El Dr. Antonio Fernós Isern
(1895-1974): Médico, salubrista, cardiólogo y político
El Dr. Antonio Fernós Isern fue un exitoso médico y cardiólogo pionero. Como líder responsable dejó de lado asuntos personales para dedicarse de lleno al servicio público, como Subcomisionado y luego como Comisionado en salud, habiendo sido él el iniciador y responsable de la organización de las unidades de salud en toda la isla. Además, su conocimiento y capacidad lo llevaron a ser el Comisionado Residente de Puerto Rico en Washington por casi dos décadas. Fue un ejemplo de médico y líder cívico.
Sus inicios y educación
El Dr. Antonio Fernós nació en San Lorenzo. Su padre falleció cuando él apenas tenía 2 años, por lo que fue criado por un acaudalado tío. Estudió en las escuelas públicas de su pueblo hasta el primer año de escuela superior y luego fue enviado a una escuela preparatoria en Pensilvania. Al culminar la escuela, fue admitido –como muchos otros puertorriqueños de esa época y a través de varias décadas– a la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland. Se graduó como doctor en Medicina en 1915, a los 20 años, habiendo sido el editor del anuario de su clase.
De regreso en Puerto Rico
A su regreso a la isla, trabajó como médico en Caguas hasta 1918, año en que se trasladó a San Juan como Oficial de Sanidad. En 1918, con la Ley Jones, se creó el Departamento de Sanidad y fue nombrado Director del Negociado de Enfermedades Trasmisibles y Estadísticas. En 1919, el Comisionado de Salud, Dr. Alejandro Ruiz Soler, lo nombró como subcomisionado, ya que había quedado impresionado por su interés en la salud pública, en la medicina preventiva y en la educación al pueblo a través de sus escritos en el Puerto Rico Ilustrado y de sus charlas a todos los niveles. Además de sus funciones gubernamentales, participaba en organizaciones como la Sociedad Benefactora de Ciegos en Ponce. Luego fue Director de Higiene Escolar en San Juan.
En 1923, el Comisionado Dr. Pedro Ortiz lo nombró nuevamente Subcomisionado de Sanidad hasta 1931. Esos fueron sus años más productivos operando el sistema de salud y creando los Negociados de Uncinariasis, de Prevención de la Tuberculosis y de Prevención de Enfermedades Venéreas. Al inaugurarse la Escuela de Medicina Tropical, comenzó a enseñar Salud Pública, Medicina Preventiva e Higiene Escolar hasta el año 1940.
Las Unidades de Salud Pública
Sin embargo, considero que su gesta más importante –la que cambió la salud pública en Puerto Rico– fue crear las Unidades de Salud Pública en cada municipio de la isla. Esto lo había visto él en un viaje al sur de los Estados Unidos, donde, siguiendo los descubrimientos de Ashford, se creó el sistema para atacar la alta incidencia de uncinariasis en esos estados del sur. Fue en Adjuntas donde se creó y construyó la primera Unidad de Salud Pública (ver foto de 1927).
Durante los siguientes años, todos los alcaldes querían tener una Unidad de Salud Pública. Estas unidades fueron muy importantes para lograr controlar las parasitosis y las enfermedades transmisibles, y para proveer las vacunas contra la difteria, el tétano, la tifoidea y la vacuna de BCG contra la tuberculosis. Además, contaban con las estaciones de leche y de salud maternal, y eran el centro de educación en salud e higiene para el pueblo. El Dr. Fernós puso énfasis en el cuidado de los niños y, por supuesto, de las madres. En 1929 se inauguraron el Manicomio y el edificio del Hospital de Medicina Tropical, entre otros.
Comisionado de Salud de Puerto Rico
En 1931, el Dr. Fernós Isern fue nombrado Comisionado de Salud cuando su amigo y mentor, el Dr. Pedro Ortiz, se jubiló. Durante su breve mandato inauguró 28 Unidades de Salud Pública y tres Hospitales de Tuberculosis en las ciudades de Ponce, Guayama y Mayagüez. Su mandato duró poco; en 1933 comenzó el Gobierno de la Coalición y tuvo que renunciar, pero continuó como profesor de Salud Pública en la Escuela de Medicina Tropical.
Su especialización en cardiología
El Dr. Fernós fue, también en 1933, a Nueva York, al Columbia Medical Center para adiestrarse en cardiología. Al culminar su residencia, regresó a Puerto Rico y comenzó una práctica con su amigo el Dr. Ramón Sifre en la avenida De Diego, en Santurce. Se le acredita también haber traído el primer electrocardiógrafo a la isla o, por lo menos, a San Juan, ya que el Dr. Pila trajo uno a Ponce para esa época. Durante esos años publicó muchos artículos en el Boletín de la Asociación Médica de Puerto Rico y fue Director Médico de los Unidades Rurales construidas por la PRERA, un programa federal.
De regreso a Salud Pública
En 1942 su destino cambió para siempre. Fue nombrado nuevamente Comisionado de Salud por el Gobernador Rexford Guy Tugwell. Durante los próximos 4 años fortaleció el sistema de salud y las unidades de salud pública integrándolas con la beneficencia pública y coordinando con los hospitales municipales y los hospitales de distrito que se habían terminado durante la administración del Comisionado Garrido Morales.
Comisionado Residente en Washington
En 1946, el Dr. Fernós fue seleccionado para substituir al Comisionado Residente Jesús T. Piñero, que fue nombrado por el Presidente Truman como el primer Gobernador puertorriqueño. Desde 1946 hasta 1964 fue Comisionado Residente en Washington, habiendo sido quien más años ocupó ese cargo en la historia de Puerto Rico. Además, presidió la Asamblea Constituyente, siendo un gran diplomático que antepuso sus ideales por el bien común. En 1950 estuvo en mi pueblo de Adjuntas junto al Gobernador Muñoz Marín y el Secretario de Salud, el Dr. Juan A. Pons, para inaugurar el primer Centro de Salud construido en Puerto Rico, lo que era uno de sus sueños.
Al dejar el cargo en Washington regresó como Senador elegido a la isla, hasta 1969, y después, trabajó en la Universidad de Puerto Rico como académico residente en su obra enciclopédica sobre la isla.
Comentario
El Dr. Antonio Fernós Isern fue uno de los médicos que más hizo por la salud de un pueblo pobre y asechado por múltiples enfermedades presentes en el Puerto Rico de aquella época, tanto en las aguas, en el aire y la tierra. Fue un eminente médico y cardiólogo que sacrificó su tranquilidad y bienestar personales por servir a su pueblo. Fue un líder de líderes y ejemplo para todos, ejemplo que perdura y que tiene vigencia hoy más que nunca.