Carta del Editor
Estar bien preparados
La vida nos pone cada día frente a nuevos retos y, muchas veces, ante sorpresas o situaciones que no podemos predecir ni controlar. Esto nos lleva a movernos, a proceder, a resolver problemas y a tratar de que, al final del día, las cosas puedan estar mejor. Para tener éxito en este proceder, es importante estar bien preparados.
Cuando empezamos a prepararnos para alguna labor o profesión –como estudiar Medicina o hacer una especialización– o para desarrollar cualquier actividad que hayamos escogido, comenzamos con un deseo, una gran voluntad y un objetivo, a veces lejano. Al ir preparándonos, vamos adquiriendo muchos conocimientos y ciertas destrezas. La buena preparación no solo debe incluir lo básico sino, en especial, el entrenamiento en los detalles difíciles y complejos. Podemos tener dones o capacidades individuales únicos, pero solamente podremos aprovecharlos y disfrutar de ellos si los practicamos y pulimos constantemente, a veces con mucha paciencia y dedicación. Allí suele estar la clave del éxito.
Además del aprendizaje, del entrenamiento, de la práctica continua se debe estar siempre atentos y listos ante posibles situaciones nuevas, como pueden ser evaluar a un nuevo paciente, entrar a una nueva cirugía, atender una emergencia, o resolver problemas en nuestras instituciones, lugares de trabajo u hogares. Ocurre igual en la preparación que hace un profesional para un examen que le abrirá nuevas puertas, en la preparación de una gestante para recibir a un hijo, en la de una pareja para su boda, en la del músico de orquesta para el momento de tocar su instrumento, en la del futbolista para tirar los penales o en la del arquero para detenerlos. La preparación también es importante en nuestras autoridades para tomar las mejores decisiones o, en cada uno, para protegerse de las fuerzas de la naturaleza.
En este número de Galenus incluimos varios artículos que esperamos disfruten. En los de historia vemos cómo con una buena preparación se mantuvo la excelencia profesional a lo largo de tres generaciones de médicos, o cómo, gracias a una actividad de excelencia continua, un gran cirujano dejó un legado que perdura. En muchos de estos artículos se destaca la importancia de la preparación que es, sin lugar a dudas, una de las bases del objetivo que nos guía: compartir para progresar.
¡Saludos, amigos!