Entrevista
Fernando Cabanillas, MD
La importancia de la investigación en cáncer y medicina
La medicina evoluciona buscando ser mejor y más precisa. Eso obliga muchas veces a viajar para adquirir nuevos conocimientos. Así le ocurrió al Dr. Fernando Cabanillas, quien después de un tiempo que “pasó muy rápido” regresó a Puerto Rico a seguir contribuyendo en el campo de la hemato-oncología. Hace poco fue a Houston a recibir un reconocimiento del MD Anderson Cancer Center (MDACC), donde dirigió la sección de linfomas. Nos habla con entusiasmo sobre avances en cáncer, de la importancia de informar correctamente a la comunidad y sobre la investigación científica.
¿Usted estudió en Puerto Rico?
Estudié en la Escuela de Medicina de la UPR e inicié acá mi entrenamiento en Hematología Oncológica y luego fui a Houston a terminar mi especialización. Allí continué haciendo investigación y trabajando, siempre en MDACC.
¿Le costó trabajo tomar la decisión de volver a Puerto Rico?
No, la idea no era ir por 28 años sino volver pronto. Pero ocurrió que me involucré en investigación y como estaba haciendo algo interesante el tiempo pasó muy rápido. No fue algo planificado. La familia creció; ahora yo estoy acá pero tengo dos hijas en Houston. Una es ejecutiva en una empresa importante y la otra es médica y trabaja en MDACC como endocrinóloga en temas de cáncer de tiroides.
¿Hace cuánto volvió a San Juan?
Eso fue hace 7 años y estoy muy contento de que haya ocurrido. Acá hay mucho por hacer, yo ya no me voy de Puerto Rico.
¿Ha podido seguir haciendo investigación acá?
Sin la investigación no puedo vivir. Ahora estamos haciendo un estudio con PET scan sobre linfomas. Logramos determinar que, con el protocolo de tratamiento que tenemos actualmente y con los resultados tan buenos, que muestran una elevada remisión, generalmente no hay que hacer cambios de drogas durante los ciclos de la quimioterapia.
Tenemos otro estudio con terapia neoadyuvante para cáncer de seno, un protocolo en el que se da una quimioterapia antes de la cirugía. Esto resalta la importancia del tratamiento multidisciplinario en el que participan conjuntamente el cirujano, el patólogo, el radiólogo, el radioterapeuta, además de la sicóloga que ayuda mucho en la parte emocional. El trabajo multidisciplinario es muchas veces la clave para el éxito de un tratamiento.
¿Ha variado la sobrevida en linfomas en las últimas décadas?
En general hay una muy significativa mejoría. Ahora alcanzamos un 85% de remisión completa. Hace tres décadas era en el orden del 40%. ¡El éxito se ha duplicado! La supervivencia a 5 años ha aumentado tremendamente.
Eso demuestra que hemos aprendido a curar, y eso para mi es un logro increíble. Por ejemplo, en linfomas de grado bajo se recomendaba no tratar a menos que hubiera síntomas serios. Así, esos pacientes vivían en promedio unos siete años, pero todos eventualmente morían. ¿Pero, para qué aplazar el tratamiento? Ahora hemos visto que tratándolos se les puede curar.
¿Con tan buenos resultados, hay que seguir investigando?
Claro, hasta que no tengamos algo que nos dé una curación de 100% no podemos parar de investigar. Se ha progresado por las conclusiones de los estudios de investigación, realizados en un número importante de pacientes. Los resultados han sido claros y concretos.
Eso también nos ha permitido llegar a los mejores protocolos con las sustancias más modernas, como por ejemplo el anticuerpo monoclonal rituximab (Rituxan) o la fludarabina o combinadas con dexametasona.
¿Es complicado llevar a cabo un estudio y contar con el apoyo de los pacientes?
La investigación no es una cosa fácil. Los estudios tienen que ser bien pensados y diseñados con el máximo cuidado para seguir muy de cerca la toxicidad. Eso requiere, además de tiempo y un número suficiente de casos, de pruebas y evaluaciones constantes lo que hace que la investigación no sea barata.
