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SALUD MENTAL

Enfrentando la soledad

Intervenciones para mejorar la vida de los adultos mayores e impacto del Proyecto Actívate en reducir el aislamiento

Introducción

El envejecimiento es un proceso natural que trae consigo numerosos cambios físicos, emocionales y sociales. Entre estos, el aislamiento y la soledad son problemas comunes –pero a menudo subestimados– que afectan la calidad de vida de los adultos mayores. Comprender este fenómeno y sus implicaciones es crucial para promover un envejecimiento saludable y digno.

Jannette Rodríguez, PhD
Psicóloga Clínica
Lcda. Bárbara Nieves
Consejera Salud Mental

Soledad y aislamiento en el adulto mayor

Durante la vejez pueden ocurrir una serie de pérdidas que facilitan la aparición del sentimiento de soledad y de aislamiento social. La soledad se describe como el «convencimiento apesadumbrado de estar excluido y de no tener acceso al mundo de interacciones, habiendo un malestar emocional en una persona que se siente incomprendida o rechazada y que carece de compañía en sus actividades, tanto físicas como intelectuales o para lograr intimidad emocional».2

Debido a experiencias como nido vacío, muerte de cónyuge, retiro laboral, pobres relaciones familiares, falta de actividades placenteras y prejuicios sociales, los adultos mayores tienen mayor riesgo de sufrir de soledad, lo que puede traer serias consecuencias emocionales. Por otra parte, el aislamiento social se puede definir como la medida objetiva de tener mínimas interacciones con otros. Según la Fundación de Salud Mental, más de un tercio de los adultos mayores en el mundo occidental reportan sentirse solos regularmente, y un 20% de ellos están socialmente aislados. De acuerdo con los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), aunque es difícil medir el aislamiento social y la soledad de manera precisa, hay una fuerte evidencia de que muchos adultos de 60 años o más están socialmente aislados o se sienten solos, lo que pone en riesgo su salud. El estudio de los CDC de 2020 evidenció que:

  • El aislamiento social aumenta significativamente el riesgo de muerte prematura por cualquier causa;
  • El aislamiento social se asoció a un aumento de casi el 50% del riesgo de demencia;
  • Las relaciones sociales escasas (caracterizadas por aislamiento social o soledad) se asocian a un aumento del 29% del riesgo de enfermedad cardiaca y del 32% del riesgo de accidente cerebrovascular;
  • La soledad se asoció a aumento de depresión, ansiedad y suicidio; y
  • En pacientes con insuficiencia cardiaca, la soledad se asocia a un mayor riesgo de muerte (4 veces mayor), a un mayor riesgo de hospitalización (en un 68%) y de visitas a la sala de emergencias (en un 57%).3

Por otro lado, se demostró que los adultos mayores que experimentan soledad tienen una mayor probabilidad (en un 45%) de morir prematuramente en comparación con quienes no se sienten solos.5 De igual manera, la calidad de vida de los adultos mayores que sufren de soledad y aislamiento es considerablemente menor en comparación con quienes tienen una red social activa. Los adultos mayores socialmente aislados reportan niveles más bajos de satisfacción con la vida y de bienestar general.6 La percepción de soledad puede llevar a una espiral descendente, donde la baja autoestima y el sentimiento de inutilidad perpetúan el aislamiento y la soledad. La soledad es también un factor de riesgo psicosocial para el deterioro cognitivo en adultos de 65 años o más.4 Además, aumenta el riesgo de enfermedad de Alzheimer, entre otras. La falta de estímulos sociales y mentales puede contribuir al deterioro más rápido de las funciones cognitivas.

Envejecimiento poblacional

Según el informe Panorama de envejecimiento y dependencia en América Latina y El Caribe, la población de envejecientes sigue en aumento.1 Para el 2030, se espera que en América latina el 17% sea adultos mayores y, para el 2050, 1 de 4 personas lo sean también. Esto lleva a reformular la respuesta de la salud pública al envejecimiento, abarcando no solo elementos individuales y ambientales que mitiguen las pérdidas asociadas con la vejez, sino también que puedan fortalecer la recuperación, la adaptación y el crecimiento psicosocial.

