El Dr. Jenaro Haddock Suárez (1923-1974): Internista y hematólogo
En Puerto Rico hemos tenido grandes y destacados médicos; personalidades a cuyas condiciones innatas se sumaron el conocimiento y la preparación en los centros médicos más destacados del momento. Entre ellos, destaca el Dr. Jenaro Haddock, un gran internista, clínico y hematólogo. A su firmeza y seriedad profesional se añadieron conocimientos y capacidades personales especiales para el arte de la medicina que lo hicieron médico de médicos y ejemplo para futuras generaciones. En su honor, se celebra todos los años una conferencia de hematología.
Recientemente, se celebró la trigésimo séptima conferencia en honor al Dr. Jenaro Haddock, auspiciada por la Asociación de Hematología y Oncología de Puerto Rico y por la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas. La actividad se celebró en el edificio de la Asociación Médica de Puerto Rico, un lugar que el Dr. Haddock visitaba con frecuencia para participar en actividades médicas educativas.
Sus estudios e inicios en la Medicina
El Dr. Jenaro Haddock nació en Naguabo, en 1923, y le gustaba llamarse el “Naguabo Kid”. Estudió en las escuelas públicas y se graduó de Bachiller en Ciencias de la Universidad de Puerto Rico.
Estudiante inteligente y dedicado, fue admitido a la Escuela de Medicina de la Universidad de St. Louis en Missouri, donde se graduó como Doctor en Medicina en 1946. Me cuenta el Dr. José Luis Jiménez que Jenaro Haddock era muy respetado por todos, tanto por su excelencia académica como por su disposición para ayudar a sus condiscípulos, en especial a los estudiantes de Puerto Rico que estaban allí, como era el caso del mismo José Luis. Allí conoció Jenaro Haddock a una joven, Arleen Corcoran, y se casaron el mismo año de su graduación.
Especialización y regreso a Puerto Rico
Hizo su internado hospitalario en St. Louis y regresó a Puerto Rico para trabajar en el Hospital Municipal de Yabucoa. Luego de dos años, regresó a Missouri para hacer su residencia en Medicina Interna en el Hospital de Veteranos Jefferson Barracks. Al completar su residencia, en 1952, regresó a la isla para trabajar en el antiguo Hospital de Veteranos, que estaba localizado en San Patricio. Allí se unió a la facultad de la recién creada Escuela de Medicina y fue entonces cuando lo conocí. Él era buscado por todos para ver a los pacientes más enfermos y los casos más complejos. Era temido por los estudiantes por lo exigente en el cuidado de los pacientes y en la corrección de los historiales y exámenes físicos.
Subespecialización en Hematología
En esa época fue cuando también lo conoció el Dr. Enrique Pérez Santiago, jefe de Hematología en el Hospìtal de Distrito de Bayamón y consultor en el Hospital de Veteranos. El Dr. Pérez Santiago quedó muy impresionado por la agudeza mental y el juicio clínico del Dr. Haddock, por lo que lo convenció para que hiciera una subespecialidad en hematología en el New England Medical Center, con el Dr, William Dameshek, el líder principal en Hematología de los Estados Unidos.
El Dr. Haddock aceptó y viajó a Boston. Allá dejó sus huellas profesionales y personales, por sus destrezas y conocimientos. A su regreso, se incorporó a la Sección de Hematología de la Escuela de Medicina, en el Hospital Universitario.
Actividad clínica y académica
El Dr. Haddock era un médico excepcional y un maestro por vocación. Su talento era evidente al lado del paciente por sus destrezas clínicas y su acumen diagnóstico. Su principal recurso era el historial médico y el examen físico. En los casos en que había dudas, él tenía la habilidad de obtener aspirados de masas, tumores y órganos, para mirarlos en el microscopio y de esa manera ayudar y avanzar con el diagnóstico. Era un experto en morfología y veía lo que otros no veíamos. Era intolerante con la mediocridad y muy exigente, siempre pensando en el bienestar del paciente. Aunque publicó algunos artículos científicos, su fortaleza eran la enseñanza y el cuidado del paciente.
Antes que nada era un gran internista. Sus conocimientos en Cardiología eran excepcionales y cuando había algún paciente difícil de diagnosticar, todos buscaban al Dr. Haddock. Se convirtió en el médico de los médicos y de sus familiares. En las conferencias y cuando venían médicos visitantes, él hacía siempre las preguntas más pertinentes. El Dr. Haddock fue considerado por los médicos de su época como el mejor internista de Puerto Rico.
Aspectos personales
El Dr. Jenaro Haddock era muy amante de nuestra cultura y tradiciones. Le gustaba levantarse temprano para ir a la plaza del mercado en Río Piedras, hablar con los vendedores y disfrutar sus cuentos y comidas típicas.
Desafortunadamente, enfermó gravemente y falleció siendo aún relativamente joven, a los 50 años de edad, en agosto de 1974. Durante su enfermedad nos relataba con detalle y certeza todo lo que le estaba pasando.
Dr. Haddock era hermano de la Dra. Lillian Haddock, distinguida endocrinóloga, y su hijo David es médico especialista en Medicina Física en la Florida. Una nieta suya estudia actualmente Medicina en el Recinto de Ciencias Médicas. Los que conocimos a Jenaro Haddock lo recordamos con cariño y admiración.
Literatura Norman I. Maldonado, Jenaro Haddock and Enrique Pérez-Santiago. Case Report: Autoimmune Hemolytic Anemia in Chronic Granulocytic Leukemia, Blood, (1967) 30:518-52.