Padres de nuestra clase médica moderna
En 1950, nuestra Escuela de Medicina Tropical se convirtió en la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico. La Ley 378 firmada por el Gobernador Luis Muñoz Marín creó la nueva escuela para la formación de médicos. El Canciller de la UPR, don Jaime Benítez, había impulsado dicha transformación desde mediados de la decada de 1940. Seleccionó al Dr. Harold Brown, Profesor de Parasitología de la Universidad de Columbia (NY) para organizar la nueva escuela y al Dr. Donald Martin, pediatra egresado de la Universidad de Rochester como su primer Decano. Las clases para el primer grupo de 50 estudiantes comenzaron el 21 de agosto de 1950. El majestuoso edificio que albergó la nueva escuela había sido inaugurado en 1926. El Presidente del Senado de entonces, don Antonio R. Barceló, y el Dr. Bailey K. Ashford fueron sus gestores. Medicina Tropical alcanzó prestigio internacional en la investigación y tratamiento de las enfermedades tropicales. En 1950 la tuberculosis todavía era responsable por el 13% de nuestras muertes. La esperanza de vida en Puerto Rico llegaba a los 60 años, el doble de los 30 años de 1902. La mortalidad infantil era una tercera parte de la tasa de principios de siglo. El progreso en las condiciones de salud pública del país, especialmente los avances sanitarios de la década del 1940, había facilitado el control de las enfermedades infecciosas y parasitarias que nos agobiaban. Para 1950, nuestra mortalidad general se había reducido a la mitad (18.4 a 9.3) de lo que era en 1940.Pero Puerto Rico seguía rezagado en su plantilla de profesionales médicos disponibles para el cuidado de los enfermos. La situación había sido crítica durante la Segunda Guerra Mundial, hasta el punto que en 1942 se aprobó la Ley 4 para permitir la práctica de la medicina por médicos extranjeros. Un gran número de médicos dominicanos llegó a la isla a practicar medicina. En 1950, apenas había unos 800 médicos practicando para 2.2 millones de habitantes. Nuestra nueva Escuela de Medicina era muy necesaria. El mejor testimonio de sus logros: más de 4 mil médicos graduados desde 1954. El Puerto Rico de hoy ya cuenta con más de 11 mil médicos para casi 4 millones de habitantes. Desde aquel memorable mes de junio de 1954, la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico ha sido además la institución principal para el adiestramiento de especialistas y subespecialistas en la isla. El 1º de junio de 1954 se graduó nuestra primera clase de medicina: 44 nuevos médicos, incluyendo 8 mujeres. La fotografía de aquella clase que acompaña este reportaje es cortesía del Dr. Marino Blasini, uno de sus distinguidos integrantes. Otros prominentes galenos de aquel grupo incluyen a los doctores Adán Nigaglioni, José Eugenio López, Caleb González, Tiburcio Medina, Francisco Sifre, María Isabel Camuñas, Julio Anduze, Efrén Ramírez, Máximo Levin, Héber Rosa, Luis Rubio y Rafael Vega Soto. Es justo reconocer, honrar y recordar aquella extraordinaria facultad de profesores de ciencias básicas y ciencias clínicas de los inicios de nuestra Escuela de Medicina, quienes fueron pioneros en la formación de los profesionales médicos que serían necesarios para enfrentar los retos de las décadas venideras. La fotografía de la Facultad que presentamos incluye 109 distinguidas personalidades académicas, 25% de los cuales también habían sido miembros de la Facultad de la Escuela de Medicina Tropical. La foto fue tomada en la residencia del Canciller Jaime Benítez en el campus de Río Piedras en 1954. Parece como si don Jaime hubiese convocado una cumbre de los mejores y más prestigiosos talentos de la medicina puertorriqueña. Era una extraordinaria combinación de la experiencia de muchos profesionales de la salud de la Facultad de Medicina Tropical con una nueva generación de profesionales médicos recién graduados de prestigiosas escuelas de medicina estadounidenses. Unos 100 ya han fallecido. Entre los que todavía nos acompañan podemos destacar a José Manuel Torres Gómez, Elí Ramírez, Raúl Marcial Rojas, Alfred Axtmayer, Gladys Torres Lamoutte, José Sárraga, Pablo L. Morales, Herman Flax y Julio V. Rivera. La fotografía es celosamente guardada en la sección de Colecciones Especiales que dirige la Profesora Carmen Santos Corrada en la Biblioteca Dr. Conrado F. Asenjo del Recinto de Ciencias Médicas. Puerto Rico tiene una deuda de gratitud con aquellos profesores que impartieron sus conocimientos a nuestros primeros estudiantes de Medicina. Aquellos pioneros de la enseñanza médica fueron un colectivo de primer orden. Cada uno de ellos brilló con luz propia durante su vida profesional. Su aportación individual y colectiva a nuestra medicina académica será siempre admirada y recordada. Por ello los recordamos como los padres de la clase médica puertorriqueña del pasado medio siglo.