Las estatinas en pacientes con condiciones crónicas
Hace muchos años que se considera el uso de estatinas para tratar problemas de colesterol (en especial para disminuir el colesterol de baja densidad, LDL), para evitar que este se acumule provocando placas en las paredes arteriales y que esto lleve a problemas del flujo sanguíneo como los infartos. Muchas veces esto puede evitarse, en principio, mediante un estilo de vida saludable (con dieta, ejercicio y sin fumar). También algunas predisposiciones genéticas o ciertas comorbilidades pueden elevar el riesgo de enfermedad cardiovascular y llevan a recomendar el uso preventivo de estatinas.
Tradicionalmente asociamos estos riesgos –prevenibles con el uso de estatinas– a pacientes que sufren de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, debemos tener presente que la diabetes es considerada como un riesgo equivalente a la enfermedad coronaria. El uso de estatinas en prevención primaria y secundaria en pacientes diabéticos se sustenta en múltiples estudios y guías nacionales. La Asociación Americana de Diabetes recomienda que los pacientes con diabetes con historial de enfermedad cardiovascular (CVD), al igual que aquellos mayores de 40 años sin CVD, pero con factores de riesgo, sean tratados con una estatina (indistintamente de su nivel de LDL).
Múltiples entidades se han expresado a favor de su uso y también las guías clínicas para la terapia de estatinas, incluyendo: American Diabetes Association, American College of Cardiology, American Heart Association, National Committee for Quality Assurance (NCQA), Pharmacy Quality Alliance y National Quality Forum. Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) han reaccionado a este apoyo y consideran incluir estas medidas en los modelos de compensación por calidad para Medicare Advantage, Medicaid y MACRA. A continuación, algunas de las medidas y guías recomendadas:
Las estatinas ya están muchos años en el mercado y hoy en día hay alternativas de diversa intensidad y costo, incluyendo los genéricos bioequivalentes al alcance de la mayoría de pacientes. De acuerdo a un estudio realizado en Johns Hopkins –investigación que se extendió 20 años–, el riesgo del uso prolongado de estatinas es bajo y los potenciales beneficios lo contrapesan significativamente. Es importante que el médico oriente bien a su paciente sobre los efectos secundarios, entre los que destaca el dolor muscular. La buena orientación en conjunto al seguimiento y preguntas directas al paciente sobre cómo se siente con el uso del medicamento facilitan ajustes en dosis e intensidad para garantizar la adherencia a la terapia.
Referencias - HEDIS 2017. - Pharmacy Quality Alliance: http://pqaalliance.org. - American College of Cardiology: https://www.acc.org. - American Diabetes Association: http://www.diabetes.org.