalmología y al Dr. José Picó en Otorrinolaringología. Esta fue la época gloriosa y de grandiosidad del Hospital Municipal de San Juan.
En 1960, por problemas en los costos que la educación médica le imponía al Municipio de San Juan y ante la planificación para crear el Centro Médico de Puerto Rico, la Escuela de Medicina comenzó a utilizar el Hospital de Tuberculosos de Río Piedras como su Hospital Universitario.
En 1965, el Hospital Municipal se mudó al Centro Médico de Puerto Rico. El Dr. Ernesto Marchand era el jefe de Medicina Interna y el Dr. Santiago Casanova Díaz, de Cirugía. Se continuaron los programas de residencias médicas, pero se fueron perdiendo varios de ellos en forma gradual, incluyendo el de Cirugía General. Los médicos, enfermeras y administradores siguen trabajando en forma incansable, a pesar de los serios problemas económicos.
Al presente, tanto la administración central como la municipal dependen de las autoridades municipales actuales o de turno. Sería altamente beneficioso y recomendable que el Hospital de la Capital se integrara a los programas educativos de la Escuela de Medicina, que los estudiantes de Medicina así como los residentes de los 38 programas del Recinto de Ciencias Médicas utilicen los nueve CDTs para su adiestramiento, y que los pacientes que requieran admisión sean referidos al Hospital de la Capital. Esto debe evaluarse en un diálogo con los grupos médicos que tienen contratos con el Municipio de San Juan bajo la Reforma de Salud. Paulatinamente, se podrían crear nuevos programas de especialidades médicas que tanta falta hacen a los puertorriqueños. El Dr. José H. Martínez ya comenzó una residencia en endocrinología, especialidad que está en peligro de extinción en Puerto Rico. Compete tanto a los políticos como a los administradores médicos restablecer la grandiosidad que tuvo en el pasado el Hospital Municipal de la Capital para beneficio de nuestra población.