Las toxinas del botulismo y las líneas de expresión
La toxina del botulismo (TXB) es producida por una bacteria anaeróbica gram positiva conocida como clostridium botulinum y es una de las neurotoxinas más potentes conocidas por el hombre. La misma bloquea la liberación de acetilcolina de los terminales presinápticos de la unión neuromuscular.
De los tres tipos de enfermedad que produce, la más común es la transmitida por alimentos enlatados. Se caracteriza por parálisis flácida, descendente de nervios motores y autonómicos, que comienza con los nervios craneales (visión borrosa, disfagia, disartria) y puede terminar en paro respiratorio.
Aplicaciones médicas
Sus primeras aplicaciones médicas fueron en la década de 1980 cuando se usaron cantidades minúsculas de la TXB para inactivar la espasticidad muscular en estrabismo. Los perfiles de seguridad y eficacia, añadidos a los pocos efectos secundarios, permitieron que la FDA la aprobara para estrabismo, blefaroespasmo y espasmo hemifacial. Al usarse en pacientes de este último grupo, se notó mejoría en las líneas de expresión unilateral. De ahí en adelante, el resto es historia.
La TXB se ha utilizado en múltiples escenarios, no solo terapéuticos, sino cosméticos. Hoy día tenemos al menos 4 TXB en el mercado (Botox, Myoblock, Dysport y Xeomin). Todas promueven los mismos efectos terapéuticos con pequeñas variaciones en su preparación. La TXB ejerce su efecto debilitando las fibras musculares del área cosmética que se desea tratar. El método de inyección puede variar de acuerdo a la habilidad o experiencia clínica del especialista que lo administra. Suele ser un procedimiento ambulatorio, bien tolerado y sin downtime para el paciente. Al repetir el tratamiento cada 4 o 6 meses, se logra un mejor efecto a largo plazo.
Las áreas cosméticas que suelen inyectarse son la glabela, la frente y las llamadas “patas de gallo” alrededor de los párpados. También se han inyectado el cuello, las líneas de conejito o bunny line en la nariz, líneas de marioneta en barbilla y en pacientes con encía superior prominente o gummy smile.
Otras indicaciones son hiperhidrosis axilar y palmo plantar, migraña crónica y ciertos casos de distrofia muscular y espasticidad en adultos y niños.
Efectos secundarios
Los efectos secundarios más comunes suelen ser dolor de cabeza, náuseas, blefaroptosis, síntomas de gripe, disfagia, diplopía, sonrisa asimétrica, entre otros. Menos frecuentes, pero particularmente importante, es la posibilidad de desarrollar reacción de hipersensitividad (a la albumina), angioedema y problemas cardiovasculares (infarto o arritmia).
Comentario
Para muchos dermatólogos y cirujanos plásticos, la toxina de botulismo ha resultado ser un instrumento clave en el manejo de pacientes que no están listos o no desean someterse a una cirugía plástica. Esta, combinada con los nuevos rellenos (fillers), constituye un avance en el mundo de la medicina cosmética. Al parecer se ha abierto una “caja de pandora” llena de alternativas para envejecer más dignamente.
Referencia -# JAAD vol 43 issue 2, pp. 249-259 (8/2000) Hang, Foster. -# JAAD vol 53 issue 2, pp. 284-290 (8/2005) Alastain, Jean Carruters.