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El uso de alcohol en adolescentes

Sharon N. González Barbosa, MD

Sharon N. González Barbosa, MD
Fellow de Psiquiatría de Niños y Adolescentes
Recinto de Ciencias Médicas, Universidad de Puerto Rico

Lelis L. Nazario, MD (Supervisión)

Lelis L. Nazario, MD (Supervisión)
Profesor, Escuela de Medicina, UPR-RCM
Departamento de Psiquiatría
Directora, Programa Psiquiatría de Niños y Adolescentes

El alcohol es la sustancia legal más utilizada por los jóvenes en Puerto Rico y en los Estados Unidos. Un estudio realizado en los Estados Unidos a jóvenes de escuela superior en 2013 reporta que el 35% de los encuestados indicó haber tomado alguna cantidad de alcohol en los 30 días previos. En una consulta realizada en Puerto Rico, más de la mitad de una muestra de estudiantes de séptimo a duodécimo grado reportaron haber usado bebidas alcohólicas alguna vez en su vida.

Efectos y riesgos del consumo de alcohol

El alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central. Si bien al inicio puede producir lo que se llama como una “nota agradable”, a medida en que se toma más de lo que el cuerpo puede procesar se ven sus efectos depresores como pérdida de coordinación y disminución en el tiempo de respuesta.

Está comprobado que el uso del alcohol se asocia a un riesgo aumentado de accidentes, suicidio, homicidio, actividad sexual de alto riesgo, entre otros. Además, se ha relacionado con trastornos de ansiedad y depresión. Debido a que se transporta por la sangre, su uso prolongado y crónico puede afectar la mayoría de órganos del cuerpo. Comúnmente se asocia a los efectos que puede tener en el hígado, que en ocasiones pueden ser irreversibles.

Consumo y efectos en jóvenes

Siendo el alcohol un componente usual de parte de las festividades y en la mesa de muchos hogares, algunos padres se preguntan a qué edad es propio que sus hijos comiencen a experimentarlo. Muchos han sugerido la idea de “enseñarles a beber” como una forma de prevenir el uso excesivo y mantener el control.

En las recomendaciones del Centro para Prevención y Control de Enfermedades (CDC) hay dos grupos especiales en los que se recomienda la abstinencia total de alcohol: las mujeres embarazadas y los jóvenes menores de 21 años.

En el caso de las mujeres embarazadas han sido muchos los esfuerzos realizados para orientar a la ciudadanía sobre los potenciales efectos dañinos al bebé por nacer.

Respecto a los adolescentes en específico, se recomienda también la total abstinencia como resultado de numerosas investigaciones en las que se ha comprobado que el cerebro del adolescente se encuentra aún en proceso de desarrollo. Si bien es cierto, que en los primeros 5 años de vida se forma el mayor volumen del cerebro, se ha comprobado que cerca de un 10% continúa desarrollándose hasta la adolescencia tardía y la adultez temprana (inicio de la tercera década). Además, las áreas del cerebro destinadas al juicio y a la toma de decisiones son las que se forman más tarde, en comparación con áreas destinadas a respuesta rápida o impulsiva. Todos estos factores hacen que el adolescente sea más vulnerable a los efectos del alcohol en su cuerpo y específicamente en su cerebro.

Muchos padres reportan que prefieren beber con sus hijos para poder monitorearlos y así “enseñarles” moderación. Sin embargo, se ha determinado que cuanto más temprano sea el inicio, mayor será la probabilidad de desarrollar un problema de abuso y dependencia de alcohol en el futuro. A eso se suman otros factores de riesgo que puede tener el adolescente por su genética, historial familiar y aspectos sociales. Se ha reportado también que los adolescentes que tienen el alcohol más accesible, tienden a consumir en más cantidades y, por lo tanto, tienen mayor riesgo de desarrollar dependencia en el futuro.

Recomendaciones

El alcohol está cada día más accesible en fiestas y actividades para jóvenes, a pesar de las regulaciones del Estado. A medida en que los adolescentes crecen, las presiones para tomar alcohol se incrementan. Por esta razón, es importante que los padres estén preparados para orientarles correctamente y que se establezcan reglas y límites claros.

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Señales de alerta

Si un padre sospecha que su hijo(a) pudiera tener un problema con el uso de alcohol, debe consultar con un profesional de salud mental. Algunas señales de alerta que pudieran indicar que el alcohol está afectando adversamente a un joven, son las siguientes:

  • Problemas en la escuela (ausencias injustificadas, disminución en notas);
  • Cambios físicos o mentales repentinos;
  • Cambios abruptos en el estado de ánimo;
  • Cambio en su grupo de amistades;
  • Apariencia desaliñada; y
  • Descubrir alcohol en su cuarto o escondido.

Comentario

Los resultados de investigaciones indican claramente que el desarrollo cerebral óptimo requiere tiempo y cuidado y que, en ese sentido, el consumo de alcohol puede tener efectos negativos. Los médicos y adultos en general debemos estar claros en ese aspecto para informar y apoyar bien a los jóvenes.

Referencias

  • Centers for Disease Control and Prevention (2015, November 12). Underage drinking. Obtenido de http://www.cdc.gov/alcohol/fact-sheets/underage-drinking.htm.
  • Colón HM, Moscoso Álvarez MR, Reyes Pulliza JC, Rodríguez Figueroa L. El uso de substancias en los escolares puertorriqueños: Consulta Juvenil IX, 2012-2013. Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción, Bayamón, Puerto Rico, 2013.
  • ­National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism. (2000). Haga la diferencia. Habla con sus hijos sobre el uso de alcohol. Obtenido de https://pubs.niaaa.nih.gov/publications/makeadiff_spanhtml/makediffspan.htm.