Dolor de espalda:
Principios básicos de manejo y rehabilitación
El dolor de espalda es un síntoma muy común que afecta al 80% de la población en algún momento de la vida. Puede estar asociado al daño en distintas estructuras de la columna lumbar entre las cuales están tejidos blandos así como músculos o ligamentos, discos o articulaciones intervertebrales. El dolor agudo, usualmente mejora en un periodo de cuatro semanas, pero tiene un alto grado de recurrencia y se puede convertir en crónico en muchos pacientes. Es entre la segunda y la quinta causa más común de visita al médico y la razón principal para la incapacidad física en gente joven, y conlleva costos anuales billonarios, tanto por los tratamientos médicos como por la pérdida de productividad en el trabajo.
Factores asociados y causas
Entre los factores asociados al dolor de espalda, estan el tipo de trabajo (flexión continua, vibración, levantar objetos pesados), fumar, obesidad, debilidad de los músculos del tronco y caderas, falta de flexibilidad múscular de la cadera y lesiones de la espalda que no han sido rehabilitadas. También puede haber predisposición genética, sobre todo en pacientes que presentan dolor de espalda y enfermedad discal a una edad temprana.
Desarrollo de la patología lumbar
La unidad funcional de la columna lumbar está compuesta por los discos, las vertebras y las articulaciones entre estas. La parte anterior de la columna lumbar (discos y vértebras) recibe carga y transmite fuerza con el tronco en flexión, y la parte posterior (articulaciones entre las vertebras), regula el movimiento, protege los elementos neurales y se pone en tensión al mover la columna a extensión. Como regla general, los pacientes adolescentes y jóvenes suelen presentarse con patología que afecta los elementos posteriores de la columna y los pacientes adultos con patología en los discos intervertebrales. El disco se afecta con la edad y con daño recurrente, sufriendo una cascada degenerativa que progresa de lastimadura al anillo fibroso, a herniación discal y, finalmente, a estenosis espinal acompañada de artritis e inestabilidad de las articulaciones cigoapofisiarias.
Fase aguda de dolor de espalda
En el manejo agudo del dolor de espalda, es importante identificar las condiciones médicas que puedan requerir tratamiento urgente como el cáncer, una infección o fracturas. Síntomas como debilidad progresiva, dolor nocturno, pérdida de peso, fiebre y dolor severo luego de trauma, requieren evaluación inmediata con pruebas diagnósticas. En ausencia de estos síntomas, el dolor puede ser tratado con analgésicos, anti-inflamatorios y relajantes musculares, el descanso en cama se limita a 1-3 días y el paciente será orientado a mantenerse activo con ejercicios de bajo impacto, como caminar o nadar.
La rehabilitación debe comenzar temprano, con opciones terapéuticas como el hielo y la estimulación eléctrica combinada con ejercicios de estabilización de la columna en posiciones que no aumenten el dolor. En pacientes que no mejoren en 4 semanas de tratamiento o que desarrollen síntomas neurológicos progresivos, se debe hacer pruebas diagnósticas para tratar de establecer una causa clara para el dolor. Es muy importante identificar aspectos psicológicos y sociales que pueden afectar el pronóstico y la recuperación del paciente, como la insatisfacción con el trabajo, la falta de apoyo familiar y el miedo a la recurrencia del dolor con la actividad física.
Fase sub-aguda o de recuperación
En la fase sub-aguda o de recuperación, los pacientes con dolor asociado a patología de disco se deben tratar con ejercicios de extensión y los pacientes con dolor asociado a patología de los elementos posteriores, con ejercicios de flexión y continuar la progresión de los ejercicios de estabilización. Se debe utilizar calor superficial y profundo (ultrasonido), estimulación eléctrica y masaje terapéutico para reducir dolor, así como facilitar la progresión en el programa de ejercicios. Si el dolor limita el programa de rehabilitación, se puede considerar modificar los medicamentos y el uso de técnicas intervencionales de tratamiento como los bloqueos epidurales y de facetas articulares. La evaluación por un cirujano de la columna se debe considerar cuando hay déficit neurológico progresivo, dolor que no responde al tratamiento y que afecta la calidad de vida, y con incapacidad de llevar a cabo trabajo o actividades recreativas importantes para el individuo.
Fase crónica o de mantenimiento
En la fase crónica o de mantenimiento, la rehabilitación consiste en ejercicios de fortalecimiento y flexibilidad de los músculos de la columna, el tronco, las caderas y las extremidades inferiores. En esta fase, también se debe evaluar la postura, mecánica corporal y técnicas correctas para llevar a cabo tareas de la vida diaria y del trabajo. Los pacientes que persisten con dolor crónico a pesar del tratamiento pueden ser referidos a programas interdisciplinarios de manejo de dolor.
Comentario
Según los estudios, el mantener la fortaleza y la estabilidad en los músculos del abdomen, tronco, espalda y caderas, y una flexibilidad dinámica en las rutinas diarias, en el deporte y en el trabajo puede reducir la incidencia y recurrencia de dolor de espalda.
Hasta ahora, los resultados de los estudios científicos han sido variables. Hace falta investigar la combinación óptima de tratamientos, incluyendo ejercicios, medicinas, bloqueos y técnicas quirúrgicas, que nos aseguren el mejor resultado para el manejo del dolor de espalda.