Cuidado coordinado: roles compartidos
Mucho se habla en el campo de la salud sobre el modelo de cuidado coordinado. Y es que cada vez más se hace imprescindible la integración entre médicos primarios, especialistas y otros profesionales de la salud, para maximizar el manejo clínico del paciente.
La falta de coordinación puede causar complicaciones a corto y a largo plazo. A esto se le añade que el cuidado que no se coordina adecuadamente puede generar demoras, duplicidad y redundancia, resultando también en mayores costos; no solo al sistema de salud, sino también al paciente. Como consecuencia, aumenta el riesgo de admisiones o readmisiones al hospital. Por eso, cuando un paciente se hace una prueba de laboratorio o comienza una terapia nueva de medicamentos, es esencial que lo comunique a su médico primario y a cualquier otro especialista que visite, para evitar situaciones que compliquen su salud y generen procedimientos mayores.
Es importante en todo el proceso identificar los aspectos sociales y desarrollar la habilidad de poder entenderlos y servir de facilitadores en la solución de estos aspectos básicos, como la alimentación, el albergue, el acceso y transportación, entre otros, ya que estos pueden incidir seriamente en la salud de cualquier individuo.
Sin embargo, no toda la responsabilidad recae sobre el paciente. Como proveedores de servicios de salud, somos nosotros quienes coordinamos todos los servicios médicos que un paciente necesita. Por eso es tan importante hablar con el paciente, asegurarnos de que comprenda nuestras instrucciones y de que estamos al tanto de sus visitas a especialistas, así como de los medicamentos que toma, de los resultados de laboratorio, de rayos X y de otros estudios que se hayan realizado. Tenemos el compromiso de hacer preguntas acertadas, considerando que algunas personas, sobre todo los adultos mayores o pacientes con discapacidad, pueden olvidar detalles. Es nuestro deber recordarles que coordinen las citas de seguimiento, que asistan a charlas educativas, a clínicas de salud y que mantengan un registro de las pruebas preventivas que se deben realizar para tener una calidad de vida saludable.
Por otro lado, hoy existen herramientas electrónicas que facilitan la comunicación entre las diferentes oficinas e instituciones médicas: Por ejemplo, el récord médico, los referidos, las recetas, entre otras. Todas buscan optimizar la forma de acceder a la información; de una manera rápida, fácil y segura.
Definitivamente, la comunicación entre el médico, el paciente y los cuidadores tiene un rol protagónico en el proceso del manejo coordinado. Cuando este rol compartido se manifiesta satisfactoriamente, los resultados son muy positivos para el paciente y para el sistema de salud en general.
Un cuidado de salud bien coordinado atiende las necesidades de salud del paciente en forma prioritaria, haciendo accesibles los servicios en el momento requerido y siendo estos brindados por el proveedor mejor cualificado para ofrecer el nivel de cuidado más adecuado para cada condición.