Proyecto Actívate

Con el propósito de trabajar con los sentimientos de aislamiento y soledad en el adulto mayor, se desarrolló el Proyecto Actívate* con el objetivo de promover un ambiente comunitario de conexión al adulto mayor con recursos y estrategias que promuevan el bienestar mental y emocional. Se identificaron 156 adultos mayores de 60 años o más que presentaban factores de riesgo previamente establecidos. Durante 4 semanas se brindaron talleres de terapia de reminiscencia, uso de tecnología, estimulación cognitiva y ejercicios de yoga. La duración de cada taller fue de 2.5 horas. Además, por cerca de 1 año, se les dio seguimiento usando la plataforma WhatsApp, proveyendo material psicoeducativo y comunicación sobre los encuentros y las actividades de su interés. También se les brindó apoyo emocional y orientación según las inquietudes o dudas planteadas. Al finalizar la serie de encuentros, se ofreció una evaluación para recoger el sentir y la percepción de los participantes.

Resultados

El Proyecto Actívate superó las expectativas y cumplió con sus objetivos. Hubo un promedio de 22 participantes por cada una de las 7 comunidades atendidas. Desde un inicio y con cuestionarios de satisfacción, se observaron cambios cualitativos que sugieren que los encuentros proporcionaron una experiencia positiva para promover la conexión social y el mejoramiento del estado de ánimo en los participantes. Entre las observaciones destacaron:

  1. La resistencia inicial de algunos para realizar actividades se transformó en motivación y participación;
  2. Los participantes indicaron experimentar sentido de pertenencia y comenzaron a difundir los encuentros para que otros se beneficiaran de ellos;
  3. Algunos expresaron haberse reencontrado con amigos con los que habían perdido comunicación;
  4. Algunos comenzaron a asistir a otros programas para adultos mayores (yoga o voleibol);
  5. Algunos coordinaron servicios psicosociales para atender aspectos emocionales;
  6. Algunos asistieron a sus citas médicas con mayor regularidad;
  7. Hubo interés y deseo de aprender los ejercicios demostrados;
  8. La mayoría expresó su deseo de continuar con los encuentros y de llevarlos a otras comunidades;
  9. Algunos retomaron sus reuniones comunitarias; y
  10. Los participantes se siguen comunicando con los grupos de WhatsApp.

Conclusión

El aislamiento y la soledad en el adulto mayor son desafíos significativos que requieren una atención integral y multidimensional. Abordar estos problemas no solo mejora la calidad de vida y la salud de los adultos mayores, sino que también beneficia a la sociedad en su conjunto al promover un envejecimiento activo y saludable. Es esencial que sectores como los profesionales de la salud, las familias, las comunidades y los gobiernos trabajen juntos para crear un entorno con medidas en pro de la inclusión y el bienestar de nuestros mayores, así como un mejor acceso a estos programas.

Referencias

  1. Aranco N, Stampini M, et al. (2018). Panorama de envejecimiento y dependencia en América Latina y el Caribe. Banco Internacional de Desarrollo. https://publications.iadb.org/es/panorama-de-envejecimiento-y-dependencia-en-america-latina-y-el-caribe.
  2. Madoz V. Soledad, en “10 palabras clave sobre los miedos del hombre moderno”. Verbo Divino, Estella. 1998. pp. 283-284.
  3. Centers for Disease Control and Prevention. (2020). Loneliness and social isolation linked to serious health conditions. https://www.cdc.gov/aging/publications/features/lonely-older-adults.html
  4. Cachón L, Hakulinen C, et al. (2023). Loneliness and cognitive function in older adults: Longitudinal analysis in 15 countries. American Psychological Association, 38(8): 778–789.
  5. Holt-Lunstad J, et al. (2015). Loneliness and social isolation as risk factors for mortality. Perspectives on Psycholog Science, 10(2): 227-237.
  6. University of Michigan. (2015). Quality of life and social isolation in older adults.
  • Con el Programa del Adolescente de Naranjito, Inc. (PANI) y auspiciado por la Fundación Triple-S.