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Método Ponseti para el tratamiento del pie corino o pie zambo (clubfoot)

La evaluación y el tratamiento de problemas del sistema locomotor y musculoesquelético en los niños es uno de los campos en los que la Ortopedia tiene mayor vigencia. A continuación se presenta un método para tratar a niños afectados con una enfermedad congénita, y cuyos resultados han cambiado y mejorado la vida de cientos de miles de niños del mundo.


Samuel A. Fernández López, M.D.

Samuel A. Fernández López, M.D.
Ortopeda Pediátrico

(Foto: Autor con el doctor I.Ponseti)

Antecedentes

El pie corino o pie zambo (clubfoot) es una de las deformidades congénitas más comunes. Se estima que en los Estados Unidos nacen unos 2500 bebes al año con esta deformidad, una incidencia de 1 a 2 casos por cada 1000 nacimientos vivos. La mitad de estos casos tiende a ser bilaterales.

El tratamiento clásico consistía en enyesados cada dos semanas hasta la edad de 6 a 8 meses, seguidos por un procedimiento quirúrgico extenso en el que se practicaban la liberación de ligamentos y articulaciones y el alargamiento de tendones. En promedio, este tipo de tratamiento duraba aproximadamente 1 año. Las recurrencias o residuos de deformidad se reportaban en más del 50% de los casos, y muchos de estos requerían inclusive cirugías adicionales.

Ignacio Ponseti y su método

El Dr. Ignacio Ponseti (Mallorca 1914 – Iowa 2009) diseñó para resolver este problema un método de tratamiento durante la década de 1950 en la Universidad de Iowa, debido a su inconformidad con el resultado de las técnicas quirúrgicas y no quirúrgicas que se empleaban en aquella época.

Desde entonces, se ha venido utilizando y enseñando su método, primero en la Universidad de Iowa y, luego, en el resto del mundo*.

Vista posterior del pie antes del tratamiento.

Vista posterior del pie antes del tratamiento.

Así, utilizando esta técnica, se han reportado resultados funcionales satisfactorios a largo plazo (ya con más de 40 años de seguimiento) en hasta un 89% de los casos.

Principio de esta técnica

La técnica consiste en la manipulación del pie, basada en la biología de la deformidad y en la anatomía funcional del pie, la aplicación de yesos seriados, una intervención quirúrgica limitada, sección percutánea del tendón de Aquiles, y en la utilización de una ortosis de abducción en el pie por un periodo de 2 a 3 años.

| En esencia, el método Ponseti incluye los siguientes procedimientos:

– Manipulación del pie en supinación y abducción progresiva.

– Aplicación de yesos seriados de pierna para mantener la corrección progresiva de la deformidad, semanalmente por 4 a 6 yesos.

– En la mayoría de los casos, se necesita una sección percutánea del tendón de Aquiles (procedimiento realizado en forma ambulatoria), seguido por un yeso largo de la pierna por unas 3 a 4 semanas.

– Luego de ese último yeso, se coloca en el pie una ortosis de abducción a tiempo completo por un periodo de 3 meses.

– Después se utiliza la ortosis de abducción al dormir solamente, hasta una edad de 2 a 3 años.

– Se ha observado una tendencia a recurrir la deformidad si no se utiliza la ortosis por el periodo indicado. |

Conclusión

Utilizando esta técnica, se han podido evitar extensas cirugías del pie en más de 80% de los casos.

La cirugía del pie corino o zambo, aunque produce un pie más normal, muchas veces deja extensas cicatrices y articulaciones afectadas, resultando un pie rígido, débil y frecuentemente doloroso luego de la adolescencia. Estas cicatrices y el daño causado a las articulaciones se evitan cuando se utiliza este método de tratamiento, lo que resulta en un pie más flexible que tiende a no ser doloroso en un futuro. De esta manera, se logra una mejor calidad de vida de los niños afectados por este problema congénito.

Vista posterior del pie despues del tratamiento.

Vista posterior del pie despues del tratamiento.

* El método Ponseti se empleó desde la década de 1950 y se difundió en diferentes publicaciones, pero recién en la de 1990 adquiere difusión amplia y global. Se crearon clínicas de entrenamiento en distintos lugares del mundo. La Organización Mundial de la Salud, los Institutos Nacionales de Salud y la Academia Americana de Pedriatría le dieron su respaldo y aval.