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El agravante de la obesidad en nuestros niños en cuidado intensivo pediátrico

La obesidad en la infancia y adolescencia tiene cada vez mayor importancia médica por su creciente prevalencia, por su influencia social y por predisponer a la obesidad en la adultez. Cuando estos pacientes necesitan atención en una unidad de intensivo, surgen problemas como la dificultad de acceso intravenoso, complicaciones asociadas a los problemas cardiorespirato-rios, comorbilidades que ocurren en enfermedades sistémicas y mayor riesgo de infecciones.


Gilberto Puig, MD FAAP

Gilberto Puig, MD FAAP
Director Médico Unidad de Intensivo Pediátrico
San Jorge Children’s Hospital.

Incidencia

En los Estados Unidos, la obesidad es el desorden nutricional más frecuente con una prevalencia del 25% en niños y adolescentes, y cercana al 30% en la población adulta. El porcentaje de sobrepeso en los niños y adolescentes ha aumentado en 50% en las dos últimas décadas. Estudios realizados por el Departamento de Salud en colaboración con el Departamento de Educación señalan una alarmante tasa de obesidad en nuestra población pediátrica.

Acceso intravenoso

Los pacientes obesos admitidos en nuestras unidades intensivas requieren con frecuencia mayor intervención en el aspecto de acceso intravenoso pues la obesidad dificulta el proceso y aumenta la necesidad de canulación frecuente incluyendo el acceso vascular central. Esto aumenta el riesgo de infecciones, extravasación de sueros y celulitis, entre otros.

Problemas cardiorespiratorios

La obesidad altera la mecánica ventilatoria, disminuye la capacidad de ejercicio y aumenta la resistencia de la vía aérea. Todo esto resulta en un incremento del trabajo respiratorio y dificultad en el intercambio gaseoso. También se asocia con apnea del sueño, con el consecuente riesgo concomitante de neumonía por aspiración. Este trastorno, en pacientes con obesidad hospitalizados, es mayor que en aquellos no obesos, probablemente por el mayor volumen y el menor pH del jugo gástrico en ayunas, por el aumento de la presión intraabdominal y por la mayor incidencia de reflujo gastroesofágico. Por lo tanto, durante la hospitalización, se recomienda acostar a los pacientes en un ángulo de 45º.

Inflamación, inmunidad e infecciones

El tejido adiposo participa activamente en la inflamación e inmunidad por intermedio de factores inflamatorios y antiinflamatorios. La adiponectina es un potente inmunosupresor, mientras que la leptina activa los polimorfonucleares, ejerce actividad proliferativa y antiapoptótica sobre los linfocitos T, afecta la síntesis de citoquinas, regula la activación de monocitos/macrófagos y contribuye a la curación de las heridas. La deficiencia genética de leptina en los seres humanos se asocia con aumento de la mortalidad por infecciones y se le considera limitante de la respuesta inmunológica. En estudios con ratones genéticamente deficientes en la producción de leptina, se observó una alta predisposición a infecciones bacterianas por Listeria monocytogenes y Klebsiella pneumoniae.

La relación entre obesidad, estado proinflamatorio y riesgo de infección no está aun bien determinada; no obstante, la deficiencia de leptina se ha asociado con mayor predisposición a infecciones tanto en animales como en seres humanos. Se necesitan aun más estudios para determinar cuánto incrementa la obesidad la mortalidad y la morbilidad de los pacientes y qué factores pueden mejorar la inmunidad en los pacientes obesos.

Enfermedades sistémicas y obesidad

Las enfermedades sistémicas como diabetes juvenil, enfermedades reumatológicas, renales y cáncer suelen tener comorbilidades asociadas. Regularmente estas enfermedades requieren un estado nutricional balanceado para evitar los riesgos asociados. Nuestra experiencia en pacientes obesos con enfermedades sistémicas es que el control de la enfermedad es más difícil y cuando requieren hospitalización el tiempo de permanencia es más prolongado.

Cirugía y obesidad

La infección en la zona quirúrgica es más frecuente en los pacientes obesos que en los de peso normal, ya que tienen mayor volumen de tejido adiposo, requieren cirugías más prolongadas y presentan con más frecuencia alteraciones del equilibrio homeostático. Para una mejor recuperación post quirúrgica es vital mantener un buen estado nutricional previo al procedimiento.

Importancia de la prevención

Es prioritario para el profesional de la salud el manejo integral de la obesidad en la infancia para prevenir una serie de enfermedades como la hipertensión arterial, las dislipidemias, las enfermedades respiratorias, la diabetes y los problemas ortopédicos, entre otras. Los aspectos psicológicos, sociales y económicos también deben ser tenidos en cuenta en su manejo y prevención. El médico pediatra tiene el rol primordial de orientar y guiar para mantener a nuestros niños con un buen balance nutricional. Tanto la desnutrición como la obesidad son dos extremos que ponen en riesgo a nuestra población.

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