La mujer y el VIH
Prueba de VIH en mujeres
Cerca de una de cada cuatro personas con VIH en los Estados Unidos es una mujer. Por esta razón, es muy importante que la prueba de VIH sea parte de la batería de análisis de laboratorio anuales en todas las prácticas médicas. Esto no debe ser un tabú y el diagnóstico de VIH tampoco debe ser razón para estigmatizar a nadie. Inclusive, el CDC (Centers for Disease Control and Prevention) recomienda hacer la prueba de VIH a todo paciente desde los 15 años de edad.
Cifras de diagnóstico de VIH en mujeres
Actualmente, la mayoría de las infecciones de VIH recién diagnosticadas en mujeres son por contacto heterosexual (84% de los casos). De las mujeres que viven con VIH solo el 88% son diagnosticadas y, de estas, solamente el 32% tienen el virus bajo control. Allí radica la importancia de que todos los médicos coincidan en indicar la prueba de VIH en forma rutinaria (como cernimiento) y no solo cuando el paciente la pide. En la medida en que esta prueba pase a ser una de rutina, se logrará tener más personas en tratamiento en etapas tempranas de la condición y, a la vez, se logrará una mayor prevención, ya que al haber un menor número de pacientes infectados pero no diagnosticados se podrá tener menos contagios.
Según las estadísticas del CDC al 2011, el 23% de las personas que viven con VIH eran mujeres, en su gran mayoría afroamericanas y latinas. De ellas, solo el 45% se contactan con clínicas para obtener tratamiento y solamente el 32% de estas logra la supresión viral sostenida.
Factores de riesgo, protección y prevención
Es por esto que se debe explorar el riesgo de contagio en las mujeres. Muchas de ellas desconocen el factor de riesgo que suponen sus parejas (algunos usuarios de drogas intravenosas y hombres que tiene sexo con hombres) y no se protegen utilizando preservativos.
Por eso es importante hablar con ellas del riesgo de contraer VIH al tener una relación sexual sin condón o sin uso de PrEP (medicación profiláctica pre exposición, o pre exposure profilaxis). Este riesgo es más alto en la mujer que en el hombre. Además, tener relaciones anales aumenta aún más el riesgo de contagio que tener relaciones vaginales sin condón. Contrariamente a lo que muchas veces se piensa, en estudios llevados a cabo por el CDC y el NIH (National Institutes of Health) en los Estados Unidos un 20% de las mujeres entre 20 a 39 años tiene relaciones anales frecuentes sin condón. Por lo tanto, es de suma importancia orientar a todos los pacientes para que utilicen siempre el preservativo como método de prevención, tanto para el VIH como para otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).
También es importante tener en cuenta la posibilidad de que las pacientes puedan tener alguna ETS, como clamidia o gonorrea, pues esto aumenta el riesgo de contraer o diseminar el VIH.
Hay que considerar que la población latina es una de alto riesgo, de múltiples prácticas sexuales y de inicio temprano en la vida sexual. Por esto, es importante el compromiso médico-paciente para hablar y educar al paciente y hacerle saber que la prueba de VIH y las pruebas de ETS son exámenes rutinarios de cernimiento, e informarles sobre la importancia de protegerse contra las enfermedades de transmisión sexual.
Comentario
Son muy importantes la información y la educación sobre la prevención y la relevancia de una detección temprana del VIH, para así involucrar cuanto antes al paciente con el tratamiento y disminuir las posibilidades de contagio. Este es un gran paso para mejorar nuestra salud pública.