LA PINACOTECA DEL MÉDICO
Museo Ovartaci: La Psiquiatría acoge al arte
La etimología de la palabra psiquiatría proviene del griego psiqué, alma, e iatréia, curación. Es la especialidad médica encargada de estudiar y tratar las enfermedades mentales. A su vez, el arte es entendido como la expresión humana que proviene del alma, que comunica, trasmite ideas y emociones.
El Hospital Psiquiátrico de Aarhaus, en Jutland, Dinamarca, alberga al Museo Ovartaci; en tal sentido, es una estructura que acoge doblemente al alma en su esencia. Permite enlazar la relación entre la psiquiatría y la creatividad de manera novedosa, donde la emoción de los pacientes se conduce a través de un proceso creativo que se transforma en un objeto artístico.
Dicho Hospital Psiquiátrico, diseñado por el arquitecto G. Bindesböll, comienza a funcionar en 1852. Esta edificación contiene al Museo Histórico de la Psiquiatría y, a principios del siglo XX, extiende otro espacio dedicado al Museo Ovartaci.
Ovartaci es el pseudónimo del artista Louis Marcussen, de origen danés, que permaneció cincuenta y seis años recluido como paciente en este hospital, desde 1929 hasta su muerte, a los 91 años. Su precario estado psíquico no le permitió regresar al nunca al mundo “real”. Sin embargo, allí alcanzó su mayor producción artística.La vida de Ovartaci era el arte y, en reconocimiento a su talento y pasión, el artista gozaba en el hospital de ciertos privilegios como: un estudio y una bicicleta para, eventualmente, tener contacto con el mundo exterior. Sus temas predilectos en la pintura eran las figuras femeninas. También cultivaba la poesía y realizaba esculturas.
El Museo Ovartaci es una edificación que, sin duda alguna, se muestra como un caso excepcional en el mundo museístico. Siendo un hospital, sus pacientes son los artistas y la colección se compone de las obras de estos artistas-pacientes, donde el más prominente es Ovartaci. Con una colección de más de 6 000 piezas, el Museo representa a 86 artistas que se expresan en distintas técnicas plásticas. Más allá de lo “museables” que estas obras puedan ser, el Museo Ovartaci acoge, sin fronteras, al arte como la expresión creativa de sus pacientes, sin asumir los compromisos o parámetros, a veces limitantes, que exigen la institucionalidad de los museos tradicionales o los mercados del arte.