Cuidado óptimo de la mujer en la menopausia
En Puerto Rico las mujeres están en ventaja numérica, teniendo una mayor expectativa de vida, pero también están expuestas a una mayor proporción de afecciones del sistema endocrino. Además, es mayor el número de mujeres en las escuelas, en la fuerza laboral de varias empresas y son miles las mujeres que tienen varios roles, que son el sostén económico de su hogar y de su familia. Así, en sus años reproductivos, sus cuerpos están sometidos a múltiples estresores, esperándoles después de la menopausia unos 20 a 30 años más de vida, en promedio. Al llegar a la menopausia puede haber síntomas vasomotores, aumento en el peso y en la distribución de la grasa abdominal, resistencia a la insulina, alteración en los patrones del sueño y de la memoria, resequedad vaginal, depresión, disminución de la libido e inestabilidad de ánimo. Por todo ello, lo ideal es llegar a la menopausia en buenas condiciones, con una buena alimentación, con un peso saludable y estando físicamente activas. Además, debe haber un cuidado de salud óptimo para mantener su mejor calidad de vida.
Entre un 40% y un 60% de las mujeres sufren de calentones, que pueden interferir con el sueño e impactar adversamente su libido y su calidad de vida pero otras nunca los tienen. La menopausia es distinta en presentación, duración y manifestación en cada mujer. Por eso, en el periodo perimenopaúsico – cuando aparecen los signos y síntomas de la menopausia– hay que evaluar la necesidad de la terapia de reemplazo hormonal (TRH). Esta se puede recomendar a las mujeres sintomáticas, tomando en cuenta sus contraindicaciones y efectos adversos. La TRH se recomienda por menos de 5 años con progesterona micronizada para proteger contra hiperplasia endometrial (American Association of Clinical Endocrinologists, Sociedad Americana de Menopausia). Esta recomendación se basa en el estudio de Women’s Health Initiative (WHI) en mujeres de 50 a 59 años que utilizaron solo estrógeno y que documentó beneficios como: mayor densidad ósea, menos fracturas óseas, menos cáncer colorrectal y menos enfermedad cardiovascular, pero sin evitar el deterioro cognitivo ni la enfermedad de Alzheimer.
Muchas mujeres piensan que la dispaneuria y el síndrome genitourinario son consecuencias inevitables de la menopausia y no lo discuten con su médico. Los síntomas de resequedad vaginal, dolor durante las relaciones, ardor al orinar e incontinencia urinaria son progresivos si no se tratan, y que se pueden aminorar con TRH. En mujeres que no quieran o no puedan utilizar TRH, las cremas lubricantes de ácido hialurónico, los moduladores del receptor de estrógeno o el uso de cremas de sulfato de dehidroepiandrosterona pueden ayudar a mejorar la calidad de vida sexual. La terapia de hormonas como pellets de testosterona y las hormonas bioidénticas (compound) no gozan de los estudios clínicos que avalen su eficacia y seguridad.
Con la menopausia aumenta el riesgo de infarto por enfermedad aterosclerótica, por lo que se recomienda no fumar, mantener un peso saludable y controlar la presión arterial, de estar elevada. Con la edad, pueden aumentar la resistencia a la insulina y la circunferencia abdominal (precursores de diabetes mellitus); para evitar la diabetes, se recomienda actividad física y mantener un peso saludable.
Otras condiciones más frecuentes tras la menopausia son la osteoporosis y el hipotiroidismo, para las que hay pruebas diagnósticas certeras (densitometría y análisis hormonales) y algunas opciones terapéuticas.
Es fundamental una alimentación saludable, actividad física y evaluaciones para detectar y tratar todas las condiciones médicas que puedan disminuir la calidad de vida de las mujeres en una etapa que puede llegar a representar un tercio de su vida.
Referencias
- AACE Menopause Guidelines. Endocrine Practice 2011 (17) Suppl 6.
- Women’s Health Initiative. JAMA 2002; 288:321-333.