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El Dr. George Hillyer

(1943-2015): De científico a Rector

La investigación científica requiere una serie de cualidades y talentos personales. Además de contar con esto, el Dr. George Hillyer, uno de los científicos modernos más prominentes de Puerto Rico, fue un líder institucional y destacado profesor universitario. Contribuyó en el desarrollo de la microbiología y de la parasitología, y brindó apoyo cuando surgió la epidemia del SIDA. Asimismo, gestó e impulsó el logro de importantes fondos para la investigación, tanto para Puerto Rico como para algunas minorías a nivel nacional.


Norman Maldonado, MD

Norman Maldonado, MD
Hematólogo-Oncólogo
Ex Presidente de la
Universidad de Puerto Rico

Sus inicios

George V. Hillyer, cuyos padres habían venido a Puerto Rico de los Estados Unidos, nació en San Juan en 1943 e hizo la escuela elemental y superior en el colegio St. John en Santurce. Él era vecino del Dr. José Oliver Gonzáles –reconocido en Puerto Rico como el padre de la parasitología de la época– por lo que en los veranos hizo prácticas en su laboratorio. Además, trabajó en el banco de sangre que dirigía el Dr. Walter Cervoni en la Escuela de Medicina Tropical y también en parasitología del Army Tropical Research Laboratory que se encontraba frente a la Escuela de Medicina Tropical. Con todas estas experiencias, George Hillyer ingresó a estudiar en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Él era amigo íntimo de Federico Hernández Denton, cuyo padre era el Dr. Federico Hernández Morales, un reconocido gastroenterólogo que atendía a muchos pacientes con bilharzia o esquistosomiasis, que en esa época afectaba a muchas personas en Puerto Rico.

Doctorado y regreso a Puerto Rico

En 1968, después de graduarse en Biología en la Universidad de Puerto Rico, viajó a la Universidad de Chicago para hacer un doctorado en Microbiología. Al terminarlo, en 1972, regresó al Recinto de Río Piedras como Profesor Asistente y, en 1975, fue promovido a Profesor Asociado. Allí se distinguió por sus conocimientos y su capacidad de trabajo, y en 1981 fue nombrado Director del Departamento de Biología. Era muy activo en las investigaciones en parasitología y llegó a publicar varios de sus trabajos de investigación en las principales revistas científicas del mundo.

Investigaciones e impacto en Puerto Rico

En 1982, ya como Profesor de nuestra Universidad, era una figura reconocida internacionalmente. A temprana edad recibió la Medalla Henry Baldwin Ward de la Sociedad Internacional de Parasitología, en Canadá. Allí, en su discurso, hizo mención a las palabras del científico español, el Dr. Santiago Ramón y Cajal, quien, al recibir el Premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1906, había detallado las cuatro cualidades que debe tener un científico: juicio propio, perseverancia en el trabajo, pasión por la obra y patriotismo. George Hillyer recordó este pensamiento y lo abrazó como máxima durante toda su vida.

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Él se dedicó principalmente al estudio de la esquistosomiasis mansoni, la bilharzia, prevalente en la isla en ese entonces y a la fasciola hepática, que no se ve aquí. Así, él se llegó a convertir en la figura principal de la investigación de fasciola en el mundo.

Fue miembro de las principales organizaciones de investigación en los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y formó parte de las juntas de evaluación y de asignación de fondos en estos campos. Como miembro de esos comités logró que se asignaran fondos de investigación para los grupos minoritarios. Muchos jóvenes puertorriqueños se beneficiaron y entonces comenzaron a fortalecerse las investigaciones en las ciencias básicas en Puerto Rico, y también en las universidades de los Estados Unidos con grupos minoritarios (MBRS, Minority Biomedical Research Support).

Recuerdo bien que, en 1987, el Dr. Hillyer me expresó su deseo de transferirse al Recinto de Ciencias Médicas, pues allí se disponía de más recursos para la investigación biológica. De esa manera, fue nombrado Director del Laboratorio de Patología e Inmunología en la época en que la epidemia del SIDA llegó a la isla y nos azotó. Él amplió su campo de investigación para comenzar los estudios con el virus del VIH y colaborar con la Dra. Carmen Zorrilla en los casos de VIH en madres y niños. Esto resultó en una colaboración muy importante que se llevó a cabo en el Recinto de Ciencias Médicas para el tratamiento de madres con VIH y sus hijos recién nacidos. Estos estudios fueron publicados en la revista New England Journal of Medicine.

Reconocimientos y publicaciones

En 1995, fue nombrado Decano Asociado de Ciencias Biomédicas y Estudios Graduados. El Dr. Hillyer era un trabajador incansable que impactó en la investigación, recibió honores de la Federación Internacional de Medicina Tropical, fue Profesor de Medicina Tropical de la Universidad de Tulane, recibió premios de la Sociedad Iberoamericana de Parasitología y de la Academia Americana de Microbiología. Trabajó en comités de NIH, de Howard Hughes Medical Institute, de CDC, de la Organización Mundial de la Salud y de la Asociación de Avances en la Medicina, entre muchos otros.

Además, publicó más de 70 artículos en las principales revistas médicas y de investigación de los Estados Unidos y del mundo.

Rector del Recinto de Río Piedras

En el año 1999, surgió la vacante de Rector en el Recinto de Río Piedras. El Comité de Búsqueda, presidido por el Profesor Fernando Picó −tratando de encontrar un candidato de consenso− vino a verme con una lista encabezada con el nombre del Dr. George Hillyer. No miré más nombres y lo llamé en forma inmediata. Para mi sorpresa, él llegó en 10 minutos y le expliqué lo que me habían recomendado; sin titubear, me dijo que aceptaba. Fue una alegría presentarlo en el Teatro de la Universidad a la comunidad académica, donde fue recibido muy efusivamente.

George cumplió su término en 2001 y regresó a su Laboratorio en Ciencias Médicas y a sus investigaciones con el entusiasmo de siempre. Por sus desarrollos científicos, su creatividad, el compromiso con su universidad y su calidad humana, fue merecedor de la distinción académica, conferida por el Recinto de Ciencias Médicas, como Profesor Distinguido.

Comentario

Las investigaciones del Dr. Hillyer y su contribución a la educación ayudaron a formar médicos, dentistas e investigadores en las ciencias básicas por más de 50 años. Sus trabajos también ayudaron a salvar vidas y a poner muy en alto el nombre de Puerto Rico.

Nota del autor: mi agradecimiento muy especial, por la información compartida, a la Sra. Josefina Gómez, viuda del Dr. Hillyer, y a sus hijos George -MSW, maestría en trabajo social, apoyando en especial a niños- y Julián –PhD en ciencias médicas experimentales y Profesor Asociado de la Universidad de Vanderbilt–.