El Dr. Luis F. Sala:
Cirujano, educador y líder médico
En la figura del Dr. Luis F. Sala se unieron el médico –cuya vocación lo llevó a realizar un trabajo de excelencia en cirugía–, el maestro y educador por naturaleza –que disfrutó transmitiendo sus conocimientos– y el líder que trabajó para el beneficio de su comunidad. En ese sentido, su esfuerzo y dedicación –junto con los de otros líderes que soñaban con una escuela de medicina en Ponce– se vieron coronados con el inicio de la Escuela de Medicina de Ponce.
Sus inicios en Medicina
Ingresó a la Universidad de Georgetown a estudiar Premédica y luego Medicina, graduándose en 1943. Regresó a Puerto Rico para hacer su internado en el Hospital Presbiteriano, que en ese entonces tenía quizás el mejor programa de internado de la isla. Estoy seguro de que él pasó algún tiempo en la Escuela de Medicina Tropical, como hacían los internos del Hospital Presbiteriano, y que allí conoció a figuras ilustres de nuestra medicina.
En 1944 fue reclutado en las fuerzas armadas durante la Segunda Guerra Mundial. Al completar sus obligaciones militares, fue aceptado para hacer una residencia en Cirugía en el famoso Hospital General de Filadelfia, en 1947. Al terminar la residencia, obtuvo una maestría en Cirugía de la famosa Universidad de Pensilvania. Regresó a Puerto Rico e ingresó, por un periodo breve, como profesor asistente en Cirugía en la recién creada Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico.
Cirujano y maestro en Ponce
Al poco tiempo se mudó a Ponce, donde trabajó en el Hospital Damas, que entonces era el principal hospital de esa comunidad. En poco tiempo desarrolló una reputación como un buen cirujano y fue nombrado Jefe de Cirugía. El hospital tenía un muy reconocido programa de internado y el Dr. Sala era un maestro nato. Los internos de esa época lo recuerdan como un gran educador que se preocupaba por ellos y atendía sus necesidades e intereses.
En esos días la facultad médica del Hospital Damas era impresionante. Allí estaba el Dr. Ernesto Colón Yordán, quien fue jefe de Anestesiología y Director Médico. Otros médicos famosos eran el Dr. Remy Rodríguez, internista y hematólogo, el Dr. Enrique Vicéns, otorrinolaringólogo, el Dr. Manuel Alsina, urólogo, el Dr. José Luis Jiménez Vélez, anestesiólogo y encargado del banco de sangre, el Dr. Félix Cortés, cardiólogo, el Dr. Miguel Arzola, internista y cardiólogo y el Dr. Carlos Quilinchini, cirujano. Otro destacado médico era el Dr. José R. González Flores, un médico internista y especialista en adolecentes, que fue mi médico cuando el Dr. Gowe del Hospital San Lucas se retiró.
Sueño de una escuela de Medicina en Ponce
Desde esa época Ponce deseaba y planificaba tener una escuela de Medicina; inclusive el Alcalde Andrés Grillasca hizo todo lo que estuvo a su alcance para que la Escuela de Medicina de la UPR se fundara en aquella ciudad.
En 1975, con el estímulo económico del programa federal de capitación, la Escuela de Medicina de la UPR aumentó su matrícula a 150 estudiantes por año y estableció un Consorcio Educativo en el Hospital de Distrito de Ponce. Pero Ponce no dejó de soñar con su propia escuela de Medicina y cuando el Dr. Francisco Carreras era Presidente de la Universidad Católica y el Dr. Sala era miembro de la Junta de Directores de esa Universidad, se comenzó con la soñada Escuela de Medicina. Estoy seguro de que el Dr. Sala fue la fuerza motora para la creación de la Escuela de Medicina de la Universidad Católica en 1976. Con el respaldo del Obispo Fremiot Torres Oliver, se organizó la Escuela y se reclutó a un reconocido médico endocrinólogo, el Dr. Alfred Bongiovanni como Decano de Medicina.
Pero la Escuela de Medicina era muy costosa y al poco tiempo la universidad reconoció que no podía cubrir los elevados costos y gastos, y tuvo que considerar cerrarla. En esos días yo era Rector del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR y colaboré con el Obispado y con el Dr. Carreras para trasladar a los estudiantes a nuestra Escuela de Medicina, teniendo como taller el Hospital de Distrito. Pero el Dr. Sala no pensaba igual y bajo su liderato y con la ayuda de muchos ponceños se formó un grupo de la comunidad para establecer la Ponce School of Medicine en 1980. El Dr. Sala pasó a ser Presidente de la Junta de Directores. El Dr. José N. Correa, un distinguido radioterapeuta, fue nombrado Decano. Eso salvó a la Escuela de Medicina en Ponce, aunque tomó años eliminar de la mente que ya no era parte de la Universidad Católica. El Dr. Sala luego fue Decano de la Escuela.
Se reclutaron líderes en educación superior como el Dr. Fred Soltero Harrington y luego el Dr. Máximo Cerame Vivas, como Decanos de Asuntos Académicos. La Escuela floreció graduando excelentes médicos de Puerto Rico y de los Estados Unidos. En los años subsiguientes, el Dr. Jaime Rivera Dueño, anterior Secretario de Salud, el Dr. Manuel Martínez Maldonado y el Dr. Raúl Armstrong fueron Presidentes-Decanos de la institución, entre otros. Hoy en día, la Dra. Olga Rodríguez de Arzola es la Decana.
Líder médico y de su comunidad
El Dr. Sala fue un visionario y un verdadero Quijote de nuestra medicina. En su práctica era un excelente cirujano y vio tempranamente el beneficio de la quimioterapia para sus pacientes con cáncer de colon, llegando a utilizarla en forma rutinaria. En 1966 fue elegido Presidente de la Asociación Médica de Puerto Rico y desde esa posición luchó para traer Medicare a la isla. En 1969, el Gobernador Luis A. Ferré, su íntimo amigo, lo designó Presidente de la Junta de Salud Estatal y miembro del Tribunal Examinador de Médicos.
El Dr. Sala tenía un trato muy caballeroso, era muy cortés pero al mismo tiempo firme en sus ideas y posiciones. Le gustaba convencer dialogando. Tenía muchos amigos a quienes les escribía, y es así que nos solía enviar mensajes telegráficos de una o dos líneas en maquinilla, para alertarnos, notificarnos o felicitarnos por algo que él consideraba de importancia.
El Dr. Sala fue uno de nuestros médicos más distinguidos y un líder en Puerto Rico. Era fellow del American College of Surgeons y en 1989 recibió el premio por servicios distinguidos en Atlanta, Georgia. En 1995, la Academia Médica del Sur lo honró al crear la “Medalla Luis R. Sala” en su honor.
Él era un católico devoto, tanto así que fue nombrado por el Papa como Teniente de La Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén. Era un líder cívico, en especial en los Niños Escuchas (Boy Scouts), llegando a recibir el Premio Silver Beaver.
Muchos pacientes, estudiantes y amigos fueron influenciados por Dr. Luis F. Sala. Era todo un caballero y un gran puertorriqueño.