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El virus de inmunodeficiencia humano (VIH) y el grupo poblacional transgénero

Vilmary Sierra Rosa, MD, AAHIVS

Vilmary Sierra Rosa, MD, AAHIVS
Presidenta de la Asociación de Médicos Tratantes de VIH de Puerto Rico,
Facultativa Florida/Caribbean AIDS Education and
Training Center del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR
Concilio de Salud Integral de Loíza
Práctica privada en Carolina

Aspectos generales y atención médica

En la actualidad, en las oficinas médicas se está viendo más a este grupo poblacional debido a las iniciativas de HRSA (Health Resources and Services Administration o Administración de Recursos y Servicios de Salud de los Estados Unidos) de enlazar el paciente transgénero al tratamiento para VIH en el menor tiempo posible de la misma manera como ocurre con la población en general. Esto es recomendable porque la población transgénero en particular es uno de los grupos poblacionales con un mayor riesgo de contagio de VIH. Por muchos años esta población ha sido casi invisible, debido a sus horarios y al trato que se le ha dado en centros de tratamientos y hospitalarios. Esto último lo refieren los mismos pacientes cuando se les ha preguntado o entrevistado sobre los motivos para no buscar ni haber buscado tratamiento médico.

Definición de transgénero y algunas cifras

Una persona transgénero es aquella cuya identificación de género difiere del sexo asignado al nacer. Actualmente, en los Estados Unidos se ha identificado que cerca del 0,3% de la población general (casi 700 mil personas) se identifica como transgénero. Para estas personas, acceder a situaciones legales como cambio de nombre o de sexo en documentos oficiales es algo muy limitado o complejo. Esto margina también al paciente para poder buscar tratamiento.

Por otro lado, un dato curioso es que no toda la población transgénero se identifica como tal, ya que muchos simplemente no se definen. Por eso una de las mejores maneras al momento de iniciar una entrevista médica con un paciente es preguntarle: 1. ¿Cuál es su identidad de género actual?; y 2. ¿Qué sexo se le asignó al nacer? De esta manera podremos saber cómo poder abordar al paciente sin que uno se sienta intimidado o con temor a equivocarse; por otro lado, el paciente se sentirá respetado y verá que a uno, como médico, lo que en esencia le interesa es su bienestar.

El VIH en la población transgénero en los Estados Unidos se estima para el 2015 en una prevalencia del 4,5% en los casos reportados en laboratorios efectuados a la población de hombres transgénero. En el caso de mujeres transgénero, la prevalencia de VIH es mayor, llegando hasta cerca de un 22%. En los estudios se ha observado que las mujeres transgénero que tienen relaciones sexuales con hombres son las que mayor riesgo de contagio de VIH tienen.

Estudios y cifras en Puerto Rico

En Puerto Rico no tenemos estudios publicados que se hayan realizado en esta población en específico. Se ha podido ver que la tasa de seropositividad en mujeres transgénero que reciben servicios de prevención y de pruebas para detectar VIH muestra una prevalencia del 5%. En 2011 se llevó a cabo un estudio pequeño con una muestra de 50 pacientes transgénero; allí se determinó que el 62% de estos pacientes desconocían su estatus de VIH. En otro estudio llevado a cabo en 2015 en Puerto Rico se utilizó una muestra de 50 mujeres transgénero y 1 de cada 10 informó tener un diagnóstico de VIH positivo.

Problemática en diagnóstico y tratamiento

Una de las razones de más peso que esta población manifiesta para no hacerse la prueba de VIH y/o buscar tratamiento es el hecho de que en el caso que la prueba salga positiva el tratamiento para el VIH va a interferir con su tratamiento hormonal. Este concepto surge porque el tratamiento hormonal para esta población es más importante que cualquier otra cosa. Por lo tanto, queda en manos y a criterio de los médicos explicar en forma cuidadosa y detenida las ventajas y las desventajas del mismo, y tratar de buscar las mejores alternativas terapéuticas que puedan compatibilizar el tratamiento de VIH con el tratamiento hormonal, y viceversa. Estas alternativas existen. Por eso, depende de nuestra sensibilidad hacia la población y de nuestra relación y comunicación (raport) con el paciente el que ambas situaciones sean bien balanceadas y tratadas.

Guías especializadas

En la actualidad hay una excelente guía de tratamiento preparada por la Universidad de San Francisco, California, en el Center of Excellence for Transgender Health, la cual dirige paso a paso al médico en el tratamiento de este grupo poblacional. Esta población existe y ya no se trata de un grupo invisible, por lo que finalmente mucho depende de nuestra empatía y disposición con estos pacientes para poder llegar a un nivel cero de contagio en este grupo.

Comentario

Por lo mencionado, está en nosotros, los médicos, la llave para poder ayudar y orientar a estos pacientes, para que busquen un tratamiento lo antes posible al ser diagnosticados con VIH. También y del mismo modo, si no son VIH positivos debemos brindarles las herramientas necesarias para no solo evitarlo, sino para que no haya contagio (con métodos de protección y con el PrEP). Además de esto, debemos ayudarlos a obtener un buen tratamiento hormonal indicado y personalizado para cada caso. De esa manera evitamos también contagios al intercambiar jeringuillas o al compartir medicamentos inyectables.

Más información en www. transhealth.ucsf.edu