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Jonathan Letterman

(1824-1872) Pionero de la medicina de emergencias en guerras y situaciones de crisis

En situaciones de crisis como son las catástrofes, las epidemias de salud y las guerras, la medicina de emergencias juega un rol importante. Desde épocas inmemoriales, muchos médicos famosos fueron decisivos para salvar vidas durante grandes crisis. En la época moderna, la figura de Jonathan Letterman destacó no solo por su rol en la Guerra de Secesión estadounidense, sino por haber ideado y establecido un plan que sigue teniendo vigencia hoy en día, no solo en casos de guerras sino en catástrofes y en los centros de urgencias de todo el mundo.


Especial para Galenus

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Marco Villanueva-Meyer, MD

Su origen e inicios

Jonathan Letterman nació en Pensilvania y siguió los pasos de su padre, un reconocido médico. En 1849 se graduó en el Jefferson Medical College e ingresó como cirujano asistente al Departamento Médico del ejército. Luego sirvió en varias campañas militares contra tribus nativas en la Florida, en Minnesota, en Nuevo México y en California.

En esa época, detectó que el escorbuto estaba afectando a muchos soldados, lo que logró controlar con una alimentación rica en vegetales y fruta.

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Durante la Guerra Civil

Al empezar la Guerra Civil, Letterman fue asignado al ejército de Potomac, en 1862. Él y su equipo médico estaban afrontando grandes problemas causados por tácticas militares anticuadas, por nuevas armas y por falta de manejo eficiente con los heridos, a los que se dejaba a su merced en el campo de batalla. Los más afortunados eran cargados o retirados por algún camarada o por los músicos del escuadrón, y no era nada raro que tomara más de una semana retirar a los heridos, maltrechos, con sed y hambre.

Hasta ese momento, el sistema de transporte existente era operado por soldados cuya prioridad era el transporte de armas, de contingente y de suministros. Los heridos eran su última prioridad, por lo que las probabilidades que tenían de sobrevivir eran muy bajas. Además, con los batallones iba un solo médico militar que se tenía que hacer cargo de todo, inclusive de cirugías y anestesia. Los heridos eran atendidos en orden de llegada. Esto creaba grandes demoras cuando había cirugías que podían tomar horas o cuando ante una herida mortal se realizaba una cirugía larga que resultaba infructuosa. Así, se perdían los valiosos minutos esenciales para detener hemorragias o suturar heridas graves, lo que costaba miles de vidas.

Al año de iniciada la guerra, Letterman fue designado Director Médico de todo el ejército de la Unión. Su elección representó también una censura al Director previo, por su fracaso y falta de eficiencia. No había primeros auxilios ni médicos que acompañaran a los soldados, ni sistemas de emergencia. Letterman recibió el encargo de hacer todo lo que fuera necesario para mejorar estos pobres servicios médicos.

El plan de Letterman

Letterman se abocó a crear un sistema que logró reducir en forma dramática el número de bajas en combate y que sirvió de base para la medicina de emergencia como la conocemos hoy, inclusive para catástrofes y para los centros de urgencia en los sistemas médicos modernos de todo el mundo.

Él tenía clara la necesidad de mover rápido a los heridos, por lo que estableció que ya no fueran los encargados de llevar los implementos de guerra los que se tuvieran que transportar a los heridos. Su plan estableció la necesidad de contar con transportes o vagones exclusivos para los heridos, a cargo de personal especialmente entrenado en cargar camillas y operar estos vagones. Así, surgió el primer sistema de ambulancias, que en aquella época eran carruajes tirados por caballos que se apostaban en la cercanía del campo de batalla.

Además, estableció la necesidad de contar con asistentes médicos: uno a cargo de ayudar con todo el instrumental y los insumos médicos necesarios para las curaciones y operaciones –lo que permitía ganar tiempo valioso– y, otro, encargado exclusivamente del suministro de anestesia.

También incorporó el concepto de primeros auxilios y la necesidad de disponer de equipos o “kits” de emergencia con elementos para suturar heridas, cloroformo para sedar a los pacientes y herramientas para realizar amputaciones en casos más graves.

Los procedimientos debían realizarse rápido, por lo que se establecieron tiendas de campaña que comenzaron a recibir heridos, convirtiéndose en los primeros centros de urgencia. Allí, algunos heridos eran operados directamente para luego trasladarlos en las ambulancias hasta los hospitales. Acá se concentraba el médico con los asistentes quirúrgicos y los anestesistas.