Los pacientes que se incluyen en los estudios muchas veces tienen el beneficio de contar con el máximo cuidado, muchas pruebas y controles y la más avanzada medicación, que de otra manera no está a su disposición.
En los medios de comunicación o en Internet se habla a veces cosas fabulosas sobre productos alternativos para el cáncer y otras condiciones.
Un problema serio es que esos productos generalmente no tienen estudios clínicos. Como el ciudadano común no siempre sabe lo que es un estudio clínico, se piensa que si alguien dice que un paciente se sintió bien y mejor con tal o cual alternativa, eso es válido y ya se reclama un triunfo contra la enfermedad. La medicina no se puede hacer en base a testimonios de este tipo. Un caso no es suficiente y un testimonio mucho menos. Eso no es ciencia.
No tengo nada contra la medicina natural, ni contra los productos naturales. De hecho, por lo menos siete de los productos que usamos regularmente en quimioterapia son de plantas naturales. Tampoco significa que algo natural no tenga toxicidad, ni quiere decir que todo lo natural sea bueno. Lo correcto es que se busque un fundamento científico y se hagan investigaciones serias. Por ejemplo, hay un estudio para confirmar si la fruta de la granada ayuda en cáncer de próstata ya que se ha observado disminución del PSA. NIH tiene ahora una oficina de medicina alternativa dedicada a estudios serios de productos naturales y eso es muy bueno.
¿Quiere decir que a veces son sustancias que no han sido científicamente probadas?
Si. Hay productos naturales que inclusive no tienen referencias de su procedencia o su composición. Muchos ponen que son “suplementos nutricionales”, de ese modo el FDA no se mete con ellos. Pero los venden o promueven como medicamentos naturales contra el cáncer. Pero muchas veces no son naturales, o a veces se trata de precursores de otras sustancias… Siempre ha habido charlatanes que sólo buscan vender sus productos aprovechando de la buena fe de la gente.
Tenemos que abrirle los ojos al pueblo. Hay casos de enfermedades perfectamente curables como puede ser un linfoma de Hodgkin o un cáncer de mama, casos donde estos vendedores las entretienen con plantas que no sirven o que no están probadas. ¡Eso es trágico! Los tratamientos de cáncer pueden ser largos y fuertes. Yo he tenido casos de pacientes que inclusive han dejado un tratamiento avanzado cuando se sentían un poco mejor, o cuando los efectos adversos de la quimioterapia eran intensos. Al abandonar el tratamiento se afectó una terapia que tenía grandes posibilidades de curación.
¿Cómo considera al efecto placebo en un tratamiento?
Hay cosas subjetivas como el dolor, donde el efecto placebo puede ser bien importante, y eso lo explotan a veces algunos naturópatas. O las dietas que inventan, por ejemplo de papa y zanahoria. Hay cosas de moda. No olvidemos que el poder de la mente es muy grande.
¿En el campo de la terapia de leucemias, también se está progresando mucho?
Hay dos tipos importantes de leucemias, la crónica y la aguda. En la leucemía crónica mieloide el Gleevec permite que el paciente siga en remisión durante años, con poca toxicidad. En la crónica linfocítica también ha habido avances importantes, por ejemplo con el Rituxan en combinación con fludaramina y Citoxan. En las leucemias agudas se ha progresado pero en forma mucho más limitada.
En leucemias se cura un porcentaje importante, entre el 30 y 50 %. En los niños, la leucemia linfoblástica, que es más frecuente, tiene una curación del 90%. Además, los niños toleran la quimioterapia mucho mejor.
¿Qué ventajas tiene el paciente que viaja a un centro de investigación o de referencia?
El tratamiento estándar es el mismo en todas partes. A veces un centro de investigación puede ofrecer un protocolo nuevo. Como hay tantos protocolos, estos no son conocidos en todas partes. Hay pacientes que viajan y traen su protocolo de tratamiento para seguirlo acá pues no pueden quedarse afuera por varios meses. ¿Cómo ve el tema del servicio de salud en general? En los Estados Unidos hay ciudades donde si uno no tiene seguro médico simplemente no se tiene servicio de salud. A nivel federal se gasta muchísimo innecesariamente y a veces sin ningún control y se ha descuidado el tema de salud a pesar de lo mucho que se gasta en ella. Inclusive las aseguradoras privadas cada vez están poniendo más restricciones. Hay un problema administrativo, de organización y económico muy importante.
