Francisco Muñiz, MD:
“Es importante trabajar unidos para promover una educación de excelencia y humanística”
El Dr. Francisco Muñiz lidera el Centro de Humanidades Médicas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico. Para ello, cuenta con las mejores calidades personales unidas a una gran experiencia en medicina y hematología, en educación médica –inclusive como ex Decano de la Escuela de Medicina– y como miembro de la junta editorial de varias publicaciones. También desde este año preside el capítulo de Puerto Rico del American College of Physicians, la asociación que agrupa a los médicos de la especialidad más amplia y numerosa.
¿Desde cuándo está comprometido con la educación médica?
Como médico, uno siempre se está educando, eso nunca termina; ese es uno de los privilegios de esta profesión. Por eso también hay –y se requierre– tantos cursos y actividades de actualización.
Desde que volví a Puerto Rico siempre he mantenido el vínculo con la docencia, primero en la Escuela de Medicina –donde estoy ahora nuevamente- y luego en el Hospital de Veteranos, donde –aunque parezca paradójico– esa actividad aumentó.
¿Nos puede explicar mejor esto último?
Sí, la Administración de Veteranos en los Estados Unidos estableció la recomendación de tener una universidad cerca a sus hospitales. Esto evolucionó hasta tal punto que los programas de residencia en sus hospitales siempre iban juntos y a la par con los de la universidad.
De alguna manera, ellos entendieron desde un principio las grandes ventajas que tiene contar con una facultad médica académica, además de tener residentes y estudiantes. Esto enriquece mucho la calidad del trabajo médico y beneficia a la institución, a los pacientes y a la sociedad.
Desde ese punto de vista, hoy en día debemos elogiar a todos los hospitales que, poco a poco, van entendiendo esto y se van incorporando como centros médicos académicos. A largo plazo, es una relación ventajosa para todos y que beneficia a los pacientes y a la sociedad. Eso permite aprovechar y compartir los recursos y es el resultado de una visión mucho más sólida y de largo plazo en comparación con las políticas cortoplacistas que solo pueden buscar mejorar cifras sin considerar muchos factores de calidad de servicio.
¿En ese campo, cómo era su actividad en el Hospital de Veteranos?
Allí, parte de mi trabajo consistía en asegurar y fortalecer la relación con el Recinto de Ciencias Médicas. El aporte del Hospital de Veteranos ha sido muy grande y ha ayudado mucho a Puerto Rico como una institución afiliada a la Escuela de Medicina. Es una relación que se debe mantener, fortalecer y servir de ejemplo para otras instituciones, ya que el Recinto de Ciencias Médicas necesita talleres. Esto último es esencial, no solo para las residencias médicas sino también para los tecnólogos y las enfermeras.
En mis primeros años en el Hospital de Veteranos, dirigía el laboratorio de hematología viendo, sobre todo, casos de hematología y oncología. Pero llegó un momento en que, además del Director Médico, que era el Dr. Rafael Ramírez González, decidieron tener un Director Médico para Educación y me dieron ese cargo.
El centro educativo en el Hospital de Veteranos creció mucho y eso me tenía muy ocupado. Unos años después, de 1990 a 1992, me escogieron como Decano de la Escuela de Medicina y así el Gobierno Federal “me prestó” a la Universidad. El tema de la educación siempre me ha gustado; además, eso lo mantiene joven a uno.
¿Qué esfuerzos se vienen haciendo en la Escuela de Medicina para dar más valor al aspecto humanístico en la educación?
La Escuela de Medicina de la UPR siempre ha tenido muchos profesores con interés en las humanidades. Puedo mencionar –con las disculpas de omitir a muchos otros tan destacados– a los Dres. Eduardo Santiago Delpin, Norman Maldonado, Francisco Veray, Mario Rubén García Palmieri, Ángel Román Franco y a un grupo de médicos que siempre valoró enseñar la importancia de la compasión, la sensibilidad humana, para tratar de ser una persona más completa, con más interés en lo humano y así ser un mejor médico. Por otro lado, el aspecto humanista nunca se enfocó en forma estructurada ni organizada.
Hace unos años, se creó la Academia Humanística de Medicina como un grupo de personas interesadas en las humanidades para optimizar la formación del médico, para hacerlo más compasivo, más profesional y más comprometido. Identificamos a 80 personas que manifestaron deseo o interés en colaborar. Se hizo un taller de planificación estratégica y se confirmó la necesidad de promover el aspecto humanístico para mejorar a nuestros egresados. De allí surge el Centro de Humanidades Médicas que tengo el honor de dirigir en la actualidad.
¿Esta revalorización del humanismo ocurre también en otros lugares del mundo?