Instituyó el sistema de triage que priorizara en el grado de la herida y la posibilidad de supervivencia: los que tenían menos posibilidades según la gravedad de sus heridas debían dar paso a los que estaban graves, pero fuera de peligro de muerte. En este contexto se consideró como los más graves a quienes tenían impactos de bala en la cabeza o el abdomen.

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Estableció que cada hospital militar debía tener un cirujano a cargo con 2 cirujanos asistentes: uno a cargo de los instrumentos e implementos y otro a cargo de las historias clínicas. Además, serían los mismos hospitales los que designarían a los 3 cirujanos más hábiles, independientemente de su rango militar. Él también estableció que los suministros del hospital ya no estarían a cargo del encargado del almacén del ejército.

Efectividad del plan de Letterman

En 1862, a las 2 semanas de implementarse el nuevo plan de Letterman, ocurrió la Batalla de Antietam, considerada la batalla de un día más sangrienta de la historia de los Estados Unidos. Con más de 20 000 heridos, el personal médico pudo remover a todos los heridos antes de 24 horas, salvando miles de vidas. Este fue un éxito grande para Letterman y su plan, el cual se replicó al poco tiempo en la batalla de Fredericksburg.

En julio de 1863 se libró la batalla de Gettysburg. Duró 3 días y fue una de las más cruentas. De 50 000 soldados, solo el primer día murieron unos 15 000. En los siguientes 2 días los muertos y heridos superaron los 30 000. Hubo más de 14 000 heridos en el ejército de la Unión y más de 6800 heridos abandonados por los confederados. En una hacienda cerca a Gettysburg se estableció el campamento médico, denominado “Campamento Letterman”.

Letterman informó que se pudo retirar a todos los heridos en menos de 6 horas de finalizada la batalla, alimentándolos y cubriéndoles las heridas, habiendo realizado todas las cirugías críticas dentro de las 24 horas de recibidos los pacientes.

Legado

En 1864, en base a un Acta del Congreso de los Estados Unidos, se estableció el plan de Letterman como norma para todo el ejército de la nación. Hoy sigue siendo la base para medicina militar moderna y para el manejo de emergencias.

El Dr. Jonathan Letterman organizó un sistema médico moderno para los campos de batalla y las situaciones de crisis. Las ambulancias, los primeros auxilios y la medicina de emergencias surgieron de su plan para disminuir el número de muertos durante las batallas y crisis. Su plan logró cambiar el curso de una guerra, convirtiéndolo en un héroe que salvó a miles de soldados de morir en los campos de batalla.

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Esto sirvió también para salvar miles de vidas en posteriores conflictos bélicos en todo el mundo. Los ejércitos en otras partes del mundo, como el británico o el prusiano, adoptaron un sistema parecido (ya en Prusia fue Johann Friedrich von Esmarsch estaba desarrollando aspectos inclusive más avanzados en el campo quirúrgico, y en la enfermería de St. John en Londres se trabajaba intensamente en ese campo). Inclusive, los hospitales civiles incorporaron las ambulancias, utilizándolas para toda clase de emergencias hasta nuestros días.

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El Instituto Letterman promueve los conceptos establecidos en el plan original de Letterman y su adaptación en el tiempo, así como el pensamiento estratégico para mejorar las vidas de otros. El hospital militar en Presidio, San Francisco, lleva su nombre.

Hasta el final de la guerra, Johnatan Letterman siguió trabajando como inspector de los hospitales del ejército de los Estados Unidos, y luego renunció y fue a vivir a San Francisco. En 1872, después de la muerte de su esposa, entró en una severa depresión y cayó enfermo, falleciendo a los 47 años de edad. Fue enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington. En su tumba se reconoce “al hombre que puso orden y eficiencia en los servicios médicos del ejército y que fue el organizador de los métodos modernos en crisis y guerras”.

Referencias

  • Jonathan Letterman, MD (1866). Medical Recollections of the Army of the Potomac. New York: D. Appleton & Co., p. 155-157.
  • House of Representatives (51st Congress, 1st Session). (1889). The War of Rebellion, Series 1, Vol. 27, Part 1, Misc. Doc. No. 146. (Robert N. Scott, Compiler). Washington, DC: US Printing Office, pp. 195-199.
  • Clements, Bennett A. (1883). Memoir of Jonathan Letterman. J of the military service institution, GP Putnam’s sons, September 1883. 38 p.
  • Greenwood, JT (2003). Hammond and Letterman: A tale of two men who changed army medicine. Institute of Land Warfare.
  • Musto, RJ. «The Treatment of the Wounded at Gettysburg: Jonathan Letterman.» Gettysburg Magazine, Issue 37, 2007.