El futuro para el paciente coinfectado con VIH y el virus de hepatitis C (HCV)
Actualmente, la infección del VIH es una condición tratable para la que se disponen varios medicamentos y distintas combinaciones de los mismos. Los afectados ya no mueren por el VIH sino, más bien, por las complicaciones de las comorbilidades ligadas a la enfermedad. Una de las comorbilidades más comunes es la coinfección con el virus de hepatitis C.
La coinfección con hepatitis C
La hepatitis C es una enfermedad de corta duración para cerca del 10-15% de la población en general ya que este grupo de personas elimina la enfermedad de su cuerpo sin tratamiento alguno. Por otro lado, para más del 80% de la población este virus se convierte en una infección crónica que requiere tratamiento con medicamentos. Además, un 8% de los pacientes con hepatitis C están coinfectados con VIH; y, por otro lado, un 20% de los pacientes VIH positivos están coinfectados con virus de hepatitis C (HCV).
En la actualidad, se estima en los Estados Unidos en cerca de 300 000 el número de pacientes coinfectados con HCV. Esto quiere decir que un cuarto de la población VIH positiva en los Estados Unidos está coinfectada con HCV. La coinfección HIV/HCV es más común en pacientes usuarios de sustancias intravenosas. En este grupo de pacientes la infección de HCV progresa más rápido a un daño hepático. Así, las estadísticas de los últimos años nos indican que una de las principales causas de muerte en pacientes VIH son las enfermedades hepáticas.
Coinfección HIV/HCV y su tratamiento
En años previos el tratamiento para hepatitis C en pacientes VIH positivos era muy complejo debido a las interacciones entre medicamentos de VIH y HCV. Ahora, al eliminarse el uso de interferón y habiendo tratamientos orales de corta duración, podemos observar un gran avance para tratar a los coinfectados.
La cascada de tratamiento de pacientes con hepatitis C nos demuestra que solo un 10% de quienes entran a tratamiento logran mantener una respuesta virológica sostenida. En comparación, en un 30% de los pacientes con VIH –para quienes aún no tenemos cura– sí podemos mantener una supresión virológica sostenida ligada al tratamiento. De esa manera se pueden también tener menos casos de contagio. La infección con HCV puede afectar de manera importante el curso y el manejo del tratamiento de VIH. La coinfección, a su vez, triplica el riesgo de enfermedad hepática, fallo hepático y muerte relacionada con el daño hepático.
Hoy en día, los pacientes coinfectados tienen muchas esperanzas pues hay varios tratamientos para hepatitis C que pueden ser coadministrados con las terapias para VIH. Por lo general, estos tratamientos duran de 12 a 16 semanas, lográndose en la mayoría de los casos la cura del virus de hepatitis C. Los pacientes no suelen manifestar efectos adversos durante el tratamiento, pero expresan nunca haberse sentido bien hasta terminarlo.
Al someter a estos pacientes a tratamiento para HCV, además de tratar la enfermedad hepática se trabajan también las sintomatologías extrahepáticas como puede ser el caso de daño renal o a la piel.
Poder tratar a los pacientes coinfectados aumenta su sobrevida y ayuda a tener un mejor tratamiento para la condición de VIH. El Departamento de Salud de Puerto Rio tiene reportados 12 884 casos entre 2010 y 2015. Esta cifra representa a la población que no está segregada en coinfectados y monoinfectados.
Detección temprana de HCV y vacunación La prueba de cernimiento para hepatitis es necesaria en todo paciente con VIH que entra a tratamiento. En realidad, debería ser una prueba de rigor para la población general, ya que la hepatitis C es una enfermedad silente que actualmente tiene cura y está en nuestras manos ayudar a estos pacientes a curarse.
Los pacientes VIH que entran a tratamiento son evaluados anualmente para los tipos de hepatitis A, B y C; si son negativos a hepatitis A y B, se les ofrece la vacunación como parte de su tratamiento. De ser positivos, se evalúan para enlazarlos a un tratamiento lo más pronto posible.
Comentario
Actualmente el virus de hepatitis C tiene cura en muchos casos; no hay nada mejor que poder ofrecer el tratamiento al paciente infectado con HCV y al cabo de 12 a 16 semanas poder decirle a ese mismo paciente: “Se encuentra curado de la hepatitis C”.