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SALUD MENTAL

Sobre las personalidades antisocial y narcisista:

La importancia de conocerlas

Gloria González Tejera, MD

Gloria González Tejera, MD
Psiquiatra
Profesora, Departamento de Psiquiatría,
Escuela de Medicina, Universidad de Puerto Rico

Introducción

El objetivo principal en esta discusión es definir lo que es ‘personalidad’ y la clasificación de sus distintos tipos, según el DSM-5 (Manual Estadístico de Diagnósticos; Asociación Americana de Psiquiatría, 5ª edición). Para ello, nos centraremos únicamente en el grupo B, donde se describen los dos tipos de personalidades más destructivas, malignas y disfuncionales: la narcisista y la antisocial (junto a otras dos en la misma categoría).

Definición

El término ‘personalidad’ se define como un patrón complejo de características psicológicas arraigadas profundamente, que son inconscientes, difíciles de alterar y que se manifiestan automáticamente en casi todas las facetas del funcionamiento del individuo.

Estos rasgos intrínsecos y persistentes emergen de una matriz compleja de componentes biológicos y experiencias aprendidas que se reflejan en los patrones de conducta, en la forma y manera de pensar, de cómo se percibe a los demás, al mundo, a los problemas, etc., y cómo ellos expresan sus emociones, cómo enfrentan las distintas situaciones de la vida, es decir, cómo es su capacidad adaptativa.

Clasificación de trastornos de personalidad

El DSM-5 reconoce 10 tipos de personalidades patológicas que se agrupan en 3 categorías: grupos A, B y C. En el grupo B se describen las personalidades narcisista, antisocial, histriónica y fronteriza (borderline). A este grupo los unen 3 características comunes: son personalidades ‘dramáticas’, ‘emocionales’ y/o ‘erráticas’. DSM-5 además incluye determinados criterios (A, B, C y D), esenciales para la formulación de un diagnóstico. Así, en el criterio A se incluyen los comportamientos más prominentes, la edad en que se iniciaron y los contextos en que están presentes. No se incluyen otros criterios (B, C, D) por no ser pertinentes para el análisis. A continuación, se describen los criterios A para los tipos de personalidades antisocial y narcisista.

Personalidad antisocial

A. Patrón persistente de desdén o indiferencia frente a la violación de los derechos de otros, que comienza en la adolescencia temprana y que requiere 3 o más de los siguientes comportamientos:

  1. Fracaso en el cumplimiento de las normas sociales sobre conductas legalmente reconocidas, reseñado por actos repetidos que serían base para arresto;
  2. Engaño manifestado por mentir repetidamente o cometer fraude para provecho propio o por placer;
  3. Impulsividad o hacer cosas sin pensar o planificar;
  4. Irritabilidad y agresividad (verbal o física);
  5. Desdén o indiferencia por la seguridad de sí mismo o de otros;
  6. Muestra falta de responsabilidad consistentemente;
  7. Falta de remordimiento.

Personalidad narcisista

A. Patrón persistente de grandiosidad (en fantasía o comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía; se inicia temprano en la adultez y está presente en varios contextos, indicado por 5 o más de los siguientes comportamientos:

  1. Sentido de grandiosidad o autoimportancia (exagerando éxitos y talentos, con expectativas de reconocimiento como alguien superior sin tener logros verdaderos);
  2. Preocupación por fantasías de éxitos ilimitados, poder, brillantez o belleza;
  3. Creencia de que es “especial” y único, de y que solo puede relacionarse o ser comprendido por otras personas o instituciones “especiales”;
  4. Requerimiento de admiración excesiva;
  5. Sentimiento de ser privilegiado y de merecer tratos especiales;
  6. En relaciones interpersonales, utilización de las personas o grupos para obtener ventaja o provecho;
  7. Carencia de empatía: no ser capaz de reconocer las necesidades o sentimientos de otros;
  8. Envidia frecuente o creer que otros le envidian; o
  9. Demostración de comportamientos o actitudes arrogantes y prepotentes.

Semejanzas entre el antisocial y el narcisista

Con frecuencia, en el contexto clínico, la personalidad narcisista y la antisocial pueden ser muy parecidas. Ambos tipos de personalidades buscan gratificación en su interior, pues han tenido que aprender a depender emocionalmente de ellos mismos, en vez de depender de sus padres o cuidadores para sentirse valorados y queridos. Para ellos, la debilidad y la dependencia son amenazantes.

Ambos se preocupan por que la apariencia personal en cuanto a poder, prestigio, estatus y superioridad, siempre esté a su favor. Temen perder la autodeterminación desplegando orgullosamente sus éxitos, luchando por enaltecerse ellos mismos y por continuar escalando para sentirse con más poder/belleza, más riqueza y mayor importancia que otros.

Para el narcisista, la autoestima está fundamentada en la ciega presunción del valor personal y la superioridad, mientras que la autoestima del antisocial es consecuencia de la desconfianza y la presunción de que otros pueden humillarlo. Es interesante notar que lo que hay en ambos tipos de personalidades son autoestimas pobres y débiles. Ambos devalúan los estándares y opiniones de otros, buscando la gratificación de ellos mismos, sus historias de vida (en realidad o en fantasía) y en las estrategias que utilizan para alcanzar sus propios fines.

En la personalidad antisocial es de suma importancia identificar si hubo durante la adolescencia patrones de conductas disruptivos previos a la adultez. Para DSM-5, antes de los 18 se clasifican como problemas de conducta (violaciones a las leyes de la sociedad; infligir daño a personas, animales o propiedad, engañar, mentir), y, después de los 18, se consideran propios de una personalidad antisocial.

Muchas veces, la falta de remordimiento se atribuye a la personalidad antisocial y a los psicópatas. Sin embargo, un individuo con personalidad narcisista y rasgos de personalidad antisocial puede presentar ante los demás una expresión facial compungida con el propósito de hacerles creer a otros que siente arrepentimiento. El llanto puede ser real, pero la emoción que lo acompaña debe ser congruente con el afecto que se percibe. La realidad es que la verdadera causa del llanto es la enorme frustración que siente el individuo por el hecho de haber sido desenmascarado, y no por arrepentimiento. La emoción y el afecto son elementos esenciales que permiten al evaluador diferenciar la ‘paja del grano’ en el examen del estado mental de un individuo.

Con frecuencia –y esto obedece a la naturaleza humana–, cuando un individuo está en crisis es cuando es más vulnerable, y es precisamente en las crisis cuando afloran del inconsciente los rasgos de la personalidad que pueden ser dañinos y destructivos. No es raro ver que individuos con problemas de personalidad estén ciegos frente a su propia conducta; que, digamos, no tengan introspección (capacidad de autoevaluarse) y que, si la tienen, esta sea muy llana o superficial. La introspección es imprescindible para buscar y recibir ayuda.

Comentario

Es importante observar los comportamientos de las personas que tenemos alrededor ya sea a nivel individual o público, no solo con el propósito de protegernos si demuestran rasgos característicos de estos dos tipos de personalidades, sino, en todo caso, para remitirlas a los correspondientes especialistas.