EDUCACIÓN MÉDICA
Educación médica graduada
La educación médica es vital para el bienestar del sistema de salud de Puerto Rico y de los Estados Unidos. Esta debe mantenerse y apoyarse en múltiples dimensiones.
La salud y el bienestar de los pacientes están directamente relacionados al conocimiento, las destrezas y aptitudes de los futuros médicos. Estos, desde su primer año de estudios empiezan a adquirir competencias, pero la mayor parte las adquieren durante su entrenamiento de post grado. En este periodo –que toma de 3 a 7 años y se realiza en un hospital de enseñanza acreditado por el ACGME- los residentes participan directamente en el cuidado de pacientes bajo la supervisión de especialistas.
El costo de la enseñanza
Los hospitales que participan en educación médica graduada incurren en gastos adicionales a los del cuidado médico. Esto incluye el costo directo (“direct cost”) que considera los salarios y los beneficios de los residentes y los costos del espacio institucional destinado al entrenamiento y a la investigación. Los costos indirectos (“indirect cost”) reflejan los recursos del hospital necesarios para envolver a los residentes en el cuidado del paciente. También hay que considerar que los hospitales de entrenamiento atraen pacientes severamente enfermos, los que a su vez generan más gastos en el cuidado.
La educación médica graduada es apoyada por los “recobros del cuidado al paciente”. Tradicionalmente muchos pagadores han financiado implícitamente la educación médica graduada porque sus costos están incluidos en los cargos de los hospitales de enseñanza. Medicare es la organización que provee la mayor cantidad de dinero a los hospitales de enseñanza para cubrir los costos indirectos. También hace pagos a los hospitales de enseñanza para ayudar a cubrir los costos directos de la educación médica graduada.
El sistema de salud
El costo ascendente del cuidado de salud pone en peligro el financiamiento de la educación médica graduada. Algunas compañías de seguros reembolsan a los hospitales de enseñanza lo mismo que pagan a los que no son de enseñanza. Se está poniendo límites en el financiamiento de Medicare a la educación médica graduada y se vienen considerando más reducciones. Todo esto complica la economía de los hospitales de enseñanza.
Importancia de definir políticas
Al ser evidente la importancia social de la educación médica graduada es claro que esta merece apoyo, tanto del sector público como del sector privado. Medicare no debería de disminuir el dinero asignado, por lo menos hasta que se desarrollen nuevas fuentes de financiamiento.
Las soluciones deben de tener una proyección a largo plazo. Así por ejemplo, al haber una disminución en el número de médicos primarios algunas organizaciones impulsan mejorar las condiciones de pago en hospitales que entrenan médicos primarios. Esto suena lógico, pero podría generar a su vez una desventaja a los programas de residencia de cirugía.
Por estas razones hay la necesidad de desarrollar políticas consecuentes con las necesidades y realidad, y que tomen en cuenta la información existente y múltiples fuentes de datos, incluyendo el “National Resident Matching Program” así como los datos generados por el AAMC, que reflejan cómo los médicos seleccionan sus especialidades.