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Causas de la caquexia en el cáncer

Félix J. Fojo, MD

Félix J. Fojo, MD
felixfojo@gmail.com
ffojo@homeorthopedics.com

Las primeras descripciones detalladas que conocemos del síndrome caquéctico provienen de Hipócrates (460-370 a.C.). Él señaló, entre otras cosas, la debilidad y la progresiva inanición de los enfermos en vías de morir por “enfermedades mayores”. La palabra “caquexia” tiene sus raíces en el griego antiguo y viene de kakos, que significa ‘malo’, y de exía que quiere decir ‘estado’.

Para nosotros, la caquexia es definida como un estado hipercatabólico en el que se pierden aceleradamente la masa muscular (sarcopenia) y la grasa orgánica, junto a una constelación compleja de signos y síntomas, todo esto producido todo por una respuesta anómala del sistema en un contexto inflamatorio generalizado.

Aunque la caquexia es típica de los estados neoplásicos terminales, puede verse también en otras condiciones, como enfermedades obstructivas pulmonares crónicas (COPD), insuficiencia cardiaca de larga data (muy poco común hoy), trastornos del comportamiento alimentario (anorexia, bulimia, etc.), algunas enfermedades autoinmunes y diversas infecciones crónicas como el VIH, la tuberculosis, etc. A continuación, solo revisaremos las causas de la caquexia en los cánceres terminales.

Frente a la caquexia neoplásica, pensamos en forma invariable en la secuencia formada por: pérdida del apetito igual a disminución del ingreso de nutrientes (low intake) e igual a pérdida de peso. Sin embargo, una observación más acuciosa nos demuestra que no todo puede atribuirse a un aporte disminuido de calorías y nutrientes. Sobre la realidad del proceso antes descrito se superponen otros mecanismos que, en pacientes con cáncer, llevan a una gran pérdida de masa muscular y de grasas de reserva; a una pérdida que no puede ser revertida, aunque se les administre una apropiada y agresiva buena alimentación, incluso suministrada por vías parenteral o de gastroclisis.

Cabe señalar aquí que la caquexia neoplásica no siempre está estrictamente asociada al estadio de la enfermedad de fondo, ni a la histología del tumor primario, ni al estado del tratamiento en curso. En otras palabras, la caquexia no se presenta en todos los casos terminales y, a veces, puede aparecer en estadios menos avanzados. Sin embargo, también es cierto que ella suele tener un valor predictivo, usualmente para mal, en la evolución de la enfermedad neoplásica. Y debe quedar claro que la caquexia misma, como tal, puede producir la muerte del enfermo.

¿Qué otras causas influyen entonces en la patogenia de la caquexia neoplásica? Algunas son puramente físicas y relacionadas con la evolución de la enfermedad: náuseas y vómitos, disfagia, dolor o distensión abdominal, saciedad temprana debida a masas abdominales o al bazo y/o al hígado agrandados, a la ascitis, al síndrome de malabsorción, etc. Otras se deben al tratamiento: radioterapia, quimioterapia, terapia de deprivación androgénica o con inhibidores hormonales, etc.

Sin embargo, se han demostrado o están bajo estudio otras causas de la caquexia que se desencadenan dentro del propio organismo atacado por el cáncer. La exagerada respuesta a la insulina es una de ellas, aunque la producción incrementada de citoquinas parece ser la más importante. Las citoquinas son múltiples y entre otras están: el factor tumor necrosis alfa (TNF-alfa), la interleuquina 1-beta (IL-1-beta) y la interleuquina 6 (IL-6).

Otros elementos bioquímicos producidos por las células tumorales y posiblemente relacionados con la caquexia son el factor inductor de proteolisis, el factor movilizador de lípidos e inductor de lipolisis y la vía ATP-ubiquitina-proteosoma, todos los que están siendo investigados exhaustivamente ahora.