Se está revalorando el humanismo en todas partes, inclusive en Europa, donde siempre se había mantenido en los programas. También se están revalorando los recursos y los instrumentos a los que se debe dar más importancia.
¿Qué aspectos se van a destacar más?
Se está trabajando en eso; se han reunido todas las escuelas de Medicina para definir cómo se puede aumentar el profesionalismo. Un aspecto básico es que se requiere comenzar por escoger bien a las personas que van a ser médicos. Además del MCAT, que es un examen que mide conocimientos, hay factores que se deben poder valorar y considerar.
Se ha decidido que queremos personas que tengan la capacidad de reflexionar y que tengan una base seria en las ciencias de la conducta, en las ciencias sociales y en las humanidades, que sean compasivos y sensibles al dolor y a todo lo humano, para así formar a los mejores médicos y profesionales. Para el año 2015, se ha decidido que un porcentaje significativo del MCAT considerará esos aspectos. Un factor muy importante y complejo es cómo hacer esto, cómo hacer la mejor evaluación personal y de la personalidad del candidato.
Ahora estamos tratando de generar un cambio en la educación, por lo que el Comité de Currículo ya les ha pedido a todos los profesores que en cada uno de los cursos y en cada actividad se incluya algún elemento de humanismo. La intención es que poco a poco se vaya operando un cambio. Ya lo estamos haciendo y ya se está trabajando en establecer un currículo de Historia y actividades extracurriculares.
Hemos conseguido apoyo de la Universidad de Puerto Rico, de la Fundación de Humanidades de Puerto Rico y del National Endowment for the Humanities.
Sin duda, lo ideal es tratar que los estudiantes que empiezan ya vengan con una base sólida en Humanismo, en Historia, Arte, Medicina Social y Antropología, y algo esencial: Ética Médica.
¿Se viene destacando la importancia de la ética médica?
Ya tenemos un Currículo de Ética incluido en el programa de todos los años. Se está avanzando en eso y también en considerar la ética en la investigación.
¿Cómo así fue quedando de lado algo tan importante como el aspecto humanístico?
Es importante recordar que con los cambios que se operaron a partir de las sugerencias de Abraham Flexner a principios del siglo XX, la educación médica de los Estados Unidos mejoró muchísimo al establecer algunos patrones estándar y de calidad: una educación premédica y después, en la escuela de Medicina, ciencias básicas muy sólidas y, luego, la práctica con médicos clínicos muy buenos. El modelo de Flexner fue muy exitoso por lo que también se adoptó y copió en muchos lugares del mundo.
Pero Flexner se olvidó de poner que el médico requiere tener una base humanista. Y él mismo reconoció que no lo puso porque siempre lo consideró lógico, que lo dio por sentado, por algo que se sobreentendía.
¿Cuál es el rol de la educación en el Capítulo de Puerto Rico del American College of Physicians que usted dirige ahora?
Hay que destacar que este capítulo ha sido muy importante en establecer un mejor nivel de calidad de la Medicina de Puerto Rico. Muchos de quienes dirigieron este capítulo insistieron y dedicaron su vida y esfuerzos en mantener un nivel muy alto de calidad médica en el país.
Es bueno que la gente joven vaya viendo y tome estas funciones y eso es algo que los va a beneficiar. Se cuenta con grandes recursos educativos, inclusive por Internet. El ACP tiene un área para estudiantes, otra para médicos y ofrece mucha información y ayuda.
Para mí representa lo mejor de la medicina de los Estados Unidos y tiene una repercusión en todo el mundo, inclusive con capítulos en Europa, en varios países de Latinoamérica desde México hasta Chile, en Arabia Saudita, en Asia e inclusive se está abriendo el capítulo de China.
Actualmente venimos incorporando a médicos jóvenes. Esto es necesario e importante porque son ellos quienes dirigirán en el futuro estas instituciones y es importante que estén expuestos a estas actividades y desarrollen compromisos de educación y de colaboración con su profesión. Hace poco hemos tenido una competencia de trabajos científicos en la que se presentaron –y premiaron- muchos trabajos de médicos jóvenes y estudiantes. Además, estamos preparando la Convención Anual de marzo. Al despedirnos, el Dr. Francisco Muñiz, hace un breve resumen destacando la gran importancia de la educación médica, tanto para el médico joven que se está formando como para el que ya está preparado y especializado que requiere actualizar la información con los nuevos avances y con los elementos que se van conociendo gracias al progreso y a los cambios.
Finalmente, destaca que la Medicina no es una ciencia exacta y que está sujeta a muchas variables objetivas pero también a otras imperceptibles y complejas que muchas veces sólo las podrá definir el médico bien preparado que haya podido desarrollar y cultivar algunas habilidades humanísticas.