Opinión, invitado del mes
La infección por Influenza A (H1N1):
La epidemiología, el manejo coordinado y la difusión de la información
Este año 2009 las noticias sobre la comúnmente denominada “gripe porcina” han ocupado ya varios titulares en todos los medios de prensa. Desde abril el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) comenzó a reportar casos de infecciones respiratorias agudas y severas en seres humanos. Se determinó que la causa era un virus novel, Influenza A (H1N1), con la capacidad de ser fácilmente transmisible a través del contacto de persona a persona. Siendo éste un virus nuevo para el ser humano, su capacidad infectiva era alta en vista de que no existía exposición previa al mismo.
Su periodo de incubación es corto (de 2 a 5 días).
El virus tiene al tracto respiratorio como reservorio y se libera desde un día antes de que se desarrollen los síntomas hasta siete días después de que comience la enfermedad.
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Inicialmente se reportaron casos en México y Estados Unidos; sin embargo en junio la OMS declaró una alerta de pandemia ya que se habían identificado personas afectadas en muchos países del mundo. Los primeros casos reportados en Puerto Rico estaban directamente relacionados a personas que habían regresado de viaje y provenían de comunidades donde ya había casos documentados. A partir de julio se confirmaron casos sin historial de viaje, permitiendo esto concluir que la transmisión del virus de persona a persona ya era una realidad en nuestra isla.
Esto llevó al Departamento de Salud de Puerto Rico a establecer un activo programa de vigilancia para la identificación de casos sospechosos y un mayor esfuerzo dirigido a la prevención y educación de la población, enfocándose en los buenos hábitos de higiene.
Los médicos en forma individual y como elementos básicos del sistema de salud, además de conocer los criterios de diagnóstico con prueba rápida de cernimiento y prueba de confirmación, de definir a los grupos de mayor riesgo y de establecer qué medicamentos pueden ser útiles en estos casos, tenemos que insistir en la importancia de la prevención. Igualmente en muchos casos tenemos que definir mejor o aclarar la información que se da en algunos medios de comunicación. En este sentido los médicos en general y aquellos vinculados a las infecciones y la epidemiología en particular, tenemos que contribuir en forma directa a la información y bienestar de la población.
Tanto el Centro para el Control de las Enfermedades, la Organización Mundial de la Salud y los Departamentos de Salud, revisan y actualizan sus guías y recomendaciones frecuentemente ya que la situación del virus de Influenza A (H1N1) cambia diariamente.
Debemos estar bien orientados y educados pues, siendo éste un evento global, podemos esperar que ocurran varias olas de infección en el transcurso de los próximos años.