MOTIVANDO
A quién llevas contigo en este viaje
Todos nos movemos en una dirección, con una visión y un propósito. Si hacemos un análisis de nuestra vida, veremos que tenemos diferentes etapas. Para lograr nuestras metas, necesitamos contar con la ayuda de personas que nos apoyen en la conquista de nuestros sueños. A lo largo de la vida, para poder desarrollar nuestros proyectos, llevamos con nosotros –valga la analogía– en nuestro propio carro o autobús, a muchas personas.
El reto aquí es saber qué tipo de personas necesitamos llevar con nosotros para que nos ayuden a alcanzar nuestras metas y que, al mismo tiempo, puedan sentirse cómodas, motivadas y comprometidas para llegar al final de la travesía.
La experiencia nos dice que muchas veces nos equivocamos y llenamos nuestro carro o autobús con muchas personas que no entienden hacia dónde nos dirigimos, que no se comprometen con el propósito del viaje y que solo piensan en el beneficio que recibirán en el trayecto. No están dispuestos a sacrificarse, a aportar ni a apoyar al chofer para llegar a su destino. Revise hoy quiénes están en su vehículo, y si realmente están en armonía con su propósito, su visión y sus valores. De no ser el caso, es mejor bajarlos ahora mismo y pasar un mal rato corto que tenerlos dentro, saboteando, criticando y paralizando su viaje.
Los facilitadores tienen que entender que hay mucha gente buena en su equipo de trabajo, pero que no están necesariamente sentados en el asiento correcto para apoyar el proceso del viaje. Por ejemplo, hay personas en cargos administrativoss que serían mucho más efectivas si estuvieran en una posición que requiera creatividad, compartir con la gente o servir. Así, ese pasajero disfrutará o aportará mucho más a nuestro proyecto pues se sentirá útil y apreciado viendo que su trabajo es eficaz. Revise ahora si sus pasajeros están en el asiento correcto.
Otro punto que debemos evaluar es si las personas entienden a dónde se dirigen y el grado de flexibilidad que se va a requerir. No necesariamente estarán disponibles autopistas directas para llegar al destino y se tendrán que utilizar caminos vecinales que no nos permitirán ir a alta velocidad y que harán, con mucha posibilidad, que el viaje sea más largo.
Muchas veces los líderes no consiguen los resultados que se esperan, y así, su familia, la junta de directores o sus empleados comienzan a criticar, a murmurar y a cuestionar lo que se está haciendo. No entienden que el propósito o la visión que se quiere alcanzar puede tomar más tiempo del esperado. Ahora es un buen momento para exhortar a las personas que están viajando con uno a que todo tiene su tiempo. Hay metas que se alcanzan rápido y hay otras que toman mucho más de lo esperado.
Podemos concluir que hay 5 pasos importantes para llegar al destino que uno se propone:
- Establecer claramente cuáles son las metas, el propósito y la visión que se quiere alcanzar;
- Prepararse, educarse y reunirse con personas que hayan alcanzado la meta y los sueños que se han propuesto;
- Definir el tipo de personas que se tiene que invitar a viajar con uno; aquellas que valoren nuestros sueños y se comprometan en ayudar a alcanzarlos;
- Revisar que las personas estén haciendo la labor a la que se comprometieron y verificar si están sentadas en el asiento correcto; y
- Poder llenarse de valor y bajar a todos aquellos que no estén cumpliendo con el compromiso. Es mejor llevar pocas personas, pero que estén comprometidas y decididas a convertir lo invisible en visible, lo difícil en fácil y lo imposible en posible.
Siendo así, el viaje será mucho más placentero, las metas se podrán alcanzar mucho más rápido y la celebración de llegar a ellas se disfrutará mucho más. Es cuestión de decidir alcanzar nuestras metas para poder lograrlo.