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HISTORIA

Guy de Chauliac (1290-1368)

Precursor de la cirugía moderna y de la formación humanística del médico

Formado en la Escuela de Montpelier en Francia, Guy de Chauliac fue un gran cirujano medieval, cuya obra Chirurgia magna (1363) fue el tratado de referencia hasta el sigo XVII.

HISTORIA

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| Hace más de 600 años hizo una descripción del cirujano, que sigue vigente:

“Que el cirujano sea audaz en las cosas seguras y precavido en las peligrosas; que evite los tratamientos y prácticas defectuosas. Debe ser amable con el enfermo, respetuoso con sus compañeros, cauteloso en sus pronósticos. Que sea modesto, digno, amable, compadecido y misericordioso; que no codicie el dinero ni sea deshonesto; que su recompensa sea según su trabajo, los medios del paciente, la clase del asunto y con su propia dignidad.” |

Su origen y educación en Montpellier

Guy de Chauliac provenía de una familia de campesinos pobres. Se cuenta que siendo adolescente, ayudó a una adinerada muchacha que se había accidentado, por lo que, en agradecimiento, fue enviado a estudiar y se convirtió en canónigo. Luego estudiaría Medicina en Montpellier graduándose en 1325 como Maestro en Cirugía. En Bologna se destacó como anatomista y formuló que: “un cirujano que no sepa anatomía es como un ciego hachando un tronco”.

Avignon y la llegada de la Peste Negra

Era un hombre sencillo y de grandes condiciones literarias. Luego de estar trabajando en París, fue nombrado médico personal del Papa Clemente VI en Avignon, ciudad donde en aquella época estaba instalado el Pontífice. Tuvo poco tiempo para disfrutar de la cultura, el estudio y el bienestar, pues pronto apareció la Peste Negra, una epidemia que llegó de Oriente y que mató a cerca de la mitad de la población europea.

Avignon era un centro urbano donde confluían muchas regiones y se vio rápidamente afectada por la peste. Murieron en un convento 66 monjes antes que el pueblo se enterara de la llegada de la epidemia, que mató allí en los primeros dos meses a más de 12 000 personas.

Lucha contra la peste

El pánico era justificado y generalizado. “Los médicos no visitaban a sus enfermos, por temor a quedar infectados y si lo hacían, su ayuda era pobre y no se ganaba nada. Se exponían los cadáveres a las puertas de las casas y a veces los tiraban por las ventanas porque no había quien los enterrara, pues los enterradores fueron los primeros en caer. Los enfermos morían sin nadie a su lado… la caridad estaba muerta y la esperanza perdida”. El primer tratamiento fue: dieta simple, evitar el sueño, los ejercicios y las emociones en exceso, usar enemas regulares y abstenerse de relaciones sexuales.

Guy de Chauliac permaneció allí y apoyó al papa. Como medida preventiva rodeó al pontífice con antorchas y le ordenó que no reciba visitas. Describió el cuadro clínico así: fiebre, hemoptisis y bubones externos (ganglios inflamados y abscesos), afectando las axilas e ingles: “En primer lugar el hombre sufre en sus pulmones y aliento y si esto ocurre, aún con ataques leves, la muerte llega en dos días. La muerte es súbita, sus pulmones están infectados y salpicados de sangre. Hay otra forma de enfermedad, con un curso simultáneo a la primera, esto es con apostemas (absceso de pus que supura) que aparecen debajo de los brazos y entonces la gente rápidamente muere. La tercera forma es cuando aparecen las apostemas en la ingle”. Él recomendó las sangrías y la apertura de los bubones, madurados con emplasto de higo y almendros. Así, el paciente era sometido a una flebotomía para realizar una hemorragia controlada. Otra opción era cortar y esterilizar los bubones con fuego y, luego, aplicar emplastos con raíces de azucena.

