Gerhard Domagk (1895-1964):
Pionero de la quimioterapia antimicrobiana
Origen e inicios
Gerhard Johannes Paul Domagk nació en 1895 en Lagow, ciudad que era entonces parte del Imperio Alemán (en el distrito de Brandenburgo, y actualmente en Polonia). Creció en un ambiente que fomentaba el aprendizaje y la curiosidad intelectual, y desde niño mostró un gran interés por las ciencias naturales.
Estudios de medicina y Guerra Mundial
En 1914, inició sus estudios de Medicina en la Universidad de Kiel. Sin embargo, al empezar la Primera Guerra Mundial, se alistó como soldado en el Ejército alemán junto a 15 de sus compañeros de escuela. En 1914, durante un enfrentamiento, murieron 11 de sus compañeros y él fue herido en la cabeza, lo que lo llevó a pasar el resto de la guerra trabajando en hospitales militares. Esto lo impactó profundamente, en especial el ver los estragos causados por las infecciones en los heridos que muchas veces fallecían.
Al finalizar la guerra, volvió a sus estudios en Kiel y se graduó como médico en 1921. Luego realizó trabajos de investigación centrados en patología y bacteriología en las universidades de Greifswald y Münster, donde contó con el apoyo del reconocido patólogo Walter Gross. En 1925, Domacq se casó con Gertrude Strube, con quien tuvo tres hijos y una hija.
Descubrimientos
En 1927, estando aún en la Universidad de Münster, Domagk fue invitado en 1927 a unirse a I. G. Farben en Wuppertal (que llegó a ser la corporación farmacéutica más grande del mundo) como Director del Laboratorio de Investigación de Patología y Bacteriología Experimental. Él aceptó y permaneció trabajando en ese laboratorio hasta su retiro, en 1961. Su tarea era probar como posibles medicamentos los compuestos químicos preparados en el laboratorio. En base a los trabajos previos del siglo XIX de Paul Ehrlich sobre el uso de colorantes como agentes antibacterianos, Domagk y su equipo comenzaron a investigar sistemáticamente diversos compuestos sintéticos.
En 1932, descubrió que una sulfonamida de color rojo, a la que llamaron Prontosil, era efectiva contra las infecciones por estreptococos en ratones. Los experimentos iniciales en cultivos bacterianos en 1931 indicaron un efecto antibacteriano pobre.
En otro experimento en ratones, inyectó bacterias a 26 ratones y administró una dosis de Prontosil a 12 de los ratones infectados, mientras que los otros 14 se mantuvieron infectados sin tratamiento. Todos los ratones inyectados con Prontosil sobrevivieron, mientras que los 14 ratones no tratados murieron al cuarto día del experimento. En ese momento no se sabía que el componente activo de Prontosil era la sulfonamida y no el grupo azoico, como esperaban. Además, las sulfonamidas por sí solas no eran antibacterianas, sino que solo se activaban como medicamento después de metabolizarse dentro del cuerpo. Por eso fallaron las primeras pruebas en cultivos bacterianos.
En esa época, se presentó una situación dramática que demostró la eficacia del Prontosil en humanos cuando Domagk utilizó el compuesto para tratar a su propia hija, que tenía una infección estreptocócica grave que iba a obligar a amputarle un brazo. El éxito de este tratamiento no solo salvó el brazo y la vida de su hija, sino que también marcó el inicio de la era de los antibióticos sintéticos. El Prontosil se convirtió en el primer antibiótico disponible comercialmente para infecciones bacterianas.
Recién en febrero de 1935, Domagk publicó sus experimentos en la revista Deutsche Medizinische Wochenschrift.
El descubrimiento de Prontosil no estuvo exento de controversias. El retraso en su publicación se debió en parte a la necesidad de realizar más pruebas, pero también a las presiones del régimen nazi, que veía con recelo la experimentación animal. Además, poco después del anuncio de Domagk, un equipo de investigadores del Instituto Pasteur en Francia descubrió que la parte activa del Prontosil era en realidad la sulfanilamida, un compuesto más simple sintetizado en 1908, pero cuyas propiedades antibacterianas no se habían reconocido. Este hallazgo llevó a una rápida proliferación de nuevas sulfamidas, lo que en cierta medida eclipsó el descubrimiento original de Domagk.
