Temas de Interés / MOTIVANDO
Actuando como facilitadores de la educación de nuestros hijos
Dr. J.R. Román
www.motivando.com
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El don más importante que Dios nos ha dado es elegir: Tenemos dos opciones: transitar el camino de la mediocridad o el de la excelencia. Hay cuatro elementos que llevarán a los hijos al éxito.
- La visión, que identifica lo que quieren lograr. Hay que reinventarse. Para ello hay que creer, hay que soñar, tener nuevas metas, nuevos planes y más acción. La visión tiene que ser más grande que los problemas, más grande que los fracasos alcanzados, más grande que nuestros conocimientos y más grande que las cicatrices emocionales de nuestro pasado; -# La disciplina representa cómo lo pueden lograr. Es hacer lo que hay que hacer para provocar que las cosas sucedan. Es hacer el sacrificio para conquistar la visión. Es la fuerza de voluntad para convertir lo invisible en visible, lo difícil en fácil y lo imposible en posible. Las personas disciplinadas consiguen su libertad, son realmente libres. Los indisciplinados son esclavos de sus emociones, de sus apetitos y de sus pasiones; -# La pasión nace en el corazón de la persona, es optimismo, entusiasmo, determinación. Se crea una fuerza contagiosa para elegir el cambio, donde los talentos, los dones, las habilidades se cruzan con las necesidades de las personas y se descubre la vocación para hacer el trabajo que se nos ha delegado; y -# La conciencia proporciona el propósito, el porqué. Es sacrificio, es someter nuestro ego a un propósito, a una causa o a un principio superior. Es renunciar a algo bueno por algo mejor. Cuando la persona se esfuerza por vivir según su conciencia, el resultado es integridad y serenidad.
Es vital que los padres se conviertan en líderes de sus hijos, que les transmitan su valor como persona. Deben hacerlo de una forma tan clara y tan genuina que los motive a ver en su interior su potencial para comenzar un proceso de transformación y crecimiento. Los padres deben influenciar, motivar e inspirar a sus hijos para conseguir buenos resultados. Hay que dirigir y establecer las reglas para que sus hijos puedan alcanzar los objetivos.
Los padres deben organizar, coordinar los recursos y la energía de sus hijos para que utilicen su potencial. Deben inspirar a sus hijos para que tengan confianza en utilizar sus experiencias, para que puedan crecer y desarrollarse como líderes. Deben poner en práctica lo que predican y vivir de forma auténtica, comprometidos con sus principios, fortaleciendo los valores, la convicción y la fe en sus hijos. Los padres están llamados a ser facilitadores de la educación y formación de sus hijos. Ellos lo agradecerán.