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¿De qué murió George Balanchine?
La historia del ballet y de sus figuras cimeras es rica en logros artísticos para la cultura y el arte mundial, pero también, como el argumento de algunas de sus obras cumbre, está llena de tragedias personales.Lidia Ivanova murió ahogada en el río Neva en 1924; Sergei Legat se degolló él mismo en 1905; Vaslav Nijinski, terminó sus días loco, al igual que Olga Spessitseva; Maris Liepa, que fue partenaire de la cubana Alicia Alonso, se suicidó con alcohol y drogas en 1982; Yuri Soloviev, una estrella del Bolshoi, se suicidó en 1977; Joshep Duell, una figura prometedora, se suicidó tirándose por una ventana, en New York en 1986; Rudolf Nureyev muere tempranamente, en 1993, a causa del SIDA, y así podríamos continuar con esta pavorosa lista.
George Balanchine, quizás el más grande coreógrafo del ballet neoclásico y gran bailarín, nació como Giorgi Melitonis Balanchivadze, en San Petersburgo, Rusia, en 1904. Comenzó su formación a los cinco años de edad. A los dieciséis hizo la coreografía del ballet La noche, que fue prohibido por su carga erótica.
En 1924, él y otros bailarines se quedan en París durante una gira del Ballet Joven, del cual ya era director. Allí se une a Serguei Diaguilev, el creador de los famosos Ballets Rusos, quien le cambia el nombre a Balanchine.
En 1934, después de muerto Diaguilev, va a los Estados unidos y se hace ciudadano norteamericano, aportando a la escuela de ballet americano una fuerza y desarrollo que colocarían, sobre todo al ballet de New York, entre los primeros del mundo.
Balanchine trabajó con muchos de los más grandes compositores del siglo XX: George Gershwin, Hindemith, Richard Rodgers, Serguei Prokofiev, Arnold Schonberg, Irving Berlin y, sobre todo, Igor Stravinski, con quien colaboró por más de cuarenta años, dejando ambos composiciones musicales y coreografías que son hitos en la historia del ballet.
En 1978, a los 74 años, pero con un gran estado físico que le permitía demostrar las posiciones que deseaba en sus coreografías, Balanchine comienza a sufrir cierta pérdida de la estabilidad. En 1980 se le practica una intervención cardiaca por una angina inestable, de la que se recupera bien. Pero, la inestabilidad aumenta, lo que fue el inicio de una tragedia para un hombre que amaba la danza como pocos. Los neurólogos comprenden pronto que hay un severo problema cerebeloso, y piensan que se trata de un tumor, lo que al final descartan.
El proceso neurológico continúa deteriorándolo hasta que, en 1983, Balanchine se convierte en una ruina humana, imposibilitado de caminar, de mover las manos, de expresarse e incluso con graves trastornos de los esfínteres. Fallece, sin diagnóstico, en abril de 1983. Al año siguiente, volviendo a estudiar las láminas, los patólogos del Columbia Presbyterian Medical Center hacen el diagnóstico: George Balanchine es la primera persona famosa que muere, reconocidamente, de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob o enfermedad de las vacas locas. ¡Otra tragedia para el ballet y sus grandes figuras!