Benzodiacepinas:
Su descontinuación en pacientes geriátricos El proceso de titulación y reemplazo de la terapia
En los últimos años, las quejas de ansiedad han sobrepasado con frecuencia las de depresión, obsesión y otros síntomas en la práctica de psiquiatría y de salud mental, en general. La ansiedad es un mecanismo de supervivencia presente en las especies desarrolladas como primates, mamíferos y hasta en reptiles ante la percepción de peligro. El cerebro contiene estructuras, como las amígdalas, que promueven la secreción de neurotransmisores que producen una sensación desagradable: la ansiedad.
Desde la década de 1950, entraron al mercado varios medicamentos para controlar la ansiedad. El clordiazepóxido, diazepam, alprazolam y lorazepam, entre otros, se popularizaron como remedios rápidos para controlar la ansiedad. Su uso y las consecuencias de su consumo fueron subestimadas, tanto por los pacientes como por los médicos que los recetaban. En los últimos años, el consumo prolongado y exagerado de estos fármacos ha desarrollado en muchos pacientes problemas de tolerancia, dependencia y, en ocasiones, adicción al compuesto. En base a la investigación, a las experiencias clínicas y a las repercusiones en la salud de los pacientes, se ha repensado y replanteado el uso de estos fármacos.
Son millones las personas que toman regularmente benzodiacepinas, muchas en dosis no siempre consultadas con sus médicos. Para el médico es importante reconocer cuándo hay un problema en el uso de estos medicamentos y considerar terapias alternas e incluso un proceso de titulación y reemplazo de estrategias farmacológicas.
Un segundo paso, antes de iniciar el proceso, es el de educar al paciente, compartiendo con él nuestras preocupaciones médicas, en particular los riesgos a la salud física y emocional que trae consigo el uso prolongado de estas terapias. Una vez llegado a un acuerdo con el paciente, se debe iniciar el proceso de análisis de las características de las benzodiacepinas que se pretende impactar. La vida media y la ruta de excreción son cruciales en el diseño de la escala de titulación.
En la mayoría de los casos, el proceso se debe llevar a cabo en un periodo de 4 semanas, iniciando con una reducción de un 25%; en la segunda semana se reduce otro 25% y un 12.5% en la tercera y en la cuarta semanas y, así, cesar totalmente el medicamento. Esto puede variar de paciente a paciente. Benzodiacepinas de corta duración como alprazolam y lorazepam se deben titular más lentamente que las de más larga duración, como el clonazepam y el diazepam. El mayor riesgo de este proceso es el síndrome de retirada, que ocurre cerca de los 10 días iniciales y varía en su intensidad de paciente a paciente. Las benzodiacepinas de larga duración tienden a producir menos efectos de retirada o ningún síntoma físico. Durante este proceso se puede explorar el uso de medicamentos ansiolíticos no benzodiacepínicos como la buspirona, mitrazapina y herbolarios con propiedades antihistamínicas.
El proceso de cesación de uso de benzodiacepinas puede durar entre 4 semanas y 6 meses; sin embargo, el proceso psicológico puede durar años. Es necesario implementar herramientas no farmacológicas como la psicoterapia y cambios en el estilo de vida, como la meditación, el yoga, los ejercicios de respiración y otros, para apoyar el proceso de titulación, cimentar el control de la ansiedad a largo plazo y promover una salud total.
Referencias
- Pottie K, Thompson W, Dabvies S, Grenier J, Sadowski C, Welch V, Holbrook A, Boyd C, Swenson JR, Ma A, Farrell B. Evidence-based clinical practice guideline for deprescribing benzodiazepine receptor agonist. Can Fam Physician 2018; 64:339-51.
- Medscape. 2022. Deprescribing Benzodiazepines: New Primary Care Guidelines Issued. https://www.medscape.com/viewarticle/896683.