José de Ribera (1591-1652): “Pintaba con la sangre de los santos”
Jesús María del Rincón
Artista, Pintor y Retratista
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Ribera: No hace falta que me elogie, puedo leer el pensamiento y sé que aprecia mi pintura. Del Rincón: Gustar es poco, me parece espectacular, pero, ¿dónde nació y cómo escogió su profesión? _ Ribera: Nací en Valencia en 1591. Mi padre, Simón, era zapatero y me alentó a pintar, pero fue mi madre, Margarita, la que hizo posible que viajara a Italia para seguir los pasos de Caravaggio, mi ídolo. Mi hermano, quien también pintaba, se quedó en España.
Del Rincón: ¿Qué lugares visitó en Italia? _ Ribera: Mis primeros destinos fueron Cremona, Milán y Roma y, al final, me establecí en Nápoles, que era un virreinato español. Tenía muchos encargos de la Iglesia y de particulares. Recién llegado, me alojé en casa del pintor Azzolini, y a los tres meses me casé con su hija de 16 años.
Martirio de San Felipe, José de Ribera, 1639. Óleo sobre lienzo. Museo del Prado, Madrid.
Del Rincón: ¿Nunca quiso regresar a España? _ Ribera: Mire usted, siempre he dicho que España es madre amantísima para los forasteros y madrastra cruel para sus hijos. Mi vida la hice en otro lado y como usted comprenderá…
Del Rincón: Usted fue una de las figuras de la pintura del siglo XVII, no solo de la española, sino de Europa. Rembrandt tenía uno de sus grabados en su colección y en El Prado hay más de 40 cuadros suyos. _ Ribera: Muchos coleccionistas españoles, incluidos los reyes, compraban mis obras. El propio Velázquez me visitó en 1630 y mi fama se extendió por España. También el Duque de Alcalá, el Virrey, fue mi mecenas y me encargó obras como _ La mujer barbuda o una serie de Filósofos, cuyos modelos de aspecto vulgar representé con intensa realidad.
Del Rincón: Por desarrollar el tenebrismo y elegir fondos siniestros y temas patéticos, Lord Byron llegó a decir que usted pintaba con la sangre de los santos. _ Ribera: El tenebrismo fue al inicio, pues la propuesta de Caravaggio me obsesionaba. Con los años, mi pintura se volvió colorista. Mi pincelada, por influencia de Van Dyck, se tornó más espesa y luminosa, aunque retomé el tenebrismo al final de mi vida, tal vez por la enfermedad que me afligió.
Del Rincón: ¿Su obra favorita? _ Ribera: La Inmaculada Concepción, que se encuentra en la iglesia del Convento de las Agustinas Recoletas de Salamanca y es considerada como una obra maestra de la pintura barroca napolitana y española. Fue un encargo del Conde de Monterrey y Virrey de Nápoles para su panteón en la Iglesia del Convento.
Del Rincón: ¿Tuvo discípulos? _ Ribera: Varios, el más aventajado de los cuales fue Luca Giordano.
Del Rincón: Maestro, ¿dónde vive? _ Ribera: En el Olimpo, y allí me dirijo. Y haciendo un saludo desapareció, mientras el modelo de Arquímedes retornaba a su cuadro.