La confirmación y primera investigación independiente la realizó el médico inglés Leonard Colebrook en la maternidad de Londres, en 1935. Al repetir los experimentos en ratones utilizando Prontosil en distintas formulaciones, vio su efectividad, pero observó que en los que sobrevivían se producía daño renal severo. Si bien esto lo desanimó al inicio, esta fue la única opción cuando tuvo que tratar a una paciente con fiebre puerperal terminal. Afortunadamente, la mujer respondió rápido al tratamiento y se curó en un par de días. Colebrook obtuvo el mismo efecto favorable en más de 60 pacientes y así divulgó sus resultados, y Prontosil se convirtió pronto el principal antibiótico en la siguiente década.
Momento histórico, repercusión y reconocimiento
En esa época ocurrieron cambios importantes en Alemania y el mundo. El ascenso del régimen nazi en 1933 impactó en forma significativa a la comunidad científica. Domagk no era miembro del Partido Nazi, por lo que debió tener cautela para continuar sus investigaciones. Un momento crítico se presentó cuando en 1939 fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por descubrir el Prontosil, el primer antibiótico disponible comercialmente contra infecciones bacterianas. El régimen nazi había prohibido a los ciudadanos alemanes aceptar premios Nobel después de que el activista por la paz Carl von Ossietzky recibiera el Premio Nobel de la Paz en 1935. Inclusive, Ossietzky fue encarcelado y murió en un campo de concentración. Domagk fue obligado a rechazar el premio y hasta fue arrestado brevemente por la Gestapo.
A pesar de las dificultades políticas, el impacto del trabajo de Domagk en la medicina fue inmediato y profundo. Las sulfamidas se convirtieron rápidamente en el tratamiento de elección para varias infecciones bacterianas, lo que permitió salvar innumerables vidas en todo el mundo. Su utilización fue crucial durante la Segunda Guerra Mundial, permitiendo esto salvar incontables vidas por heridas infectadas.
Reconocimientos
Recién en 1947, cuando terminó la guerra y después de la caída del régimen nazi, Domagk pudo recibir la medalla Nobel y el diploma, pero no la parte monetaria debido al tiempo transcurrido. En 1951, fue uno de los siete galardonados con el Nobel que asistieron a la 1ª Reunión de Galardonados con el Nobel de Lindau.
A lo largo de su carrera, Domagk recibió numerosos otros honores, incluyendo doctorados honorarios de varias universidades internacionales y la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania.
En 1939, también fue galardonado con el Premio Cameron de Terapéutica de la Universidad de Edimburgo. En 1941, Domagk recibió la Medaglia Paterno (Roma) del Reino de Italia y también la Medalla y el Premio Von-Klebelsberg del Reino de Hungría. Se convirtió en miembro de la Academia Alemana de Ciencias Leopoldina en 1942. En 1952, recibió el Sol de Perú y fue nombrado ciudadano honorario de la Ciudad de Wuppertal. Fue miembro de la National Academy of Sciences, y varias otras organizaciones científicas internacionales.
Terapia contra el cáncer
Los trabajos de Domagk también se centraron en el tratamiento del cáncer. En 1956, informó sobre el desarrollo de un fármaco anticancerígeno que designó como E-39. Mostró en experimentos en ratas que el compuesto podía destruir células cancerosas como el sarcoma de Yoshida, el carcinoma de Ehrlich y el sarcoma de Crocker en ratones y el carcinoma de Walker. Si bien ese fármaco no se llegó a utilizar, continuó siendo investigado al igual que algunos compuestos relacionados. Ya en esa época él estaba consciente de que se necesitaban medicamentos de precisión para tratar los distintos tipos específicos de cáncer: «En la terapia tendremos que conformarnos, por el momento al menos, con un cierto equilibrio entre las células corporales y las células tumorales, incluso si el tumor no puede ser completamente eliminado. Estaremos satisfechos si podemos ralentizar su crecimiento, para preservar la vida de un paciente por más tiempo y en condiciones soportables». Domagk siguió trabajando en el tratamiento de la tuberculosis e investigando el cáncer, hasta su retiro en 1960.