Chauliac siguió trabajando fervientemente hasta que se contagió con la peste. En esa situación, comenzó a escribir todo sobre la enfermedad a medida que la padecía. Logró sobrevivir con líquido, higos, cebollas y levaduras. Súbitamente y cuando la población había sido diezmada, ocurrió el cese de la epidemia. No se sabe hasta hoy cuál fue la razón del final de este brote.

Sus obras

Chauliac continuó sus estudios y mantuvo su amistad con Clemente VI hasta que este falleció en 1351. Siguió siendo médico de los Papas Inocencio VI y Urbano V.

Fue un gran lector y escribió textos de astrología, dietética y la Chirurgía magna (1363), con un estilo claro y preciso. En esta volcó sus conocimientos sobre anatomía, cirugía, patología y terapéutica. Esta obra tiene excelentes descripciones sobre la peste, operaciones de cataratas, reducción de fracturas y uso de sustancias narcotizantes.

La Chirurgía magna tuvo vigencia varios siglos: 14 ediciones en el siglo XV y 38 en el XVI. Se la cataloga como la mejor colección de literatura médica desde los tiempos de Galeno. Fue traducida a varios idiomas, como el holandés, el inglés y el hebreo. La última traducción se hizo en 1923, en Chicago.

Chauliac creyó que los antiguos habían tenido experiencia con las epidemias, en especial de la peste, pero que sus brotes habían sido locales y que no se habrían enfrentado al concepto de epidemia como un término de universalidad.

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Su pensamiento y su legado

Él consideró a Galeno e Hipócrates como excelentes guías pero se rehusó a seguirlos ciegamente. En su siguiente frase sobre dos grandes pensadores, mostró su espíritu crítico y libre, poco usual para la época, y que fue prefigurando la medicina del Renacimiento: “Sócrates y Platón son mis amigos, pero la verdad es aún, mi mejor amiga”.

Un campo de su especialidad fue la cirugía de hernias. Hizo trabajos sobre fracturas y tracción, y actuó como cirujano de guerra. Diseñó una cama con base desmontable para las necesidades fisiológicas del paciente; promovió la sutura con hilos dorados y describió lo que debe llevarse en un maletín de urgencia. Su incursión en el campo de salud pública con la experiencia de la peste se plasmó también en sus sugerencias para la edificación de hospitales, que según se va conociendo tenían un rol primordial y eran arquitectónicamente bien elaborados, contra todo lo que se piensa del Medioevo.

Chauliac consideró que un cirujano debe ser “aquel que cura con sus manos…dirigidas por una mente educada y razonable – alguien sabio, experto, ingenioso, de buen humor, audaz cuando tenga la certeza, cauteloso ante el peligro, amable con el enfermo, considerado con sus amigos y no influenciable por los honorarios”. Estos conceptos mantienen vigencia, tanto que en 1971 el Board of Regents of the American College of Surgeons resolvió entregarlos a cada uno de sus nuevos miembros bajo el título “Lo que un Cirujano debe ser”.

El espíritu de investigador y el criterio científico de Chauliac se observan en su siguiente aforismo: “La ciencia progresa por continuas añadiduras, y quien comienza con ella no puede esperar finalizar. Gracias a esto, nosotros somos como niños sentados en el cuello de un gigante. Así podemos ver lo que el gigante ve, y un poco más”.

Guy Chauliac vivió hasta 1368, ostentando el título de “Padre de la Cirugía”.

Bibliografía:

Guy de Chauliac, An English translation, by Leonard D. Rosenman, M.D. 2005

The Major Surgery of Guy de Chauliac by E. Nicaise, Guy de Chauliac, Felix Alcan, editor, 108 Boulevard Saint-Germain, 1890

Alonso, Carlos Alfredo, Revista de la Facultad de Medicina, Vol 8 Nº1 (2007)

Guy de Chauliac, Jaime Gómez González, Compumedicina

Laín Entraigo, Historia de la Medicina, Masson Edit. 1994

Buzzi-Doisenbant, Evolución Histórica de la Medicina, Dawson, Ian, Medicine in the Middle Ages, Marshall Cavendish Books, 2005