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Enfermedad por arañazo de gato

Fiebre por arañazo de gato

Félix J. Fojo, MD
Félix J. Fojo, MD
felixfojo@gmail.com
ffojo@homeorthopedics.com

Un paciente de 12 años de edad y con antecedentes de buena salud, es llevado a sala de emergencia por presentar, desde hace unos cinco días, fiebre no muy alta (101-102ºF o 38.3-38.9ºC), malestar general, inapetencia, cefalea y, lo más preocupante para sus padres, una tumoración dura, poco dolorosa, eritematosa en la periferia y caliente, de unas dos pulgadas de diámetro en la axila izquierda y, otra, de parecidas características, pero menor, en la región lateral izquierda del cuello, justo debajo del pabellón de la oreja.

En la exploración física se confirman las lesiones ya descritas y se encuentran dos pequeñas cicatrices en la cara anterior del brazo izquierdo. Una de estas lesiones es lineal, de unos 4 centímetros de largo y, la otra, redondeada y bastante más pequeña. Los padres refieren que las dos lesiones del brazo se presentaron muy enrojecidas, pero no muy dolorosas, después de una visita realizada hace alrededor de un mes a la casa de un familiar para que el niño conociera a la nueva mascota, un gato persa de pelaje plateado y muy juguetón. Ellos pensaron que el paciente había sido picado por un insecto y no le dieron importancia al hecho.

Se diagnostica al paciente como portador de una enfermedad por arañazo de gato. Pero…, ¿en que consiste esa entidad patológica?

La enfermedad por arañazo de gato es una infección sistémica producida por la bacteria gramnegativa Bartonella henselae. Los síntomas comunes son los descritos para nuestro paciente. Tiene un punto de inoculación, donde se desarrolla una pápula local y, después, se produce una linfadenitis regional. El diagnóstico es clínico y se confirma mediante biopsias –tanto de la puerta de entrada como de la cadena ganglionar– y pruebas serológicas (PCR) que demuestren la presencia de la Bartonella. Los niños y jóvenes son los más afectados, pero la enfermedad puede ocurrir a cualquier edad.

Los gatos domésticos, sobre todo las crías jóvenes, constituyen el mayor reservorio de Bartonella henselae. Se estima que, en los Estados Unidos, entre el 20 y el 50% de todos los gatos domésticos tienen anticuerpos contra dicha bacteria. La pulga del gato transmite la bacteria entre los felinos, y el arañazo, o la mordida del gato, la transmite a los humanos.

En los casos simples, los signos y síntomas desaparecen entre uno y seis meses. Alrededor de un 10-12% de los pacientes pueden desarrollar, después de los signos iniciales, complicaciones mucho más serias e invalidantes, como enfermedad diseminada grave –sobre todo en personas con SIDA–, enfermedad granulomatosa hepatoesplénica, endocarditis con cultivo negativo, angiomatosis y peliosis bacilar, síndrome de Parinoud oculoglandular y manifestaciones neurológicas como convulsiones, neuroretinitis con ceguera unilateral, arteritis cerebral, encefalopatías, mielitis y paraplejias.

El diagnóstico diferencial se hace con las infecciones por micobacterias, la tularemia, la brucelosis, el linfogranuloma venéreo, ciertas micosis sistémicas y ciertos tipos de tumores linfáticos o hematológicos. El tratamiento es tanto local como sistémico y debe estar invariablemente en manos de un especialista calificado en la materia.