Culebrilla (herpes zoster):
La importancia de la vacunación a tiempo
Johnny Rullán, MD, FACPM
Epidemiólogo,
Ex-Secretario de Salud de Puerto Rico
Presentación y síntomas
Su diseminación es unilateral (la varicela suele ser bilateral). En el 50% de las personas se manifi esta en el torso, en el 14% en el área del cuello, en el 13% en la espalda baja y en otro 13% en la cara, en la área del nervio trigémino que incluye el ojo.
La culebrilla suele comenzar con un dolor prodrómico parecido al de una angina o al dolor por una piedra; luego aparece el salpullido y un dolor agudo parecido al dolor de parto o postquirúrgico y, después, surgen las lesiones vesiculares (estas suelen durar hasta 2 a 4 semanas y el líquido dentro de las mismas puede ser infectivo).
En algunas personas persiste el dolor, el cual, si pasa de 1 a 6 meses o más, se denomina dolor crónico o neuralgia postherpética (NPH). El dolor de la NPH puede ser constante (quemazón o sensación pulsátil) o intermitente (disparado o punzante). Su tratamiento es complicado ya que requiere una estrategia multifacética que no siempre es exitosa. En personas de 60 años o más el dolor de NPH persiste más de 30 días en el 74% de los casos y, en el 12% por más de 90 días.
La segunda complicación más común de la culebrilla ocurre en el área de la cara inervada por el nervio trigémino. Esto puede llevar a pérdida visual con dolor, cicatriz facial o queratitis. También puede ocasionar parálisis craneal (Bell’s palsy) o motriz neuronal, derrame cerebral o pérdida de audición.
Importancia de la vacunación
El problema de la culebrilla es que, aunque va a afectar en algún momento de la vida a 1 de cada 3 adultos (33%), no se puede precisar a quién, cuándo, cómo, con qué severidad ni con qué complicaciones. Por ello, el Centro para Control de Enfermedades y Prevención (CDC) recomienda en todo adulto de 60 años o más la vacuna (Zostavax), que es de virus vivo atenuado y se aplica en una sola dosis en estado congelado.
Para la vacunación se requiere receta médica y los planes médicos cubren su costo a partir de los 60 años. La cubierta de farmacia de Medicare (parte D) la cubre a partir de los 65 años. Personas con mayor riesgo de inmunosupresión deben ser evaluadas para defi nir si cumplen los criterios de vacunación más temprana (de 50 a 59 años).
El hecho de que en Puerto Rico solo el 6% de los adultos de 60 años o más se han protegido con la vacunación a tiempo signifi ca que tenemos que seguir comunicando y educando sobre este tema. Es imperativo que atendamos esta situación con la seriedad que amerita. Constituye un benefi cio que no tuvieron las generaciones anteriores.