El Dr. Peter Safar (1924-2003):
padre de la medicina de emergencia y de la reanimación cardiopulmonar
Marco Villanueva-Meyer, MD
La historia de la medicina está marcada por figuras innovadoras. Entre ellas destaca el Dr. Peter Safar por su impacto directo y perdurable en la práctica clínica al desarrollar su visión revolucionaria sobre la reanimación y los cuidados críticos. Conocido como el «padre de la medicina de emergencia», fue pionero en la creación de la reanimación cardiopulmonar (RCP), en el desarrollo de las unidades de cuidados intensivos (UCI) y en los sistemas modernos de emergencias médicas (EMS). Sus investigaciones, su compromiso en la enseñanza y su visión de la medicina de emergencia han salvado incontables vidas en todo el mundo.
Orígenes y formación
Peter Josef Safar nació en 1924 en Viena, Austria, en una familia de médicos con raíces checas. Su padre era cirujano y, su madre, una destacada pediatra. Desde niño estuvo rodeado de un ambiente intelectual y científico que despertó su interés por la medicina
La tranquilidad en Austria se complicó con la anexión nazi en 1938 y el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Su padre fue despedido por rehusarse a unirse al partido nazi y, su madre, por tener una abuela judía. A pesar de estas dificultades, Peter logró ingresar a la Facultad de Medicina de la Universidad de Viena. La Segunda Guerra Mundial interrumpió sus estudios cuando fue reclutado para trabajar en un hospital militar. Allí se enfrentó a la crudeza de las heridas de guerra y a la falta de protocolos efectivos para tratar a pacientes en estado crítico. Esta experiencia marcaría su visión sobre la importancia de la atención médica inmediata.
Finalizada la guerra en 1945, pudo retomar sus estudios y se graduó en 1948. Convencido de que el futuro de la medicina estaba en la innovación, decidió emigrar a los Estados Unidos en busca de oportunidades para desarrollar nuevas estrategias en el manejo de pacientes críticos.
Especialización en anestesiología y cuidados intensivos
Ya en los Estados Unidos, realizó su residencia en la Universidad de Yale y también tuvo experiencias en oncología y cirugía. Posteriormente, en 1952 completó su especialización en anestesiología en la Universidad de Pensilvania.
Luego se trasladó a la Universidad Johns Hopkins, donde trabajó en mejorar las técnicas anestésicas y en el desarrollo de estrategias para optimizar la ventilación en pacientes sometidos a cirugía. Fue entonces cuando comenzó a interesarse por la reanimación y por la posibilidad de revivir, con maniobras efectivas y accesibles, a pacientes en paro cardiorrespiratorio
En esa época, la anestesiología no gozaba del reconocimiento actual y era considerada una especialidad auxiliar de la cirugía. Sin embargo, Safar comprendió que su campo podía extenderse más allá del quirófano, hacia el manejo de pacientes críticos y la reanimación. En la Universidad Johns Hopkins, se enfocó en mejorar las técnicas anestésicas y optimizar la ventilación en pacientes quirúrgicos. Durante estos años, comenzó a desarrollar su visión sobre la necesidad de protocolos estandarizados para la reanimación.
Un obstáculo inesperado y su viaje a Perú
A pesar de sus logros en los Estados Unidos, Safar enfrentó restricciones migratorias que le impidieron continuar trabajando en ese país. Por ello tuvo que salir de allí. Viajó a Perú, a donde llegó a dirigir el Departamento de Anestesiología del Hospital del Cáncer en Lima. Allí estuvo durante un año, creó una unidad de anestesiología con recursos limitados y trabajó en mejorar la seguridad en la administración de anestesia. Esta experiencia le permitió valorar la importancia de la simplicidad y la eficacia en la práctica médica, incluso en entornos con escasez de recursos. El tiempo en Perú también le dio una nueva perspectiva sobre cómo abordar emergencias médicas complejas en condiciones desafiantes. Estas lecciones influirían más adelante en su trabajo sobre la RCP y en el diseño de sistemas modernos de emergencia.
