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Los últimos momentos de Pompeya

Jesús María del Rincón

Jesús María del Rincón
Artista, Pintor y Retratista
bicubicart@gmail.com

Pasando con cierta apatía las páginas de un libro de historia, encontré unas fotos escalofriantes que despertaron mi atención. Eran imágenes de Pompeya, la ciudad romana que quedó sepultada por la erupción de lava y ceniza del volcán Vesubio.

Como en ocasiones mi imaginación vuela, esta vez no fue la excepción, visualicé los momentos antes de la catástrofe e imaginé lo que pudo haber sido la conversación entre dos esposos, el panadero Próculo y su mujer.

Esposa: Me considero una mujer feliz administrando este domus. Los dioses son generosos con nosotros, tenemos hijos sanos, tu profesión nos provee suficientes denarios para mantenernos en una posición económica holgada y además nuestros sirvientes y esclavos son solícitos y amables.

Próculo: Tienes razón, la vida nos sonríe. Mi panadería hornea y, lo digo con orgullo, el mejor pan de Pompeya y su fama se extienden hasta Nápoles y toda La Campania. Otros panaderos de Herculano y Oplontis han venido a tratar de descifrar, sin éxito, el secreto de mi harina, el cual atesoro por venir de una tradición familiar.

Esposa: Estos últimos días he notado que la tierra ha estado temblando con bastante frecuencia y el Vesubio ha lanzado algunas fumarolas. ¿Será que los dioses están enojados por la vida disipada y la degeneración de nuestra sociedad? Nuestros congéneres viven entregados a las diversiones y los placeres en detrimento de su virtud. Próculo: Ciertos amigos míos que visitan las termas me han dicho que algunas se han convertido en prostíbulos muy concurridos y que en las paredes hay pinturas eróticas muy explícitas.

Retrato atribuido al panadero Publio Paquio Próculo y su esposa,  en una casa de Pompeya; fechado en el siglo I,entre los años 50 y 74 a.c.

Retrato atribuido al panadero Publio Paquio Próculo y su esposa, en una casa de Pompeya; fechado en el siglo I,entre los años 50 y 74 a.c.

Esposa: La relajación de las costumbres y el libertinaje están propiciando la caída del Imperio romano. ¿Dónde quedaron los días de Séneca y Augusto? Hacen falta hombres de Estado y sobran políticos, que siempre dicen lo que el populus romanus desea escuchar, aun en detrimento de nuestra sociedad. Reina la corrupción y se está perdiendo el respeto al prójimo.

Próculo: Al menos hemos heredado el buen arte de los griegos. Me deleito mirando el retrato que nos hizo el pintor artesano que nos recomendaron nuestros parientes napolitanos. Tú quedaste exacta, aunque a mí me dieron una expresión un tanto tosca.

Esposa: Quién sabe si pasaremos a la posteridad gracias a este retrato. Próculo: ¿Un panadero y su esposa…? Lo dudo.

Esposa: La vida da sorpresas y uno nunca sabe, pero escucha… ¿No sientes un ruido profundo, como si surgiese de las entrañas de la tierra? Próculo: Sí, sí, seguro. Salgamos a la calle a ver de qué se trata.

Esposa: ¡Oh, no!

Pompeya, ubicada en la base de la montaña del volcán Vesubio, fue totalmente cubierta por las cenizas y la lava el 24 de agosto del año 79 de nuestra era. Fue redescubierta en 1748 por el ingeniero español Roque Joaquín de Alcubierre, al servicio del Rey Carlos III, patrono y visitante frecuente de la excavación.