¿Se está trabajando bien sobre la prevención?
No se está haciendo suficiente en el campo de la salud preventiva. En cáncer de mama he encontrado a las mujeres bien informadas respecto a la mamografía; tiempo atrás se hizo en Puerto Rico una buena campaña y los frutos los vemos ahora. En cambio los hombres aun no tienen mucho cuidado con el cáncer de próstata. En eso hay países que nos llevan mucha ventaja. Quizás falta una organización central para coordinar esto, pues ahora cada aseguradora dicta sus normas.
¿Hay alguna relación entre cáncer y factores como la obesidad o el tabaco?
Por ejemplo, el cáncer de útero es más frecuente en mujeres obesas; eso y otros aspectos de la obesidad se está investigando. Sobre el cigarrillo, es bueno ver que en Puerto Rico se fuma menos que en USA y Europa; por eso las estadísticas muestran acá menos cáncer de pulmón.
Y si entramos a hablar de factores relacionados con el cáncer hay un sinnúmero de ellos vinculados a algún tipo de cáncer, algunos del modo de vida, otros del medio ambiente como puede ser el sol y su relación con el cáncer de la piel, la alimentación y el cáncer gastrointestinal, por citar sólo algunos ejemplos.
¿Hay alguna relación entre actividad física y cáncer?
El ejercicio también está probado que disminuye la mortalidad en forma espectacular en cáncer de mama, y se está investigando en otras condiciones. Todo esto independientemente de los beneficios que tiene el ejercicio en personas sanas o con otras enfermedades que no necesariamente son cáncer.
¿El trabajo como presidente de la Asociación de Hematología y Oncología Médica de Puerto Rico le demanda mucho tiempo?
Me gusta. Y si uno quiere hacer las cosas bien hay que dedicarle tiempo, las cosas no surgen espontáneamente. Hay que organizar reuniones científicas y colaborar en la difusión de información a la sociedad. Pero ese es un compromiso con la sociedad y tenemos que hacerlo bien.
De ninguna manera queremos entrar en polémica con los charlatanes que he mencionado, porque esa es una guerra sin fin donde por un lado está el negocio de la venta de los productos de estos señores y por otro nuestra intención de ayudar y brindar un servicio médico del más alto nivel profesional. Para eso nos basamos en la investigación y en fundamentos médicos sólidos que son el resultado de una tradición y evolución de siglos.
¿Mantiene también relación con la universidad?
Estoy como profesor en la UPR; eso es enriquecedor, me gusta mucho la parte académica y la investigación. ¿Además de toda la actividad profesional, tiene algún hobby, disfruta de los viajes? Me gusta informarme sobre muchas cosas entre ellas el vino y todo lo relacionado a él. En cantidades razonables tiene algunos beneficios y efectos médicos favorables. Sobre viajar, cuando estaba en Houston era más fácil pues éramos un equipo más grande, ahora en cambio cuando viajo largo se nota más mi ausencia. Tengo un viaje pronto a Chile por un día… voy, doy la charla y regreso al día siguiente. Se está más cómodo en casa…
¿Cómo ve el futuro del recién inaugurado Centro Comprensivo del Cáncer de Puerto Rico?
Tiene un potencial muy bueno y debe de servir en el futuro como centro para investigación. Hay que dedicarle bastante esfuerzo y tiempo. Puede promover también la posición de liderazgo que teníamos en la región en investigación en cáncer. Y en ese sentido ofrece potencialmente una gran oportunidad de juntar el apoyo al tratamiento de cáncer con la investigación científica teniendo los privilegios de ser un centro comprensivo de cáncer, en un lugar vinculado a la universidad y a los servicios de salud del país.
Se ha progresado y se ha avanzado mucho pero aún queda mucho por hacer. El progreso lo logramos con investigación, trabajando con cuidado e informadamente, y trasmitiendo la información en forma adecuada a la comunidad médica a la población en general.