A regresar a los Estados Unidos, aceptó un puesto en Maryland y, en 1954, fue nombrado Jefe del Departamento de Anestesiología del Hospital de la Ciudad de Baltimore (hoy Johns Hopkins Bayview Medical Center). En 1958, estableció allí la primera unidad de cuidados intensivos de los Estados Unidos, un hito en la medicina moderna.
Su interés por los cuidados intensivos lo llevó a Pittsburgh en 1961, donde estableció un notable departamento de anestesiología y una de las primeras unidades de cuidados intensivos modernas en el mundo. También estableció el primer programa de capacitación en medicina de cuidados intensivos del mundo. Allí comenzó a sentar las bases de lo que hoy conocemos como la medicina de emergencia y la reanimación avanzada.
En la década de 1970, Peter Safar desempeñó un papel clave en el reconocimiento de la medicina de emergencia como una especialidad médica formal. Su trabajo ayudó a establecer los primeros programas de entrenamiento para médicos de emergencia y paramédicos, lo que le valió prestigio y reconocimiento internacional. Además, diseñó uno de los primeros sistemas modernos de atención prehospitalaria, integrando ambulancias con personal capacitado en RCP y cuidados críticos. Este modelo del primer sistema moderno de EMS (Emergency Medical Services) sirvió de referencia para los sistemas de emergencias en todo el mundo. Al inicio, para las ambulancias empleó y capacitó a jóvenes afroamericanos que eran considerados «inempleables». Varios de ellos establecerían carreras exitosas en EMS y seguridad pública.
Peter Safar ejerció y enseñó anestesiología clínica en el Hospital Universitario Presbiteriano de Pittsburgh hasta los 65 años. Sin embargo, después continuó como Profesor Emérito, con actividades de investigación hasta su muerte.
La creación de la medicina de emergencia y el desarrollo de la RCP moderna
Hasta la década de 1950, la ventilación artificial se realizaba de manera rudimentaria, mediante respiración boca a nariz o la manipulación del tórax. La reanimación en pacientes con paro cardiorrespiratorio no contaba con un enfoque sistemático.
En Baltimore, Peter Safar y James Elam realizaron estudios que revolucionaron el concepto de la RCP. Redescubrieron la importancia de abrir la vía aérea mediante la inclinación de la cabeza y la respiración boca a boca. Safar demostró científicamente que la combinación de ventilación y compresiones torácicas era el método más eficaz para reanimar a una persona sin pulso.
Además, planteó que la reanimación no debía ser solo responsabilidad de los médicos, sino una habilidad accesible a cualquier persona, incluidos enfermeros, bomberos y ciudadanos comunes. Combinó los componentes A (vía aérea) y B (respiración) de la RCP con el C (comprensiones torácicas). Escribió el libro ABC de la reanimación en 1957, que sentó las bases para el entrenamiento masivo en la RCP.
Sin embargo, Safar se dio cuenta de que, para que el método tuviera un impacto, necesitaba una forma de enseñar las técnicas a miles o millones de personas. Con esa idea en mente, se acercó a Asmund Laerdal, fundador de una empresa noruega de juguetes, y lo convenció de fabricar “Resusci-Annie”, uno de los primeros maniquíes de reanimación, que aún hoy se usa en cursos de reanimación. Actualmente, Laerdal Medical es uno de los mayores fabricantes mundiales de simuladores médicos y otros dispositivos.
Una tragedia personal que lo impulsó
En 1966 ocurrió una desgracia que lo marcó profundamente: su hija de 11 años sufrió un ataque severo de asma y quedó en estado de coma por no recibir atención oportuna. Ella falleció a los pocos días. Inspirado por esta pérdida, ayudó a desarrollar el concepto de «cadena de supervivencia», promoviendo la intervención rápida en casos de paro cardiaco y la capacitación de paramédicos y personal de emergencias. Gracias a esto, hoy existen equipos de respuesta rápida, protocolos de reanimación estandarizados y la medicina de emergencia como especialidad. Su visión de un sistema de cuidados críticos bien organizado ha salvado incontables vidas.
