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Obesidad en niños y adolescentes: Una epidemia alarmante

Gerardo J. Tosca Claudio, MD, FAAP

Gerardo J. Tosca Claudio, MD, FAAP
Especialista en Pediatría

Presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Pediatría

La obesidad infantil se ha convertido en una epidemia nacional y ha aumentado considerablemente en las últimas dos décadas. El porcentaje de niños y adolescentes definidos como personas con sobrepeso se ha más que duplicado desde los inicios de la década de 1970. Según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), en la actualidad cerca del 15% de los niños y adolescentes tienen sobrepeso. Irónicamente, la obesidad se encuentra entre los problemas médicos más fáciles de reconocer, pero los más difíciles de tratar. Los niños con sobrepeso son mucho más propensos a convertirse en adultos con sobrepeso salvo que adopten y mantengan patrones más saludables de alimentación y ejercicio físico.

Definiendo obesidad

La obesidad se define como una cantidad excesivamente alta de grasa corporal en relación con la masa corporal magra. El sobrepeso se refiere al aumento de peso corporal en relación con la altura, cuando se lo compara con algún estándar de peso aceptable o deseable. El IMC (índice de masa corporal) es una buena forma de obtener estándares de peso deseable: emplea una fórmula matemática, en la cual el peso de una persona en libras se divide por el cuadrado de la altura de la persona en pulgadas y el resultado se multiplica por 703.

Por ejemplo, un niño de 13 años que pesa 190 libras y tiene 65 pulgadas de altura tendría un IMC = [190/(65)(65)] x 703 = 31,6.

peditex3-2.jpg Un IMC de 31,6 se representaría gráficamente en una tabla de IMC por edad y de crecimiento específico por sexo (ver www.cdc.gov/growthcharts). A partir de agosto de 2003, la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) adoptó la primera política sobre la identificación y la prevención de la obesidad infantil instando a los pediatras a controlar el IMC en forma anual. En niños y adolescentes, el índice de masa corporal se utiliza para evaluar el bajo peso, el sobrepeso y el riesgo de sobrepeso. Un IMC entre el 85º y el 95º percentil para la edad y el sexo se considera en riesgo de sobrepeso y un IMC en el 95º percentil o por encima de este se considera sobrepeso u obesidad.

Causas de obesidad

La genética, la nutrición, la actividad física y los factores familiares contribuyen a la obesidad en niños y adolescentes. Si el padre o la madre son obesos, hay una posibilidad del 50% de que el niño también lo sea. Sin embargo, cuando ambos padres son obesos, un niño tiene una posibilidad del 80% de serlo. Si bien las influencias genéticas son importantes, debemos reconocer que los malos hábitos de alimentación y el exceso en las comidas, la falta de ejercicio y los patrones alimenticios de la familia también contribuyen a la imposibilidad de mantener un peso saludable.

Efectos en la salud

Los niños con sobrepeso, cuando se comparan con niños en peso saludable, son más propensos a desarrollar muchos problemas de salud como colesterol y presión arterial altos, que se relacionan con enfermedad cardiaca en la adultez. La diabetes tipo 2, antes considerada una enfermedad de adultos, se ha incrementado considerablemente en niños y adolescentes con sobrepeso. Los niños con peso saludable están libres de estas enfermedades relacionadas al sobrepeso y tienen menos riesgo de desarrollarlas en la adultez.

Efectos en la salud mental

Los mismos niños perciben la consecuencia más inmediata de tener sobrepeso en la discriminación social y la baja autoestima. En un estudio de Schwimmer, et.al., los niños obesos calificaron su calidad de vida con puntajes tan bajos como los de los pacientes jóvenes con cáncer o quimioterapia. En ese estudio, 106 niños de 5 a 18 años completaron un cuestionario que los pediatras utilizaron para evaluar temas de calidad de vida. Se les pidió a los niños que calificaran cosas como su capacidad para caminar más de una cuadra, hacer deportes, dormir bien, congeniar con los demás y tener un buen rendimiento escolar. Los resultados indicaron que las burlas en la escuela, las dificultades para hacer deportes, el cansancio, la apnea del sueño y otros problemas relacionados con la obesidad afectaron profundamente el bienestar de los niños obesos. Notablemente, los padres respondieron a los mismos cuestionarios y sus calificaciones del bienestar de sus hijos fueron incluso inferiores a las propias calificaciones de los niños.

Niñas versus niños

La sociedad, la cultura y los medios de comunicación envían mensajes poderosos a los niños sobre el peso corporal y los ideales de forma física. Para las niñas, estos mensajes incluyen el “ideal de delgadez” y un impulso por hacer dieta y ejercicio. Los mensajes para los niños hacen hincapié en un cuerpo musculoso y “esculpido” inclusive con presión para moldear su cuerpo y tal vez usar suplementos dietarios y esteroides, posiblemente nocivos. Si bien el sexo no se ha identificado como un factor de riesgo específico para la obesidad en niños, la presión para ser delgada en las niñas las expone a un riesgo mayor de desarrollar trastornos de la alimentación o síntomas relacionados con el estado de ánimo. Si bien la sociedad presenta a los niños con un espectro más amplio de imágenes corporales aceptables, también corren riesgo de desarrollar trastornos de la alimentación y alteraciones en la imagen corporal.

| Recomendaciones

– Los niños obesos necesitan una evaluación médica completa de un pediatra para considerar la posibilidad de una causa física.

– En ausencia de un trastorno físico, la única forma de perder peso es reducir la cantidad de calorías que se consumen y aumentar el nivel de actividad física del niño o del adolescente.

– Hay que recalcarles la alimentación saludable, limitar al mínimo sus refrigerios grasos y azucarados, y darles frutas, verduras y refrigerios con bajo contenido graso.

– Se debe aumentar su actividad física, quizás caminando enérgicamente con ellos en forma frecuente.

– Los niños deben ser amados y valorados sin importar su peso. Un niño con sobrepeso probablemente sabe mejor que nadie que tiene un problema. Los niños con sobrepeso necesitan apoyo, aceptación e incentivo de los padres.

– Los padres deben ser buenos ejemplos para los hijos. Si el niño ve que los padres disfrutan comidas saludables y la actividad física, es más probable que haga lo mismo ahora y el resto de sus vidas. |