Final y legado
Junto con Albert Einstein, Domagk fue uno de los patrocinadores de la Convención Mundial de los Pueblos (PWC), también conocida como Asamblea Constituyente Mundial de los Pueblos (PWCA), que tuvo lugar en 1950-1951 en el Palais Electoral, en Ginebra, Suiza.
Domagk murió a los 68 años, en 1960, de un ataque al corazón en su villa en la Selva Negra, cerca de Königsfeld. Su legado, sin embargo, perdura hasta nuestros días. El descubrimiento de las sulfamidas no solo salvó millones de vidas, sino que también abrió el camino para el desarrollo de antibióticos más avanzados y estableció los fundamentos de la quimioterapia antimicrobiana moderna.
En Múnich, el área de Domagkpark y una calle llevan su nombre. El instituto de patología del Hospital Universitario de Münster está nombrado en su honor. Otras calles en más de veinte ciudades alemanas llevan su nombre. La Fundación «Investigación contra el cáncer Profesor Dr. Gerhard Domagk», creada en 1961 en la Universidad de Münster, otorga anualmente un premio de investigación financiado con fondos de la fundación, con una dotación de miles de euros, destinado a reconocer logros científicos en la lucha contra el cáncer. La mejor investigación sobre el «metabolismo de los tumores y su influencia» es galardonada.
Desde 2008, la Facultad de Medicina de la Universidad de Greifswald otorga anualmente la beca Domagk a jóvenes científicos prometedores que estén dispuestos a dedicarse a la investigación (y la realización de una tesis de doctorado o licenciatura). La beca tiene como objetivo preparar a estos estudiantes para una carrera científica de posgrado.
Comentario
La vida y obra de Gerhard Domagk ejemplifican el poder de la investigación científica persistente y dedicada para transformar la medicina y mejorar la vida humana. A pesar de los obstáculos personales y los turbulentos acontecimientos históricos que le tocó vivir, Domagk mantuvo su compromiso con la ciencia y la medicina, logrando avances que cambiaron el curso de la historia médica.
Su descubrimiento de las sulfamidas no solo revolucionó el tratamiento de las enfermedades infecciosas, sino que también sentó las bases para el desarrollo de la quimioterapia antimicrobiana moderna. El legado de Domagk nos recuerda la importancia de la innovación científica y su potencial para abordar los desafíos más apremiantes de la salud humana.
Referencias
- Nobelprize.org. (2021). Gerhard Domagk – Facts. Nobel Media AB.
- Uhlendhal, J., & Gross, D. (2020). Gerhard Domagk (1895-1964): Chemotherapie gegen Bakterien. Der Pathologe, 41(7), 727-732.
- Grundmann, E. (2004). Gerhard Domagk: The First Man to Triumph over Infectious Diseases. LIT Verlag Münster.
- Marín Domínguez, M. (2021). Gerhard Domagk, el Prontosil y las sulfamidas. Universidad de Sevilla.
- Buscabiografias.com. (n.d.). Gerhard Domagk – Busca Biografías.
- Domagk, G. (1935). Ein Beitrag zur Chemotherapie der bakteriellen Infektionen. Deutsche Medizinische Wochenschrift, 61(7), 250-253.
- Lesch, J. E. (2007). The First Miracle Drugs: How the Sulfa Drugs Transformed Medicine. Oxford University Press.
- Hager, T. (2006). The Demon Under the Microscope: From Battlefield Hospitals to Nazi Labs, One Doctor’s Heroic Search for the World’s First Miracle Drug. Harmony Books.
- Bosch, F., & Rosich, L. (2008). The Contributions of Paul Ehrlich to Pharmacology: A Tribute on the Occasion of the Centenary of His Nobel Prize. Pharmacology, 82(3), 171-179.
- Sneader, W. (2005). Drug Discovery: A History. John Wiley & Sons.