Reconocimientos y legado
El Dr. Peter Safar ha sido ampliamente reconocido en todo el mundo por sus contribuciones a la medicina y la reanimación. Recibió homenajes de diversas instituciones en Estados Unidos y a nivel internacional, incluyendo las universidades de Maguncia, Magdeburgo, Campinas y Viena. Además, fue miembro honorario del European Resuscitation Council. Fue nominado tres veces al Premio Nobel, pero nunca lo obtuvo. Recibió múltiples reconocimientos en anestesiología por su trabajo en ventilación, sedación y manejo del paciente crítico. El Centro Safar de Investigación en Resucitación en Pittsburgh fue nombrado en su honor en 1994. En 1999, recibió la Cruz de Honor, el honor civil más alto de Austria “por sus servicios en el campo de la medicina».
Además, tuvo reconocimientos póstumos, como:
- La Universidad de Pittsburgh creó, en 2003, la Peter Safar Annual Lecture en honor a sus contribuciones;
- La American Heart Association lo ha reconocido como una figura clave en la historia mundial de la reanimación cardiopulmonar; y
- Fue incluido como pionero en el Salón de la Fama de la Medicina de Emergencia;
Sus investigaciones siguen vigentes. Muchos estudios actuales en reanimación, hipotermia terapéutica y cuidados post paro cardiaco se basan en los principios desarrollados por él. Publicó más de 1389 trabajos, incluyendo 384 artículos originales, sobre 30 libros y más de 600 resúmenes. Fue fundador de la Sociedad de Medicina de Cuidados Intensivos (Los Ángeles, 1970) y de la Asociación Mundial de Medicina de Emergencias y Desastres (1976). En 1979, fundó el Centro Internacional de Investigación de Resucitación. Además de sus contribuciones científicas, promovió la paz entre los pueblos y la cooperación política y diplomática para prevenir las lesiones causadas por las guerras.
Si bien él mismo se consideraba un adicto al trabajo, tenía también la capacidad de distanciarse de su propias labores y de mantener la perspectiva. Esto le ayudaba a encontrar soluciones a problemas que aturdían a otros. Falleció en 2003 en Pennsilvania, víctima de cáncer. Le sobreviviron su esposa Eva –quien siempre lo apoyó significativamente desde que se graduó– y dos hijos.
Conclusión
La historia de Peter Safar es un testimonio del poder de la innovación y la dedicación en la medicina, que no solo proviene de los grandes avances tecnológicos, sino también de la capacidad de observar, cuestionar y mejorar lo que ya existe o está establecido. Su legado vive en cada paciente que sobrevive a un paro cardiaco y en cada profesional de la salud que sigue sus principios.
Referencias
- Acierno LJ, Worrell LT. (2007). Peter Safar: padre de la reanimación cardiopulmonar moderna. Cardiología clínica. 30(1): 52-54.
- Safar P. (1961). Ventilación y circulación con masaje cardíaco de tórax cerrado en el hombre. JAMA. 176(7): 574-576.
- Srikameswaran A. (2002). Dr. Peter Safar: Una vida dedicada a engañar a la muerte. Pittsburgh Post-Gazette.
- Pretto EA, Safar P (1991). Respuesta médica nacional a desastres masivos en los Estados Unidos. JAMA. 266 (9): 1259- 1262.
- Behringer W. (2004). Peter Safar – Vater der Wiederbelebung. Wiener Klinische Wochenschrift. 116(3): 102-106.
- Mosesso VN Jr, Paris PM (2004). Un homenaje a Peter Safar, MD. Atención de urgencias prehospitalarias. 8 (1): 76-79.
- Martens P, Mullie A. (2003). Algunas lecciones aprendidas de Peter Safar. Revista Europea de Medicina de Urgencias. 10(4): 257.
- Lenzer J (2003). Peter Josef Safar. BMJ. 327(7415): 624.
- Mitka M (2003). Peter J. Safar MD: Padre de la RCP, innovador, profesor, humanista. JAMA . 289 (19): 2485-2486.